En 2003, en pleno auge del denominado “Nuevo Cine Argentino”, un grupo de estudiantes de escuelas de cine se reunieron para establecer un evento cultural único en La Matanza. En el municipio bonaerense con más habitantes, dentro de la localidad vecinal de Tapiales, se realizó la primera edición del Festival internacional de Cine Corto de Tapiales. El encuentro tenía el propósito de exhibir a la comunidad los films, en formato cortometraje, de los futuros cineastas del país.
En 2022, esos jóvenes pioneros que crecieron siguiendo los pasos de referentes como Pablo Trapero, Lucrecia Martel , Damián Szifron y Adrián Caetano, se trasformaron en realizadores, productores cinematográficos y gestores culturales profesionales, pero mantuvieron el mismo proyecto voluntario de llevar el cine al vecindario de forma ininterrumpida. Este año, el Festival Internacional de Cine Corto de Tapiales (TAFIC) se proyectará en la plaza principal de la localidad, el sábado 19 y domingo 20 de noviembre, en el horario de 18 a 22 hs, con entrada gratuita.
“Al festival se inscribieron alrededor de 1300 obras, de los cuales fueron seleccionadas cincuenta para la programación competitiva. Lo que se premia son las categorías a Mejor Cortometraje Nacional, Mejor Cortometraje Extranjero, Mejor Dirección, Mejor Producción y Mejor Guion, después hay una serie de menciones y el premio máximo es la estatuilla del Querandí. Las temáticas son libre y para todo el público, reflejando a todo nivel las historias que aborda la sociedad”, señala Julio Caloggero, director del TAFIC.
Además de la curiosa característica de ser el único festival de cortometrajes competitivo, al aire libre y con una vigencia de casi veinte años, también tiene la cualidad de ofrecer en los alrededores de la plaza ferias gastronómicas y foodtrucks para que el visitante deguste de algún plato mientras acompaña la visualización de las películas. El sábado se estrena la programación con la muestra del Taller de Cine Matanza Vamos a Filmar, el primer espacio educativo de cine gratuito y para todas las edades, que exhibirá las producciones de sus estudiantes en pantalla grande dentro del festival.
Entre las anécdotas de esta propuesta cultural se recuerda los diversos galardones que se otorgaban, que a medida que pasaron los años, cambiaban de forma y de nombre. A los inicios fue un plato con el logo municipal, después paso a ser un indio querandí, luego una cámara cinematográfica y, finalmente, un aborigen sosteniendo una filmadora. Las premiaciones se realizan en la misma plaza, con los jurados responsables entregando la estatuilla a los cortometrajes ganadores.
“El festival nunca se canceló, en época de pandemia se produjo dos ediciones de forma virtual a través de plataformas digitales en sintonía con algunos de los prestigiosos festivales de cine del mundo. Este año tiene la particularidad de volver a la presencialidad y también mantener la emisión virtual para poder ver los cortometrajes, estén donde estén. Los voluntarios son estudiantes, cineastas locales y gente con compromiso con la cultura local, que le otorga esa calidez y connotación al evento”, explica Caloggero.
Siguiendo los pasos de “El asilo de la Bestia”, el primer cortometraje argentino premiado del 2003, en esta edición compiten cintas de diferentes partes del mundo, como España, Estados Unidos, República Dominicana, Bélgica, Países Bajos, Chile y México, que se le suma a la propuesta audiovisual nacional. Sin embargo, el viernes 18 se proyectará una muestra especial de cortos ganadores de otras ediciones en la Casa de la Cultura Leopoldo Marechal de Ramos Mejía, en carácter de apertura.
A lo largo de las décadas hasta la actualidad, el encuentro cinematográfico fue auspiciado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), la Secretaria de Cultura del Municipio, el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, Signis Argentina y RAFMA, que lo mantuvo instalado como un referente cultural audiovisual en la región bonaerense.
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