Un nuevo estudio hecho por veterinarios británicos sobre un clásico perro británico, el bulldog inglés, propone que se modifique la cría de esta raza basándose en el bienestar de estos animales. O, directamente, que se lo deje de criar. La razón es que, a veces, los establecimientos especializados seleccionan ciertos ejemplares determinados una y otra vez para “orientar” y acentuar el desarrollo de ciertas características físicas de los animales. Pero éstas pueden terminar siendo negativas para su salud y bienestar, aunque respondan al detalle a los “parámetros” artificiales que supuestamente definen la “pureza” de la raza.
En un artículo publicado en la revista científica “Canine Medicine and Genetics” se detalla que los ejemplares del bulldog inglés afrontan un mayor riesgo de sufrir diversas afecciones respiratorias, oculares y de la piel. Y la causa son sus características físicas extremas “modeladas” genéticamente por medio de cruzas dirigidas, que incluyen lograr perros con hocicos más cortos, más pliegues en su piel y un cuerpo cada vez más rechoncho y con mayor sobrepeso.
Para llegar a estos resultados, los responsables del paper analizaron una base de datos que reúne informes de veterinarios sobre más de 905 mil ejemplares de todas las razas. De esa información compararon los problemas de salud de 2.662 ejemplares de bulldogs con la de otros 22.039 perros de todas las razas. Y buscaron la frecuencia de 43 enfermedades comunes en canes, entre ellas dermatitis, soplos cardíacos, afecciones respiratorias y oculares.
Lo que comprobaron es que el bulldog británico tiene el doble de probabilidades que otros perros de ser diagnosticados con, al menos, un trastorno. La raza muestra mayor predisposición para 24 de las 43 enfermedades, es decir, para más del 50 % de las patologías analizadas. De hecho, tienen el doble de probabilidades que otros perros de ser diagnosticados con, al menos, uno de los trastornos analizados, como dermatitis en los pliegues de la piel, problemas oculares y respiratorios.
¿Cómo se llegó a esto? Básicamente a lo largo de los últimos 150 años este perro ha sido seleccionado por sus criadores para ser menos agresivo -hasta 1835 se lo usaba en “deportes” y exhibiciones como el combate contra toros- y al mismo tiempo, para cambiar su apariencia física, tanto facial (se buscó un hocico más chato) y arrugas faciales más pronunciadas. También se propició un cuerpo más grueso y piernas más cortas. En resumen, hoy el bulldog inglés tiene una esperanza de vida que va de ocho a diez años, una cifra bastante más baja que la de muchas otras razas.
PROBLEMA GENERAL. Lo que ocurre con el bulldog no es un problema limitado a esta raza sino que las tendencia “estéticas” o de modas en formas y rasgos caninos “deseados” que le ponen presión artificial a la selección genética, es algo bastante generalizado en una buena cantidad de tipos de canes. De hecho, en muchas razas se está verificando ciertas tendencias que les provocan problemas de salud y bienestar. Algo que los propios consumidores y futuros dueños de perros pueden ayudar a cambiar.
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