****1/2 (Cuatro estrellas y media)
Cuando entramos a ver una películade Misión: Imposible, esperamos suspenso, acción, humor, aventuras de todo tipo y humanidad. Y siempre lo encontramos, siempre. Mérito del actor y productor Tom Cruise, que nunca ha dejado de ser un espectador agradecido del cine, tanto como para darle a los demás aquello que él mismo disfruta. Su rasgo de autor es ese: “vengan conmigo a disfrutar de lo imposible”.
Aquí, en la primera parte de un “final” para la serie, Ethan Hunt se enfrenta con una espantosa y maquiavélica inteligencia artificial que emplea en su contra su peor debilidad: el cariño por la vida de sus amigos y aliados, de los demás en general.
La película, discretamente y sin declamarlo, hace la pregunta fundamental: ¿qué nos hace humanos, especialmente cuando la tecnología ya puede crear una inteligencia poderosa? Responde, a fuerza de perscuciones, tremendas escenas de suspenso y acción, caídas infinitas, trenes que revientan y mil otras cosas más, que lo que nos hace humanos son las emociones, ni más ni menos.
Y en ese sentido, la película intenta -casi paradójicamente- utilizar toda la tecnología necesaria para plasmar esas emociones a nivel tanto intelectual como físico. No hay un fotograma que no se disfrute y sí, esto es cine, como el que nos enamoró cuando, por primera vez, nos sentamos en una sala a oscuras.
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