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CULTURA | 16-10-2021 23:39

Qué pasó y por qué existió el 17 de octubre

Siguen habiendo debates sobre por qué se gestó la marcha que dio inicio al peronismo. Opinan los historiadores.

Si uno fuera a querer celebrar como “día patrio” al 17 de octubre, la grieta superaría en profundidad a la fosa de las Marianas. A pesar de lo que pueda despertar en cada subjetividad, es innegable que ese día marca el inicio de algo nuevo en la historia y el devenir político del país. Pero, ¿por qué existió?

Los antecedentes. Juan Domingo Perón venía ganando enemigos desde su puesto en la Secretaría de Trabajo, donde había logrado una serie de medidas favorables a los trabajadores que irritaba a los sectores dominantes. Cuando la presión de los sectores opositores se hace insostenible, las fuerzas militares exigen la renuncia de Perón, y posteriormente es encarcelado y enviado a la Isla Martín García.

Conocida la noticia del arresto de Perón la CGT debatirá sobre la conveniencia de llamar a una huelga general. Algunos sectores se mostraron a favor, y otros sostenían que eso caía fuera del ámbito sindical. Finalmente, todos los sindicatos del país comenzaron a movilizarse, y la CGT tuvo que declarar la huelga.

El resto ya es conocido. Los trabajadores congregados en Plaza de Mayo y  los “cabecitas negras metiendo las patas en la fuente”, reclamando por Perón. La situación se calmó recién cuando Perón salió y dio ese famoso discurso desde el balcón presidencial.

Las interpretaciones. Para el doctor en historia e investigador del Conicet Alberto Lettieri, el 17 de octubre nació a partir de dos tendencias contrapuestas: por un lado, los sectores concentrados del capital (alineados a los Estados Unidos y vinculados con las actividades agropecuarias), y por el otro, Perón y los líderes sindicales que habían tomado conciencia del empoderamiento que podían tener, en la medida en que estuvieran organizados y conducidos políticamente.

Con respecto a la huelga obrera, señala que en realidad estaba prevista para el  día 18, pero esta anticipación demuestra que la organización sindical podía ser la columna vertebral, pero no la conducción. A pesar de los resultados, en realidad, las expectativas de  Perón no era crear un partido clasista, sino generar armonía entre las clases, a partir de las ideas de “comunidad organizada” y “solidaridad social”.

Específicamente, el 17 de octubre marca la cristalización de un proceso que se venía gestando desde antes, por todas los derechos que les brinda Perón. En esta fecha se da inicio al peronismo y su contracara, en un escenario que sigue presente hasta hoy. Un lado que apuesta por la ampliación de derechos, inclusión  y  ascenso social, y el otro que persigue la conservación de privilegios. De hecho, hasta la llegada del PRO, nunca había surgido una fuerza política que pudiera articularlos.

En palabras del historiador Patricio Lons, tras el desmembramiento del Imperio Español en el continente americano, y la conformación de nuevas unidades político administrativas (Estados), primero apareció la resistencia de los caudillos y luego se instaló un sistema político moderno, donde gobernaban las élites por medio del fraude y los sectores bajos estaban excluidos. Con la llegada de Yrigoyen y la sanción de la Ley Sáenz Peña (ampliación de los criterios para emitir el voto), y posteriormente con Perón, todos los sectores postergados son integrados al sistema. Particularmente con Perón, reaparece la imagen del caudillo, como alguien aclamado por el pueblo y capaz de defender sus derechos e intereses.

Una parte de la literatura sostiene que Perón no quería quedar exclusivamente vinculado al sector obrero y que aspiraba a lograr convencer a otros sectores sociales, como lo demuestra haber conseguido que Hortensio Quijano (radical) fuera su vicepresidente. Al fallar el objetivo, se radicaliza hacia el polo obrero. La otra mirada que sostiene la academia, es que el sindicalismo se fortaleció gracias a Perón, pero quedó en una posición subordinada. Los gremios construyeron el aparato partidario y se utilizó la estructura nacional que aportan las federaciones para poder desplegarse en todo el territorio. El 17 de octubre fue la muestra de la lucha por la representación simbólica acerca de quién podía hablar en nombre del “pueblo”: Perón o los sindicatos. Las movilizaciones espontáneas rompieron con la posibilidad de identificar referentes claros. El pueblo había elegido a Perón como su líder, y de eso ya no había vuelta atrás. La cuestión entonces que enfrentaban los sindicatos era desafiarlo o someterse.

Desde ese 17 de octubre hasta la actualidad descifrar al peronismo se convirtió en una tarea titánica. La variedad de aristas desde la que puede estudiarse es inmensa, y los nuevos estudios siempre aportan nuevos datos que enriquecen el debate. El peronismo generó una identidad social y política a esos grupos que durante años habían sido excluidos o eran considerados como “ciudadanos de segunda”. Los cambios estructurales que produjo tuvieron un impacto muy poderoso en la memoria colectiva.

*Juana Alonso es alumna de segundo año de la Escuela de Comunicación de Perfil.

por Juana Alonso

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