“Seguiré con Vivienne en mi corazón. Hemos estado trabajando hasta el final y ella me ha dado muchas cosas para seguir adelante. Gracias cariño”, fueron las palabras de Andreas Kronthaler, socio y marido de la fallecida diseñadora de moda inglesa Vivienne Westwood. La homónima casa de modas, perteneciente a la creativa, anunció su muerte en las plataformas de redes sociales y afirmando que murió en paz.
La trayectoria de Vivianne Westwood en la moda comenzó en la década de los 70 con la explosión del movimiento punk británico, cuando su enfoque transgresor y radical del estilo urbano conquistó al mundo del rock y del espectáculo. Más allá de esa tendencia, la modista consiguió trascender con una carrera destacada de presentaciones triunfales en Londres, París, Milán y Nueva York. Siendo una referencia cultural que le valió el reconocimiento de la Orden del imperio Británico en 1992.
En la época de su legendaria boutique de ropa SEX, compartido con su pareja y manager de rock Malcolm McLaren, el nombre Westwood se convirtió en sinónimo de fetichismo y originalidad dentro de la moda musical del punk rock, impulsado por los controvertidos Sex Pistols. Incluso, en su etapa más consolidada y profesional, después de los 90, su gama era muy amplia y su catálogo nunca era predecible.
La emprendedora creativa que había despreciado al establishment conservador británico, finalmente, se convirtió en uno de sus principales baluartes culturales. Es todo un distintivo su confección en las indumentarias de la moda punk, otorgando una apariencia agresiva, sexual y salvaje, tan radical que rompió con cualquier referencia del pasado. Las camisas rotas, la simbología política extremista y las remeras con serigrafía queer, fueron las características predominantes de aquel posmodernismo estético.
Sin embargo, con el paso del tiempo y la ampliación al mercado de la alta moda, su inconformismo siempre permaneció latente. “La moda puede ser muy aburrida. Estoy tratando de encontrar algo más que hacer”, aseguró a The Associated Press después de presentar una de sus nuevas colecciones en un desfile de 2010. Después de décadas de diseño, Westwood se concentró en asuntos ambientales y proyectos educativos.
Hace algunos años, la veterana diseñadora protagonizó una campaña para el grupo de derechos de los animales PETA, en el que contaba que su decisión tenía ver con la idea de evitar el mal uso del agua. En ese periodo, se convirtió en una abierta defensora de la lucha contra el calentamiento global, advirtiendo del peligro en el ecosistema si no se controlaba el cambio climático. Su prestigio y acceso a las élites, fueron vehículos para el lobby a favor de diversas reformas ambientales.
La denominada “Emperatriz del punk” fue un icono de vanguardia y una leyenda de una movida contestataria, que influencio en la cultura conservadora británica y al mismo tiempo se aggiorno a ella. La síntesis lo otorga el tuit de la familia de la difunta innovadora: “El mundo necesita a personas como Vivienne, para cambiar hacía mejor”.
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