La típica marcha anti G20, que cada año repudia en las calles la reunión de los mandatarios allí donde se reúnan, llegó a Buenos Aires. Y se desarrolló en paz, con la creatividad para protestar como principal atractivo.
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En su caminata hacia el Congreso, las organizaciones sociales y políticas que la protagonizaron quemaron banderas, usaron máscaras, bodypainting, pancartas y caricaturas para rechazar la cumbre y repudiar a los mandatarios presentes.
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