Jean-Luc Godard, el director franco-suizo que fue una figura clave en la Nouvelle Vague, el movimiento cinematográfico que revolucionó el cine a finales de los años 50 y 60, murió a los 91 años. Falleció "en paz", en su en casa en Suiza, con su esposa Anne-Marie Mieville a su lado. Un familiar anónimo informó a AFP que la muerte de Godard fue asistida, lo cual es legal en Suiza. “No estaba enfermo, simplemente estaba exhausto. Así que había tomado la decisión de terminarlo. Fue su decisión y para él era importante que se supiera”. El abogado de Godard, Patrick Jeanneret, dijo a la AFP que la muerte de Godard siguió a "un informe médico de múltiples patologías incapacitantes”.
Mejor conocido por su estilo de filmación iconoclasta y aparentemente improvisado, así como por su radicalismo inflexible, Godard dejó su huella con una serie de películas politizadas en la década de 1960, antes de disfrutar de un renacimiento de carrera improbable en los últimos años, con películas como "Film Socialisme" y "Goodbye".
El realizador parisino filmó 131 films entre largometrajes de ficción, documentales y cortometrajes. Con 51 galardones internacionales y decenas de nominaciones en festivales y premios, el cineasta francés era una leyenda viviente de la historia del cine.
Nacido en 1930, sus primeros pasos en la pantalla grande fue de la mano de la crítica cinematográfica en la revista Cahiers du Cinema con el seudónimo de Hans Lucas. En ese ambiente de cinéfilos, cineclubistas y cronistas, Godard se vinculó con Francois Truffaut, Claude Chabrol, Eric Rohmer, entre otros, dando germen al movimiento rupturista que transformaría al cine francés e influenciaría a todo el mundo: la Nouvelle Vague. También, con figuras referenciales del mundo intelectual, como los criticos Andre Bazin y Henri Langlois.
La fundación del movimiento galo se consolidó con dos films de fuerte impronta, “Los 400 golpes” de Truffaut, y la opera prima “À bout de souffle” de Godard. El largometraje, protagonizado por Jean Seberg y Jean-Paul Belmondo, recorre con técnicas de producción novedosa para la época, al filmar con cintas 16mm en locaciones reales, rompiendo el eje visual, y descuidando el movimiento de cámara en mano. Sin embargo, la ruptura de la secuencia de montaje, sacando fotogramas, utilizando la aceleración o la relantizacion de la imagen, sería el sello del director que mantendría en siguiente película "Vivir su vida".
“El desprecio” de 1963, film estelarizado por Brigitte Bardot, Michel Piccoli, Jack Palance y el realizador alemán Fritz Lang, instaló en el panorama internacional el mundo privado de Godard en el cine. El film trata de la vida de un guionista que debe readaptar "La Odisea" de Homero para el rodaje del reconocido director de "Metropolis".
Durante los siguientes años, al mismo tiempo que dirigía, Godard colaboró con otros integrantes de la Nouvelle Vague como actor, guionista, codirector o productor. "Pierrot el loco", con Belmondo y la esposa de Godard, la actriz Anna Karina, y el largometraje distópico "Alphaville", fueron films reconocidos en los festivales de cine internacional de Berlín, Cannes y la Mostra de Venecia.
Tras su divorcio de Karina, el realizador afrontó una crisis de identidad creativa que lo vincula en futuros proyectos cinematográficos experimentales y de vanguardia para la época. “La Chinoise” y “Week End” muestran su mirada critica al dogmatismo maoísta de moda y comienzan a despertar una visión comprometida con el contexto social francés de finales de los 60.
La revolución del Mayo Francés, la suspensión de Cannes, su nueva relación con la joven actriz Anne Wiazemsky y la caótica producción de sus futuros films, son representados en la biopic de 2018, “Le redoutable” de Michel Hazanavicius, con Louis Garrel y Stacy Martin.
Su denominada “etapa radical” finalizaría en 1976, con el documental “Aquí y en otro lugar”, ya separado de Wiazemsky. Godard volvería entonces al cine convencional de 35 mm para rodar películas polémicas como “Yo te saludo, María”, en paralelo con su pareja Anne-Marie Mieville en los '80. Y hacia finales de la década, el cineasta comenzó a trabajar en una serie documental épica, de ocho episodios, titulada "Histoire(s) du cinéma", en la que daría su visión sobre el septimo arte.
Las siguientes décadas, superando los 70 años, Godard siguió en rodaje con cintas introspectivas. “Nouvelle Vague” (1990), la autobiográfica “JLG/JLG” (1995), y "In Praise of Love" (2001), se destacan en su filmografía hasta llegar a su última presentación en pantalla grande con “El libro de imagen” (2018).
El legado de su vida influenció en cada rincón del planeta. En Argentina, desde Leonardo Favio hasta Pino Solanas, con quien mantuvo su célebre entrevista “Solanas por Godard”, fueron movidos por su mirada rupturista. Multipremiado por los principales festivales de todo el mundo, su obra trascendió la pantalla y consolido un estilo personal de hacer y ver el cine.
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