Imágenes captadas por el telescopio James Webb del universo que existía hace 4.600 millones de años. Este es un hallazgo que no solo permite mirar hacia atrás sino también conocer si hubo vida en otras galaxias.
Mirar hacia atrás, y descubrir cómo estaba compuesto el universo miles de millones de años antes de nuestra existencia es lo que ocurrió hace muy poco con unas fotos que se dieron a conocer al mundo.
Nuevos exoplanetas, (planetas que orbitan alrededor de una estrella diferente al sol), la composición de galaxias y estrellas que nacen y otras que se mueren, fueron algunas de las observaciones que se revelaron.
Las imágenes fueron captadas por el telescopio James Webb, el mayor que se haya lanzado jamás al espacio, y fueron reveladas, desde la Casa Blanca, en un evento en el que participó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el 11 de julio. Las galaxias observadas por el telescopio se ubican a 4.600 millones de años luz.
Esta misión espacial se realizó de manera integral con un equipo de científicos y científicas de la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense.
¿Qué significan estos avances astronómicos? La pregunta clave es cuánto tiempo pasará para saber si hay vida en algún otro planeta
MIRAR HACIA ATRÁS. Uno de los responsables del programa que lanzó al telescopio Webb, John Mather –astrofísico, cosmólogo y premio Nobel estadounidense– explicó que tras reconstruir el Big Bang, a la humanidad le faltaba saber “qué pasó justo después, cómo han crecido las galaxias, qué ha pasado desde entonces hasta hoy”. Cuando empezó este programa, en 1995, no existía la tecnología para responder a estas preguntas, pero ahora ya existe esta “máquina del tiempo”, así la llamó el premio Nobel.
“Estamos listos para comenzar nuestro viaje de regreso a los primeros días de nuestro Universo con este observatorio de clase mundial”, dijo el director de ciencias de la Agencia Espacial europea, Günther Hasinger
NOTICIAS consultó a científicos argentinos para aclarar este concepto de progreso científico que cuanto más avanza, más hacia atrás mira.
La luz es la entidad con la mayor velocidad del universo (prácticamente 300.000 km/seg). Es por eso que las distancias allí, al ser tan grandes, no se dimensionan en km sino en años luz.
“Uno puede observar un objeto gracias a la luz que recibimos del mismo. Por ejemplo, observamos el Sol porque la luz que emite recorre 150 millones de km, justamente la distancia que lo separa de nuestro propio planeta, la Tierra. Para recorrer esa distancia de 150 millones de km, viajando a 300 mil km x segundo, la luz tarda unos 8 minutos. Por lo tanto, cada vez que vemos al Sol, lo apreciamos tal cual era hace 8 minutos atrás en el tiempo. Dicho de otra manera, por ejemplo, si el Sol dejara de brillar a las 14:00h, no lo sabríamos hasta pasadas las 14:08”, explica Diego Bagú, licenciado en Astronomía de la Universidad de La Plata, especialista en Geodesia Espacial. investigador, docente y divulgador científico.
A medida que los objetos en el universo (planetas, estrellas, galaxias, agujeros negros.) se encuentran más lejos en distancia, la luz tarda más en llegar y es así que los vemos cómo eran cada vez más lejos en el pasado, es decir, en el tiempo.
La función extraordinaria del telescopio Webb, dice Bagú, es que nos permitirá ver estrellas y galaxias que se encuentran a miles de millones de años luz, y por ello, disfrutar de esas maravillas astronómicas tal cual eran hace miles de millones de años.
“En una de las imágenes que se hicieron públicas, se observaron, objetos que se encuentran a 4.600 millones de años luz, esto indica que se observaron objetos tal como eran hace 4600 millones de años. Esta imagen se obtuvo con más de 12 horas de exposición. Si se hacen exposiciones más largas se podrán observar objetos menos brillantes, más lejanos y formados hace más tiempo”, asegura a NOTICIAS, Olga Pintado, Doctora en Física, astrónoma, investigadora del CONICET y directora del Centro Interdisciplinario de Astronomía y Ciencias Espaciales de la Universidad de San Pablo en Tucumán.
Si una estrella está a una distancia de 200 años luz de la Tierra, al observarla vemos cómo era hace 200 años. A medida que observamos objetos más lejanos estamos observando objetos más viejos.
“Si tenemos en cuenta que la edad del universo se estima en 13.700 millones de años, se espera que se observen objetos formados muy poco tiempo después de que se produjo el Big Bang”, aclara.
Bagú dice, volviendo a las galaxias que captó el súper telescopio, “que es probable que esas galaxias ya no existan”, debido a la cantidad de años luz que nos separan.
Otro concepto difícil de asimilar para la comunidad no científica, es cómo se calcula la distancia (tiempo) en que se encuentran esas galaxias. “Cuando las distancias son tan grandes -dice el especialista- se tiene en cuenta, por un lado, un modelo físico matemático, de cómo se expande el universo, y a eso se le agrega el dato de la luz que recibimos”.
EL AGUA ES VIDA. Además de dar información sobre el Big Bang estas imágenes podrían aportar datos sobre la posibilidad de vida en otros planetas. La Agencia Europea Espacial dice en uno de sus artículos publicados que, “el Telescopio Espacial James Webb capturó la firma distintiva del agua, junto con evidencia de nubes y neblina, en la atmósfera que rodea a un planeta gigante de gas caliente e hinchado que orbita una estrella distante similar al Sol”.
“Para que un planeta tenga vida tal debe ser sólido, tener atmósfera, agua en estado líquido y estar a cierta distancia de la estrella para que la temperatura en su superficie sea la adecuada”, asegura Pintado. Una de las imágenes que se hizo pública, es un espectro de la atmósfera de un planeta. “Estamos cerca de saber qué planetas podrían tener vida para buscarla en esos lugares”, concluye.
por Adriana Vanoli
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