Hace apenas 6 años, un grupo de 15 pequeños editores se reunieron en la sede de FM La Tribu (Almagro) para realizar una feria independiente. La idea era mostrar sus catálogos y generar un diálogo directo con los lectores. La Feria de Editores (FED) empezaba un camino ascendente que la llevaría a ser una fecha imprescindible dentro de la industria del Libro.
Lo cierto es que desde el 2013, y año tras año, la FED fue creciendo en feriantes y visitantes, hasta llegar al punto de realizarse en el 2017 en un espacio de 900 metros cuadrados y con más de 80 editoriales. En el 2018, el evento tuvo lugar en Ciudad Cultural Konex, uno de los más espaciosos en la Ciudad de Buenos Aires, y este año repitió la hazaña: 250 editoriales nacionales y latinoamericanas se reunieron para mostrar sus libros y hablar cara a cara con los visitantes.
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Números. Según recogen los propios organizadores, 14.000 personas circularon por esta última edición que tuvo lugar los días 2, 3 y 4 de agosto. A su vez, se entregaron 5000 catálogos con los datos de las editoriales participantes y 300 librerías de todo el país en donde también se pueden conseguir los títulos.
En relación a las ventas, según pudo consultar NOTICIAS, muchas editoriales superaron ampliamente la cantidad de ejemplares vendidos en relación a la cita del 2018, algunas incluso duplicaron las transacciones. Muchos sellos, a la hora de armar el calendario anual, tienen en cuenta a la FED para sacar novedades y llegar con títulos frescos a las mesas. El problema, aseguraron a este medio, es el valor del dinero tras la devaluación de los últimos meses y el desafío de no aumentar los precios de los libros en la misma proporción.
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En ese sentido, sobre el oasis que representó la FED, Víctor Malumián, uno de los organizadores del evento y editor de Ediciones Godot, asegura a este medio: "Me animo a arriesgar que la FED es percibida como un evento o una salida, donde no pagás entrada, vas a charlas, etc, sumado a que las editoriales que participan suelen tener PVPs más bajos que las grandes editoriales entonces no es raro que decidas volcar ese dinero a la compra de libros".
Además, durante el fin de semana hubo 190 reuniones durante las jornadas de relacionamiento entre distintos sectores de la industria del Libro; 6 Fellows internacionales tuvieron reuniones con editores, traductores, libreros y autores locales; y se desarrollaron 12 charlas. (4 superaron la capacidad de la sala de 200 butacas).
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"Esperábamos cierto crecimiento, pero nunca se sabe, depende de tantos factores. Creo que hay muchos más lectores y lectoras dando vueltas, depende si hacemos bien nuestro trabajo y los periodistas nos dan una mano en comunicar el evento", comenta Malumián, quien reconoce que el azar puede meter la cola en el resultado final a pesar de un trabajo sistemático: "hay un sinfín de factores que van desde el clima hasta mil cosas más que afectan cómo se desenvuelve todo".
Salida colectiva. De acuerdo a la Cámara Argentina del Libro (CAL), durante el 2018, se imprimieron poco más de 43 millones de libros, lo que representa una caída del 48% con respecto al 2015, año en el que comenzó la tendencia a la baja. En este panorama, las estrategias conjuntas están al orden del día para aunar fuerzas y seguir llegando a nuevos lectores.
En la misma dirección, Malumián suele asegurar que "la salida es colectiva". "A veces escucho editores o editoras que hablan de la venta directa como una solución y yo creo que las librerías son centrales en la subsistencia de las editoriales, que tenemos que tener eso claro", señala a NOTICIAS.
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En ese sentido, agrega: "Lo pienso en torno a los autores y traductores, todos necesitamos entender las necesidades del resto de los actores de la cadena del libro, sus necesidades y posibilidades reales. La FED es un espacio donde lo más importante es contarle a los lectores y lectoras lo que hacemos, para que el resto del año el entramado fabuloso de librerías que tenemos venda nuestros libros. Esto sumado a que la FED funciona porque todas las editoriales se copan, vienen con buena onda, atienden bien a la gente, hacen una generosa difusión, son todas variables fundamentales y son colectivas", concluye Malumián.
Apuestas a futuro. Dado este panorama, no resulta difícil imaginar algunos cambios para la versión 2020, ya sea en la locación o la duración de la FED. ¿Cómo se puede mejorar aún más este evento?
Al respecto, y mientras todavía se apagan los motores de la última edición, Malumián prefiere mostrarse cauteloso: "Estamos recopilando las encuestas anónimas que hacemos a los editores, dependemos mucho del voto colectivo para decidir. Entender qué le gustaría a la mayoría y ahí sentarnos a pensar la mejor forma de implementarlo".
Sea como fuere, es indudable que la Feria de Editores llegó para quedarse en la agenda de las editoriales y, sobre todo, para la de los lectores, que encuentran en este evento un espacio ideal para ampliar su horizonte literario.
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