“El espacio de arte está basado en tres columnas, una referencia que está en la masonería, que son jónico, dórico y corintio, que sería sabiduría, fuerza y belleza. La sabiduría es Julio, yo sería la fuerza que empuja todo y la belleza está que otorgan los artistas”, expresó el orfebre Marco Antonio Arslanian, dueño del mítico “Café de Marco”, que acompañado del especialista en arte y curador Julio Sánchez, llevo a cabo el emprendimiento personal de fundar un espacio de arte vinculado a las creencias masónicas.
El espacio Vitriol, ubicado en Teniente General Juan Domingo Perón 1253 de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra frente al templo de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones. La galería contempla una nueva propuesta de dar a conocer a artistas visuales que buscan llevar sus obras personales, que dispongan del simbolismo y la tradición, que la legendaria fraternidad herméticamente ha conservado a lo largo de los siglos.
“Hay un montón de artistas que están en esta línea y no tienen lugar, nosotros somos un espacio para esto. El emprendimiento es independiente de la Gran Logia, o sea aparte, es arte simbólico, donde entra la masonería. Es un paraguas más grande, no nos encasillamos solo en lo masónico, pero, ahí dentro, la misma es una piedra más que conforma el símbolo”, aclaran los pioneros de Vitriol.
El acrónimo V.I.T.R.I.O.L es una frase latina atribuida al alquimista Basilio Valentín (nacido en Alsacia, hacia 1394) que se lee como Visita Interiora Terrae Rectificando Inveniens Occultum Lapidem, es decir: visita los interiores de la Tierra, rectificando encontrarás la Piedra Oculta. “Desde el punto de vista de la psicología junguiana la Piedra Oculta o Piedra Filosofal es la aspiración del individuo de vivir en armonía consigo mismo, con sus semejantes y con el universo. Dado que son muchos los artistas que transitan la misma búsqueda, abrimos este espacio para que puedan expresarse con libertad”, explicó Julio Sánchez.
“El espacio cultural creado para difundir el capital simbólico de artistas contemporáneos de todo el país. Consta de una gran sala rectangular disponible para quienes indaguen el territorio infinito del símbolos, el rito, el mito, la alquimia, las religiones comparadas y la elevación espiritual. Durante el año se programarán actividades diversas como conferencias, charlas, conversatorios, presentaciones de libros y cursos abiertos a la comunidad”, añade el curador.
En estos momentos el centro cultural ofrece la muestra "Vanidad de Vanidades", un conjunto de fotografías y una instalación participativa de Leandro Allochis. Allochis es un fotógrafo santacruceño que se ha especializado en "staged photography" (fotografía escenificada) y retocada digitalmente. En esta oportunidad presenta un conjunto de obras en las que se identifican diferentes grupos o asociaciones como masones, judíos ortodoxos o mariachis. En cada foto hay alusiones a la historia del arte y reinterpretaciones de obras muy icónicas como “El entierro del Conde de Orgaz”, de El Greco, cuyos personajes aparecen como mariachis adorando una máquina de pinball de Star Trek, un guiño a la búsqueda de la superación de la mortalidad.
Allochis señala que le interesan los “intentos de trascendencia del hombre, la necesidad de reconocimiento social mediante la generación de jerarquías, para simular un status superior al estado físico y mortal del cuerpo biológico. A través del tiempo el hombre ha creado rituales, religiones, monumentos y homenajes con el vano objeto de evadir la existencia pasajera y perecedera del cuerpo”. El artista añadió: “Invita al público a posar detrás de una mesa con atributos simbólicos que encarnan la preocupación universal por lo perecedero del cuerpo. Cada persona verá en la instalación un espejo de lo que hacemos cada día para sentir que vale la pena vivir. En una mesa aparecen elementos que aluden a la sabiduría, la abundancia, la riqueza, la premiación y la búsqueda espiritual”.
Siguiendo a Carl Gustav Jung, Allochis cree que los símbolos no mueren, sino que se transforman y que tienen sus equivalentes en diferentes culturas, por más que su apariencia sea disímil. Los símbolos tienen la capacidad de enunciar significados que van más allá de su soporte material y son la evidencia de la necesidad del hombre de trascender la materia. En sus fotos hay símbolos de gloria vana por todas partes: medallas, perros de diseño, joyas, perlas, anillos y títulos honoríficos, todos acompañados de su rotundo fracaso, la muerte.
En un futuro, Vitriol expandirá otras muestra de artistas nacionales del mismo tono. “Alfredo Portillos, Oscar Bony y Victor Grippo, son artistas superiores argentinos que trabajan la temática. Hay un nuevo artista, Diego Cienfuegos, que todavía no expuso en ninguna parte y trabaja el tema de los guardianes y se tiene pensado hacer su primera muestra para nosotros”, detalló Julio Sanchez. El centro cultural masónico se puede visitar en Tte. Gral. Perón 1253, entre Libertad y Talcahuano, de lunes a viernes de 12 a 21 horas, y sábados de 9 a 12 horas, con entrada gratuita.
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