DOS ESTRELLAS Y 1/2
Hay un villano que puede modificar el comportamiento de las personas con un raro poder hipnótico, hay un policía que ha perdido a su hija y quiere encontrarla, hay una psíquica con la que forma equipo. Y hay un montón de explicaciones porque esta especie de sub Nolan requiere (como los Nolan auténticos) una alambicada justificación para que se entienda por qué pasa lo que pasa.
Se nota que hay algo de apresuramiento, especialmente en el desarrollo del guión (flojo) y que Rodríguez sigue teniendo un gran deseo de mostrar imágenes que le gusten y le diviertan. Pero el trasfondo dramático conspira contra el disparate desatado que podría ser esta historia.
Affleck deambula no como hipnotizado sino como sonámbulo o tipo que tiene un embargo de la Afip cada una de las secuencias de la película. Alice Braga podría ser cualquier actriz, lo que habla del poco espesor de su criatura. Se salva, como siempre, ese gran secundario que es Fichtner, que nació con cara de malo y sabe sacarle el jugo. Algunas secuencias son muy buenas, pero son sólo recortes en un film hecho de retazos de otros (de Nolan).
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