Juan Manuel Urtubey (49) se puso el poncho. En las últimas horas del domingo 20, el gobernador de Salta se subió a un caballo peruano de exhibición, una joya dentro del mundo ecuestre, y se paseó ante miles de espectadores en el festival de Jesús María.
El vestuario le quedaba pintado: gorro estilo “El Zorro”, botas lustradas, pantalón de campo blanco que relucía por el contraste con el pelo negro azabache del animal. El atuendo gauchesco no es el único sayo que se calzó por estas fechas el peronista.
“Me postulo con la expectativa real de ser Presidente”, le dijo a NOTICIAS, en Mar del Plata, unos días antes del tradicional evento cordobés, en lo que fue su primera gira electoral con vistas declaradas a la Rosada. Y no piensa bajarse de la montura: si algún candidato le quiere disputar el lugar, como Roberto Lavagna o Sergio Massa, tendrá que meterse en el barro. Es el único del espacio que tiene la determinación firme de competir, una novedad en el entramado peronista en donde todos todavía están calculando sus movimientos.
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Noticias: ¿Cómo se le gana a Mauricio Macri?
Juan Manuel Urtubey: La mayoría de la gente quiere cambiar el gobierno. El desafío es que logremos crear un nuevo espacio que no obligue a los argentinos disconformes con el Gobierno a volver con el kirchnerismo.
Noticias: Pero hoy ese segundo espacio es el kirchnerismo.
Urtubey: Sí, pero porque recién está naciendo Alternativa Federal. Tengo 9 meses de trabajo por delante.
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Noticias: ¿No podría pasar lo que ocurrió con Randazzo en el 2017, que le termine sacando votos a la oposición y beneficiando al oficialismo?
Urtubey: Hay una tendencia a pretender que las elecciones en Buenos Aires representan a toda la Argentina, y no es así. Esta, además, es una elección ejecutiva, distinta de una legislativa.
Noticias: El Gobierno está convencido de que el electorado, entre votarlo a usted o votarlo a Macri, se queda con el actual Presidente. Lo ven cercano al macrismo en términos electorales.
Urtubey: El Gobierno eligió hace tiempo a Cristina Kirchner como interlocutora. Creo que la lógica reinante en el país, eso de ver cuál es tu peor rival para que vos parezcas menos peor que el otro, es lo que llevó a Argentina al lugar donde estamos. La forma de validación parecería ser ver quién putea más, pero yo nunca me enganché con eso. El problema que tenemos es que estamos enfermos de la confrontación. Cuando voy por la calle la gente me agradece esto, que ayude –como lo hacía cuando me tocó ser gobernador y Cristina presidenta– para que el país no se vaya a la mierda. Buenísimo si no se preocupan por mi candidatura, yo voy a seguir trabajando.
Noticias: ¿Y Lavagna?
Urtubey: Es una persona muy valiosa, respetada y aparte tengo afecto por él. Pero habrá que ver qué voluntad tiene con respecto a involucrarse al proceso político.
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Noticias: Si por involucrarse se entiende ir a una interna, parecería que no lo haría. Se presentaría si fuera un candidato de unidad.
Urtubey: Yo hablé con él un par de veces pero nunca se habló de cuestiones electorales. El tiempo va a ir marcando lo que pasa.
En casa. El martes 22 Urtubey recibió a Massa en sus pagos. Además de compartir una cena en la finca Las Costas, la residencia oficial del gobernador, ese día se habló del laberinto peronista.
El salteño se distingue del resto también en otro sentido: es el único que dice sin pelos en la lengua que no aceptaría a CFK en su espacio, mientras que el resto todavía coquetea con la idea de algún tipo de alianza con el kirchnerismo. “Con ella no tengo diálogo, al pasado no se puede volver”, repite el esposo de Isabel Macedo.
La posibilidad de que el salteño no compita también parece remota. “Ya pagamos el viaje a Mar del Plata, no hay vuelta atrás”, decía, con ironía, uno de sus colaboradores luego de la nota con este medio.
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Sin embargo, en las charlas de quincho con el tigrense se abrió otra puerta: realizar una encuesta consensuada con fecha de finalización el 30 de marzo de donde salga la fórmula. A Massa, al que los números le dan mejor, le seduce más la idea que al gobernador. Todavía falta, pero es claro que Urtubey galopa a toda marcha.
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