Comienza la época del año donde urge la necesidad de buscar dietas milagrosas para llegar a obtener un cuerpo delgado o sumamente marcado y para adaptarse a los estereotipos sociales actuales que, muchas veces, no significan tener un cuerpo nutricionalmente saludable. Esto es algo que sabemos, pero frecuentemente olvidamos.
Asimismo, vivimos en tiempos donde existen miles de pastillas, polvos o agregados “mágicos” para bajar de peso o aumentar masa muscular. Una era en la que no solo debemos saber qué comemos, sino analizar qué nos están vendiendo y, más importante, cómo y qué nos están informando.
Por esto, accedemos a una cantidad excesiva de información alimentaria que viaja por diversos canales al mismo tiempo que la industria de los alimentos crece aceleradamente. Día tras día salen al mercado nuevos productos alimentarios para cada etapa de la vida y para diversas situaciones biológicas o patológicas. Mucha de la información que encontramos en los distintos medios desinforma y otra gran mayoría carece de fundamento científico. Lejos de aclararnos el panorama nutricional, nos confunde.
Los extremismos en las dietas de moda y la desinformación, a largo plazo, pueden provocar deficiencias en nuestro organismo aumentando los índices crecientes de enfermedades crónicas y los problemas de malnutrición existentes a nivel nacional y mundial.
Es momento de entender que la nutrición es la base de todo. Sin nutrición no hay bienestar, sin bienestar es imposible desarrollar nuestras tareas diarias. Es necesaria la información, su correcta gestión y profesionales sólidos, respetables, confiables, con llegada a la gente que, logren la claridad comunicacional, abarcando toda la cadena alimentaria. Conversamos un poco más de esto con Diego Sívori, director de la Licenciatura en Nutrición de UADE, perteneciente a la Facultad de Ciencias de Salud, dirigida por el Dr. Federico Saavedra.
Periodista: ¿Cuánta información/datos que tenemos sobre la nutrición en la actualidad tiene algún tipo de fundamento académico y científico?
Diego Sívori: Es recomendable, antes de dar un consejo, que este se encuentre basado en la evidencia científica. Hay distintas escalas de rigurosidad científica, ya que muchas veces un único artículo sobre alguna temática no implica evidencia y, más allá de ello, los lugares donde la gente generalmente busca información sobre nutrición no suelen ser científicos. Por lo general, la gente se basa en notas de diarios, revistas o redes sociales, donde se encuentra la recomendación de un profesional que ha probado algo y le ha servido y donde un detalle mínimo puede determinar si se pone en riesgo la salud de las personas.
Como profesionales, tratamos de basarnos siempre en el mayor grado de evidencia científica. Por ejemplo, podríamos decir que cuando una noticia se basa en experimentos en animales es de baja calidad científica, porque no significa que se pueda extrapolar a un ser humano. Por otra parte, y contrariamente a lo anterior, podemos ver estudios transversales descriptivos (esto es cómo se analiza una foto de la sociedad en un momento donde se ve un patrón alimentario o una razón de causalidad). Que evidenciemos que en una población hay más casos de hipertensión y que existe más consumo de alimentos altos en sodio, va a hacer una foto de esa población, pero no quiere decir que una cosa esté asociada a la otra. Para eso, necesitamos estudios más longitudinales que se basen en una muestra mayor como, por ejemplo, son las revisiones sistemáticas de ensayos clínicos donde se ve si la modificación de un patrón alimentario o una dieta da resultado o empeora la salud de esta población.
Por último, como mayor grado de evidencia, los nutricionistas tenemos los metaanálisis: el análisis de muchos ensayos clínicos controlados y aleatorizados, donde se verifican las conclusiones de un montón de estudios para poder dar una conclusión sobre una temática. Esto es lo que suelen tener más valor como evidencia científica.
Periodista: ¿Cuántas de las dietas que circulan hoy en día son completas, eficientes y verdaderamente saludables?
Sívori: El problema que hay con el uso y abuso de las dietas es que no cumplen con una de las leyes fundamentales de la nutrición, que es la ley de adecuación. Esto quiere decir que la persona se debe adaptar a una dieta que no se parece a uno, que no respeta sus gustos, hábitos, su situación clínica e intenta, lógicamente, amoldarse a un sistema que quizás le da un beneficio a corto plazo pero que a largo plazo genera un efecto rebote o un problema en la salud. Por lo general, este tipo de dietas, que vienen con una especie de resolución mágica, ocultan siempre un secreto que las hace más efectivas. Son dietas hipocalóricas y muy restrictivas que no solamente ponen en jaque el metabolismo, sino que lo asustan, generando una compensación y, muchas veces, no cubriendo los multi-nutrientes, vitaminas y minerales, que necesita el cuerpo al tener una alimentación tan acotada. Incluso, a veces se recurren a alimentaciones mono-nutriente, donde se consume un único grupo alimentario y se descarta la variedad de la alimentación que es lo importante.
Periodista: ¿Es importante revisar qué consumimos?
Sívori: Muchas de las patologías de la actualidad tienen que ver con una falta de accesibilidad de la correcta información, con una característica física, o con estar en lugares donde es difícil conseguir una variabilidad de nutrientes. Otras veces se vincula con características económicas, donde una persona o familia no puede acceder correctamente a obtener alimentos de variedad y de predominancia nutricional, mientras que en otras ocasiones se relaciona con una falta de educación alimentaria que permita que la persona conozca qué está consumiendo. En este último caso, aparecen los consejos informales en redes sociales o las estrategias del marketing de ciertos productos que nos hacen creer que siempre fueron de alta calidad nutricional, cuando científicamente no es así.
Pero, como no todas las personas tienen la posibilidad de acceder a la información nutricional de los alimentos, es importante asesorarse con un profesional que enseñe y explique cómo leer correctamente una etiqueta y ver cuántos nutrientes son necesarios en una porción alimentaria, no solo para uno, sino muchas veces para cuidar también a los más pequeños.
Periodista: ¿De qué manera afecta la situación argentina y mundial a nuestra nutrición diaria?
Sívori: A nivel mundial, y Argentina no es la excepción, se están incrementando los índices de enfermedades crónicas. Enfermedades que progresan en cámara lenta, que son silenciosas, como la obesidad, la diabetes, la hipertensión.
Hay una tendencia que, a menor posicionamiento económico, mayor presencia de enfermedades crónicas. Esto tiene que ver con la adquisición de productos que son más económicos, pero a su vez, más carentes de nutrientes esenciales, como las proteínas, vitaminas y minerales, incrementando el consumo de carbohidratos procesados, azúcar y sal. Quizás, sería posible compensar algunos de estos efectos con educación alimentaria, que por ejemplo nos ayudaría a saber qué alimentos son más económicos, pero a su vez de buen criterio nutricional, como las legumbres, por ejemplo.
Periodista: ¿Existe el marketing de la salud?
Sívori: Existe. Incluso, en nuestra carrera de Nutrición en UADE, no solo tenemos la materia en “Marketing en Nutrición”, sino también “Comunicación en Nutrición”, ya que ambas materias y especialidades colaboran en agregar valor al mensaje de salud que siempre se vio disminuido en relación al marketing de los productos de baja calidad nutricional. Estas materias tienen la finalidad de atraer miradas y tentar con salud, con alimentos de buena calidad nutricional y aplicar estrategias de comunicación que generen campañas, que sean recordadas y viralizadas para poder multiplicar nuestros mensajes. Este es, en parte, el rol de un profesional en la salud: multiplicar mensajes saludables que lleguen a la mayor cantidad de personas posibles.
Periodista: ¿Qué herramientas debe tener un nutricionista en la actualidad?
Sívori: Un profesional actual de la nutrición no solo debe tener toda su formación académica en la parte clínica, en la parte de salud pública y de administración de servicios de salud, sino que también debe tener un buen manejo de habilidades blandas y comunicativas. A esto se suman herramientas de marketing, estrategias para poder agregarle valor a su rol profesional, tener nociones del manejo de tecnologías asociadas a su profesión y algo (que para mí es muy importante), que son las capacidades de gestión. Saber liderar su propio equipo y saber iniciar sus propios emprendimientos. En la actualidad, hay muchos canales vinculados a la información nutricional y hay muchas competencias que pueden ser un obstáculo para que la salud pueda llegar a muchas personas. Por eso, en la Licenciatura en Nutrición de UADE estamos generando profesionales modernos. No solo con una sólida formación académica vinculada a la clínica, sino también al desarrollo de habilidades blandas con el plus de conocimiento tecnológico y con la formación en roles de gestión.
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