En la última edición de NOTICIAS, un ex agente jerárquico de la SIDE kirchnerista, Raúl Rosa, conmocionó al ambiente político y judicial con sus revelaciones. Como antiguo director de la División de Casos Especiales, dedicada a investigar al narcotráfico, el hombre detalló ante esta revista cómo llegó a destapar uno de los mayores escándalos de la era K, el de las valijas con drogas de Southern Winds, y cómo tras ese hallazgo fue perseguido y desplazado por sus superiores de la Secretaría de Inteligencia, comandada en los hechos por el subsecretario José Francisco “Paco” Larcher. Rosa en paralelo denunció el caso ante la Justicia y habló del “encubrimiento de actividades ilícitas” por parte de los jefes de la SIDE.
Según sus propias palabras: “Elevé tres informes sobre la ruta de la droga que habíamos descubierto en el caso de Southern Winds, la aerolínea subsidiada por el gobierno kirchnerista, y todos fueron ignorados por mis superiores. Eso fue un año antes de que el escándalo estallara en los medios y decidieron tapar todo. Mi superior Alberto Mazzino me dijo que se trataba de un negocio de Ricardo Jaime y que Néstor Kirchner recibía dinero de esos actos delictivos, pero que creía que no conocía su real procedencia. Además, me ordenó que en adelante yo no podía alertar a otros organismos del Estado, como la Sedronar, sobre lo que investigara. Era una orden disparatada y me opuse”.
Rosa también reveló que fue testigo de carpetazos y escuchas telefónicas ilegales a opositores y empresarios. “Kirchner estaba obsesionado con Elisa Carrió. También los seguían a Duhalde, Lavagna, Enrique Olivera, Scioli, Macri, Gustavo Beliz, Roggio, Costantini, Eduardo Eurnekian... Una vez sorprendí a un agente con un gráfico de contactos de las empresas de Cristóbal López y con detalles de los componentes del entramado empresarial. Fue en los primeros tiempos del gobierno de Kirchner, cuando López aún era un desconocido”, contó.
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Y se refirió además al enriquecimiento de sus superiores de la SIDE con fondos reservados del organismo: “La directora de Análisis Interior me habló más de una vez de los desmanejos de plata de 'Paco' Larcher y Sonia Fornasero, la directora de Finanzas, que venía de trabajar con Cristina Kirchner en el Congreso. Y Mazzino me dijo varias veces: 'Mientras acá tenemos la carrera congelada, Larcher y Fornasero se juegan la guita de los fondos reservados en el casino de Puerto Madero'. El enriquecimiento estaba a la vista”.
Las revelaciones trajeron cola. En la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) macrista –heredera de la desaparecida SIDE– hubo una agria disputa entre el director, Gustavo Arribas, y su segunda, Silvia Majdalani. ¿El motivo? Antes de acudir a la Justicia y romper el silencio ante esta revista, el ex agente Rosa había pedido una entrevista con Arribas para exponerle su tortuosa experiencia. El jefe de Inteligencia de Mauricio Macri lo escuchó, prometió volver a llamarlo y nunca cumplió.
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Un allegado a Majdalani, su segunda, ahora dispara en off the record: “Silvia le echa la culpa de todo este desmadre a Arribas porque no supo manejar la situación. En vez de darle contención, lo ninguneó a Rosa y este terminó contando todo en la Justicia y con ustedes, y se hizo algo inmanejable. Arribas no la vio venir”. Según esa particular lectura, era mejor que el testimonio de Rosa contra la SIDE K no llegara al gran público. Majdalani es una vieja amiga del ya mencionado Larcher, el hombre fuerte del organismo durante la “década ganada”. Los hijos de ambos espías comparten el mismo colegio, el San Jorge de Quilmes. Tras la filtración del entredicho, voceros de la AFI llamaron a NOTICIAS para aclarar que entre Arribas y Majdalani “no existen diferencias”.
Rosa ahora narra su encuentro con Arribas: “Fue en marzo del 2016 en la sede de la AFI y duró 40, 45 minutos. Muy sintéticamente le comenté todo esto que denuncio. Arribas me dijo que como el mío había 200 casos aproximadamente. La verdad, si hay 200 casos como el mío estamos perdidos porque ¿dónde están? ¿Dónde está esa información? Me dijo: 'Quedate tranquilo, yo me voy a comunicar con vos porque esto no va a quedar así'. Incluso habló de algún tipo de reivindicación profesional hacia mi persona. Yo le comenté que la verdad era que quería volver al organismo a terminar mi carrera y me dijo que podría llegar a ser y nunca sucedió.
Me comuniqué varias veces telefónicamente, nunca me atendió, me dejó de atender. Le mandé una carta documento pidiéndole que me releve del secreto de Estado que rige para los agentes para poder declarar ante la Justicia: nunca lo hizo, nunca me contestó. Me dirigí a la Comisión Bicameral de Inteligencia para lo mismo, tampoco me contestaron. Fui a la Justicia igual e hice la denuncia, pero limitada bajo los parámetros del secreto de Estado, porque no podía ir más allá para no violar la ley.
Noticias: Pero al final sí lo relevaron del secreto de Estado.
Raúl Rosa: Sí, me relevan al final, pero porque el juez Sergio Torres presionó para que fuese así.
Noticias: Porque le dijo a la AFI que si no lo hacían, lo haría él.
Rosa: Si no lo iba a hacer él, exactamente. Como juez estaba habilitado. Esto me lo dijo el secretario del juzgado. Habrá que ver si hay novedades en la causa cuando finalice la feria judicial.
La historia del ex agente Rosa además es el primer capítulo de un libro que salió a la calle en la última semana, “Historias de espías (y espiados)”, publicado por Planeta y escrito por el autor de esta nota. En otro de los capítulos de la obra se indaga en la cercana relación del cuestionado Arribas con su jefe y gran amigo Macri, a quien conoce desde los tiempos en que ambos vendían jugadores de Boca y supuestamente se quedaban con un porcentaje de las operaciones, según denuncia no la oposición sino el mismísimo ex vicepresidente de Macri en el club, Roberto Digón.
Vuelve a hablar Rosa: “Es gracioso. A Arribas no lo conocía personalmente, pero sabía que había sido el escribano de mi tía, Nancy Quintás, la ex esposa del fallecido dueño de las marcas Fargo y Dufour, el francés Jacques Gouggenheim”.
Noticias: Al final, el mundo es un pañuelo.
Rosa: Sí. Y había otro vínculo más. Mi prima, la hija de la tía Nancy, es la esposa de Martín Seefeld, el actor, uno de los mejores amigos de Macri y también de Arribas. Siempre juegan al paddle juntos.
Noticias: ¿Le mencionó esos vínculos a Arribas cuando lo fue a ver?
Rosa: Sí. Pero no sé si le causó mucha gracia.
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