Wednesday 11 de December, 2024

CULTURA | 28-06-2024 19:34

50 años: Perón en tiempos de Milei

¿Qué haría el líder justicialista si le tocara actuar en la arena política de hoy? La pregunta obliga a recorrer el pasado peronista que nos trajo hasta aquí.

En un texto de política ficción, todo es discutible. ¿Qué haría Perón hoy en el escenario político argentino? Lo más bello de esta pregunta contrafáctica es que nadie puede saberlo porque no hubo un solo Perón a lo largo de sus tres intensas décadas de vida política. Así que podríamos considerar probable que no haya una única respuesta para personas tan distintas.

Con el fin de la brevedad, escojamos tres Perón. Primero, claro, el del 17 de octubre de 1945. Recordemos que el proyecto de Perón, explícito en un discurso de fines de 1944, era la armonía social. Pero quienes defendían el statu quo (y la “libertad”, claro) lo metieron preso. Los trabajadores inundaron las calles de Buenos Aires, lo liberaron y transformaron el proyecto de Perón en otra cosa. Rechazado por la mayor parte de la elite económica, sólo podía sobrevivir y gobernar apoyado en los trabajadores.

Javier Milei

¿Por qué tanta furia de los trabajadores? En la Argentina de fines del siglo XIX y por décadas, las condiciones de trabajo eran realmente patéticas. Los informes de Biallet Masé y de Alfredo Palacios son conmovedores. Los dueños de las tierras, de las madereras y después de las fábricas trataban a los trabajadores casi como sub humanos, sin vivienda digna y mucho menos alimentación básica. Fue cuando la Argentina empezó a crecer y crecer durante la Segunda Guerra, pero sin darle nada de ese crecimiento a los trabajadores, que surgió el peronismo.

La Argentina potencia del relato de Milei era la de esos relevamientos de una pobreza descomunal. Fue la Argentina que, desde el punto de vista de los más humildes, fue enfrentada a través de la imagen de Perón y de Eva.

Ya fuera en las figuras de Braden o de la oligarquía, los adversarios aparecían explicitados en los discursos encendidos de ambos. Eso construía la identidad del peronismo en contraposición, pero según Perón cayó en muchísimas generalizaciones, injusticias y equivocaciones. ¿Por qué?

Juan Domingo Perón

Porque si era adecuado que hubiera grandes confrontaciones electorales, los líderes no supieron que también debían arribar a acuerdos. ¿Para qué? Para que los que habían gobernado la Argentina sin derecho laboral alguno no pudieran regresar, como lo hicieron en 1955. Para que los que querían proscribir partidos, no pudieran hacerlo, como también lo hicieron. Para que no hubiera más golpes de Estado en Argentina.

El abrazo Perón-Balbín de inicios de los setenta es la mayor autocrítica de la clase política argentina. Y como toda autocrítica es completamente incomprendida por sus sucesores. Solamente Alfonsín y la generación de la Renovación Peronista entendió la trascendencia histórica de ese abrazo. Lo que está afuera de ese abrazo es Milei, para quien sería el abrazo de “la casta”. La ignorancia militante no tiene fin: sufrieron el exilio, la cárcel y proscripciones por sus ideas. En cambio, Milei recibió dinero del estado, del impuesto a las ganancias, para defender las suyas.

Perón y Balbín

El segundo Perón es el del retorno, el león herbívoro, el del abrazo. Es el Perón de la unidad nacional, del modelo argentino, de la búsqueda de consensos. Sectores de la élite económica, en pánico por los avances de las fuerzas revolucionarias, están dispuestas a ver si ese hombre logra ordenar el caos. Todos los insultos que le encanta proferir a Milei, como zurdos, marxistas, socialistas, comunistas, entre tantos otros, se dejaron de usar en la Argentina a inicios de los ochenta, porque cuando regresó Perón estaban en el centro del combate a cualquier variación de socialismo. El anticomunismo paramilitar de la Triple A carecía de un orador como Milei. La voz aflautada de López Rega llevaba el carisma a su punto de nulidad absoluta.

Perón no había tenido dimensión desde Madrid de las dimensiones de la polarización en Argentina. Regresó para unir a todos para su conducción. Creyó que todos le harían caso. Pero mientras López Rega preparaba el delirio de Ezeiza, Montoneros tiró el cadáver de Rucci. Cuando el proyecto de la unidad nacional había muerto políticamente, Perón falleció.

Así que si Perón viviera hoy habría tres posibilidades. Que se viera superado por la potencia plebeya y terminara encabezando la rebelión contra la reforma laboral, el aumento del hambre y de las familias durmiendo en la calle. Que tratara de “unir a los argentinos”, algo hoy también imposible. Y la tercera es que resignado, carente de proyecto para salir de esta situación, exhausto de tratar de unir lo imposible, se retirara a sus aposentos.

Alejandro Grimson

Alejandro Grimson es antropólogo. Autor de “¿Qué es el peronismo?”.

por Alejandro Grimson

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