Thursday 17 de October, 2024

COSTUMBRES | 22-07-2024 03:03

¿Cómo perjudican las infidelidades a la monarquía española?

Del escándalo de Juan Carlos a las revelaciones sobre Letizia, los terceros en discordia son siempre una fuente de conflictos para la corte de España.

En el imaginario popular, la realeza parece emanar un halo de perfección y pureza casi divino. Sin embargo, los pecados capitales se dan en ellos con igual intensidad que en el resto de los humanos, aunque expuestos y magnificados ante el ojo público.

En tiempos modernos, los escándalos de una nobleza en decadencia suelen pasar por los asuntos del corazón. El quiebre de los finales felices de los cuentos de princesas se inició con la revelación mediática de la recordada Lady Di, cuando hizo público el engaño de su esposo con la actual reina consorte, Camilla Parker Bowles. Inventados o incomprobables, muchas casas reales caminaron por el precipicio de los entuertos amorosos, desde el príncipe Guillermo de Inglaterra con Kate Middleton, hasta Federico de Dinamarca, cuyos sonados deslices han sido tema recurrente en los medios.

Letizia

Pero es la corona española la que en los últimos años ocupa sin interrupciones las primeras planas. Al cumplirse dos décadas de su matrimonio con Felipe VI, es la reina Letizia y su suegro, el rey emérito Juan Carlos I, quienes entretienen al público con sus historias de alcoba, en un nuevo culebrón que tiene todos los condimentos de un best-seller: odios cruzados, infidelidades, amantes despechados, corrupción y conspiraciones. Esta trama podría entretener muchísimo en la pantalla, pero en el mundo real empuja a la Corona a un punto sin retorno.

 

Mensajes peligrosos

Malquerida por los monárquicos y, especialmente, por sus entonces futuros suegros, cuando Letizia Ortiz inició su relación con el principe Felipe tenia todos los números en su contra. No sólo era una periodista plebeya, hija de madre socialista y nieta de un taxista comunista, también era divorciada y se hablaba de que se había practicado un aborto.

Entonces, el amor pudo más. Pero hoy, a días de haber conmemorado dos décadas de su boda real con la bendición de dos hijas, Leonor y Sofía, y en un contexto político y social donde las monarquías ya no se ven con buenos ojos; los dardos vuelven a apuntar a ella, poniendo nuevamente en jaque su matrimonio.

Letizia

A fines del año pasado y a sus 92 años, el periodista Jaime Peñafiel, declarado borbónico y monárquico pero enemigo acérrimo de la reina, escribió en “Los silencios de Letizia” sobre las presuntas infidelidades por parte de la monarca hacia su esposo y la puesta en escena de un matrimonio ficticio entre ellos. Una de las fuentes que sirvieron para construir este nuevo relato fue el mismísimo tercero en discordia, el empresario Jaime del Burgo. Fue amigo y novio de la reina y luego, testigo de su boda con el Príncipe de Asturias. Tras mantener un noviazgo y matrimonio fugaces con la hermana de Letizia, Telma Ortiz, Del Burgo decidió desaparecer de la actualidad española. Hasta que en 2010, una llamada desde la Zarzuela volvió a azuzar la pasión, ahora clandestina, entre la pareja que no había podido ser.

Jaime del Burgo

Fue en el hogar real donde decidieron seguir su aventura. “Esa misma noche continuó nuestra relación amorosa, interrumpida años antes, porque el amor siempre estuvo desde nuestro primer viaje a Venecia en 2002”, aseguró Del Burgo en primera persona desde su casa en Londres. También enumeró sus multiples viajes juntos hasta finales del 2014 (el año en que Juan Carlos abdicó en favor de su hijo) cuando puso punto final a la relación extramatrimonial.

Según cuenta, en 2011, durante un viaje de ella a Nueva York para verlo, Felipe se enteró del affaire gracias a los escoltas y el matrimonio se enfrió para siempre. Pero nunca se disolvió. Del Burgo asegura que guarda todas las pruebas de su relación, "fotografías, vídeos, móviles y SMS", en una caja fuerte de un banco. Como prueba de ello, hace unos meses posteó una seguidilla de comentarios en X y subió una sorpresiva imagen de la entonces reina consorte frente a un espejo junto al mensaje: “Amor. Llevo tu pashmina. Es como sentirte a mi lado. Me cuida. Me protege. Cuento las horas para volver a vernos. Amarte. Salir de aquí. Tuya” .

Juan Carlos y Sofía

Enemigo interno

La prensa española interpreta que este bombardeo de rumores de infidelidad es una estrategia de los círculos cercanos a Juan Carlos I para ensuciar a Letizia, con la que nunca han tenido buena relación. Según esta interpretación de los hechos, a través del ataque a la reina, se impulsa una campaña orquestada contra Felipe VI.

El distanciamiento público entre padre e hijo comenzó con el escándalo que protagonizó Juan Carlos cuando fue pescado “in fraganti” en una de sus tantas infidelidades a su esposa, la reina Sofía, durante un viaje secreto a Botsuana, en África. Allí había viajado con su amante de entonces, Corinna Larsen, para cazar elefantes. Se rompió la cadera y tuvo que volver a España en forma inmediata y secreta. Pero su relación quedó expuesta, junto con los 64 millones de dólares que el rey le habría depositado a su amiga en una cuenta en Suiza, junto con otras transacciones y negociados poco claros. En 2014, después de los escándalos que lo distanciaron radicalmente de su pueblo, Juan Carlos decidió ceder su corona a su hijo, aduciendo la necesaria renovación de la Casa Real Española.

El golpe de gracia en la relación paterno filial llegó años después, cuando el ex monarca se exilió “voluntariamente” en los Emiratos Árabes, a mediados de 2020, acechado por sospechas de corrupción. Fuentes cercanas al rey emérito explicaron que el ex monarca se encontraba “molesto por haber sido excluido de la familia real”, especialmente cuando no fue invitado a asistir a la jura de su nieta Leonor, como heredera de pleno derecho al trono.

Van a cumplirse cuatro años del día que voló en un jet privado de Vigo a Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, sin la reina Sofía, su esposa desde hace más de seis décadas, que hasta ahora no lo ha visitado ni siquiera una vez. Sólo se ha cruzado con ella en entierros reales, el de la Reina de Inglaterra y el de Constantino de Grecia. A España va poco y nada.

Juan Carlos y Sofía

Juntos pero separados

Con un gobierno abiertamente anti-monárquico y frente a una sociedad cada vez más alejada del trono (las encuestas revelan que la española es la monarquía menos popular de las seis europeas) agitar las aguas internas en un mar de tiburones, no parece ser el mejor plan para que la corona siga brillando sobre las cabezas de los reyes.

Mientras, Del Burgo promete contar todo muy pronto en un libro autobiográfico titulado “Lobos’”, que luego llevará a la pantalla. La Reina consorte se hace la desentendida, se viste con moda sustentable y se muestra sonriente en las clásicas fotos posadas del verano en familia. Este año, por primera vez despues de casi dos décadas, la pareja se quedará frente a frente con el nido vacío, porque sus hijas deben cumplir con sus planes académicos fuera de casa. Por ahora, de separación ni se habla, de divorcio menos. Un verdadero hábito en la familia real. Isabel II y Alfonso XIII, antepasados del rey emérito, también pasaron sus últimos años de vida lejos de sus consortes. Los reyes españoles llevan siglos separándose, pero nunca lo hacen del todo. Según parece, entre ellos hay intereses (y secretos) mucho más profundos que el amor.

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Gabriela Picasso

Gabriela Picasso

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