***1/2 Debajo del glaciar hay un volcán, debajo del volcán hay un secreto y debajo de esos secretos, los problemas, traumas y tristezas de un pueblo islandés. Mezcla de ciencia ficción, terror, retrato social y melodrama familiar coral, Katla tiene tantos pros como contras.
Entre los primeros, la elegancia en los movimientos de cámara y la alternancia de planos donde la naturaleza árida refleja lo que sucede dentro de los personajes. Entre los segundos, una deriva narrativa que intenta cubrir todas las alternativas posibles de la variedad humana, lo que en ciertos momentos diluye el peso de la trama central y hace que olvidemos la pregunta ¿de dónde vienen y por qué esos doppelgangers cubiertos de ceniza? La carga alegórica también resulta, por momentos, molesta.
Pero en general la tensión se maneja bien y nos interesan esas vidas modificadas por una erupción que es a la vez real y simbólica. Párrafo aparte: el último episodio incluye algunas crueldades coherentes con la historia, pero no por ello menos molestas.
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