El periodista y CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia, fue declarado 'Ciudadano ilustre' por la Legislatura porteña. El reconocimiento es por su “trayectoria y actitud intransigente respecto al ejercicio pleno y sin restricciones de la libertad de prensa tanto durante el proceso militar como en los gobiernos democráticos”.
En ese marco, Fontevecchia extendió la distinción a su persona "al periodismo pluralista del que Perfil puede ser uno de sus significantes", aunque puntualizó que su "verdadero artífice" es la democracia. En su discurso, remarcó la importancia de la libertad de prensa e hizo un repaso de la evolución de la profesión desde que el fin de la dictadura militar.
Su trayectoria. Fontevecchia incursionó en el lanzamiento de medios de comunicación en 1975. Fue una publicación deportiva que le permitió reunir el capital necesario para fundar en Paraguay Actualidad, que se convertiría en su primera revista semanal de información.
Un año más tarde lanzó otra revista semanal en Uruguay, bajo el título de Noticias. Luego, regresó a la Argentina donde después de fundar otro semanario de bajo costo lanzó la revista La Semana, la publicación con la que se originó la Editorial Perfil.
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Esa revista fue prohibida seis veces durante la dictadura militar y llegó a ser clausurada en 1982 después de la publicación de una nota sobre Alfredo Astiz. El medio pudo ser reabierto tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia tres meses después. En ese marco y con 23 años, Fontevecchia fue secuestrado por los militares y encarcelado en el campo clandestino de detención “El Olimpo”. Gracias a la presión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos fue liberado.
Tras esa experiencia, se refugió en la embajada de Venezuela y se exilió. En el año 1983 empezó a vivir en New York y en 1988 en San Pablo, donde fundó las revistas Míay Semanario. En 2005 relanzó Perfil como un periódico dominical, con una tirada inicial de 30 mil ejemplares para la Ciudad de Buenos Aires y alrededores. Dos años después se extendió a los días sábados.
En la actualidad, el cofundador de Editorial Perfil ostenta el cargo de CEO de Perfil Network y tras más de 44 años en el mundo del periodismo este martes se lo homenajea en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.
El texto completo de su discurso:
Agradezco a los diputados porteños de todos los partidos que votaron por unanimidad este reconocimiento que lo interpreto como algo que me trasciende para ser un reconocimiento al periodismo pluralista del que Perfil puede ser uno de sus significantes y yo apenas una de sus caras visible.
El verdadero artífice del periodismo pluralista, crítico de todos los gobiernos por igual, es la democracia que reinició nuestra vida republicana con Raúl Alfonsín en 1983. Justamente ahora a pocas cuadra de esta Legislatura la Fundación Alem está presentando el documental “Alfonsín, la epopeya democrática” realizado en su mayoría como material gráfico del centro de documentación de Perfil.
Lo que yo personalmente pude ir haciendo, es hijo de esa epopeya, no se podría hacer periodismo crítico ni de investigación durante dictaduras. En occidente las organizaciones periodísticas son empresas fueron creadas en el siglo XIX y a más tardar en la primera mitad del siglo XX. Aquellos países que fueron destruidos como en Europa continental se refundaron al inmediatamente terminar la Segunda Guerra. Que en la Argentina haya nacido en el último cuarto de siglo pasado Perfil y haya logrado instalarse en mucho tiene que ver con la destrucción que las dictaduras hicieron de muchas de las organizaciones periodísticas precedentes.
Perfil comenzó con revistas y ninguna de las editoriales previas a la llegada de la democracia salieron ilesas: de Editorial Abril que publicaba la revista Panorama y Siete Días, su propietario después de bombas en sus redacciones y amenazas de secuestros a su familia decidió vender e irse del país. Editorial Atlántida que editaba Somos y sobrevivió apoyando la dictadura pero pagó el precio de perder prestigio y quedar inhabilitada para el periodismo crítico. Las otras revistas comprometidas con las actualidad como Primera Plana y Confirmado padecieron la falta de continuidad de su creador Jacobo Timerman que al igual que su diario La Opinión tampoco pudo sobrevivir la dictadura.
El gran medio longevo La Nación que cruzó dictaduras desde 1930, tuvo la enseñanza del diario La Prensa que fue confiscada y al propio Clarín, Roberto Noble lo funda previamente pero logra su espacio en parte por la confiscación de La Prensa.
Periodismo y libertad van unidos. Y décadas de falta de libertad fueron un cepo para las redacciones que no podían hacer periodismo de manera continua y sobrevivir, condicionando culturalmente generaciones de periodistas a la autocensura. Ellos fueron más valientes que nosotros porque poder hacer pasar una crítica metafórica en ese contexto era más valiente que cualquiera de las denuncias actuales que nuestra generación pública.
A los elefantes cuando son bebes en cautiverio les atan una pata a un poste y luego cuando son adultos y podrían de un tirón romper la cuerda y arrancar el poste no lo hacen porque en su memoria quedó grabado el recuerdo de cuando no podían.
Algo similar pasaba con las redacciones argentinas al terminarse la dictadura y llegar la democracia, había libertad pero aún quedaban los reflejos condicionados de tantas generaciones de censura y fueron los medios nuevos lo que comenzaron a hacer periodismo crítico y de investigación al final del mandato de Alfonsín y de la década del 80, con el diario Página/12 y la revista Noticias no casualmente dirigidos por dos jóvenes de 30 años que no tenía interiorizado ese condicionamiento mental.
Tuvo que pasar una década más para que los grandes diarios longevos renovaran sus redacciones se sumaran al periodismo de investigación, primero Clarín al final del menemismo y luego La Nación al final del kirchnerismo.
Un arquitecto muy reconocido en esta ciudad, Mario Roberto Alvarez, decía con ironía que “su éxito era haber elegido bien a sus padres”, yo puedo decir lo mismo de los míos que está aquí acompañándome como desde el primer día que fundamos juntos Perfil y no solamente elegí bien a mis padres sino el momento de haber sido su hijo porque si hubiera nacido cinco años antes integraría la lista de muertos.
Vaya mi homenaje a aquellos bravos que hicieron periodismo en las generaciones anteriores y sobre sus hombros todos los demás nos pudimos subir para hacer el periodismo crítico y de investigaciones que hoy tiene la Argentina y es un reaseguro de la democracia.
Este acto busca continuamente tratar de superar la grieta. Comprendo que también a los políticos les maximiza su intención de voto. Pero todos tenemos que reclamar a los dirigentes que no se queden en la posición cómoda."
por R. N.
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