Cristina Kirchner desmintió el dato de su trastorno bipolar por segunda vez desde que NOTICIAS lo hiciera público en noviembre de 2006. La primera vez tardó cinco años en hacerlo y eligió a su biógrafa oficial, Sandra Russo, para hablar del supuesto error de esta revista y decir que la habíamos confundido con su hermana Gisele, también afectada por ese cuadro psiquiátrico. La segunda desmentida, 13 años después de la revelación, llegó ahora en su obra “Sinceramente”, y con el mismo argumento: la bipolar es Gisele, no ella, pero los periodistas siempre confunden todo.
Recuerdo bien aquella investigación que tuvo tan tardías refutaciones, y en la que distintas fuentes del entorno de la entonces primera dama nos confiaron que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y coincidieron en un nombre: Alejandro Lagomarsino, el máximo especialista en bipolaridad de la Argentina de aquellos años. El chequeo se completó hablando con el propio Lagomarsino, quien, sorprendido por la pregunta, admitió que CFK estaba entre sus pacientes, pero que su cuadro estaba “controlado” y “no era grave”.
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En medio de su descuido, intentó retroceder: “Aunque vos apagues el grabador, yo no puedo hablar de esto con nadie”, me dijo.
En esa nota también se consignó el caso de Gisele, la hermana de Cristina. No es que nos hayamos confundido de hermana, sino que, como aclaró el propio Lagomarsino, es bastante común que el cuadro se dé en varios miembros de una misma familia por su alto componente hereditario.
Desde entonces, varios elementos nuevos se sumaron a nuestra revelación para refrendarla. Por ejemplo, el cable reservado que destapó la organización WikiLeaks en 2010, en el que el Departamento de Estado de los Estados Unidos le pidió a su embajada en Buenos Aires que elaborara un informe de Inteligencia sobre la “salud mental” de Cristina. O también, el dato hecho público por sus médicos tras la operación en la cabeza de CFK, según el cual se le había recetado el remedio Valcote: es un conocido estabilizador del ánimo que se usa para casos de trastorno bipolar.
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En 2015, el colega Nelson Castro, en su libro “Secreto de Estado”, llegó a la misma conclusión y coincidió en que el psiquiatra Lagomarsino había tratado a la ex presidenta. Y hasta un antiguo aliado de los K como Eduardo Duhalde volvió a confirmarlo en un reciente reportaje con Jorge Fontevecchia: “Nestor me dijo: Cristina es bipolar”.
Se trata de un trastorno que combina fases de depresión con otras de euforia y que, con tratamiento adecuado, se controla. Nada parecido a la locura.
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