**** Todo, desde el diseño hasta la estructura de esta película animada sobre una niña que decide construir un cohete espacial y viajar a la Luna para encontrar a la diosa de nuestro satélite, impulsada por una cierta pérdida, recuerda a Disney. Es lógico porque Glen Keane es el cerebro detrás de varias películas del “Renacimiento” de la firma en los 90. Lo interesante es que el film no desmerece esa tradición, aunque se note mucho que el modelo está muy latente. Las voces originales son de Cathy Ang, Phillippa Soo, Ken Jeong, Robert G. Chiu. La historia carece de golpes (demasiado) bajos, los personajes son en general simpáticos (aunque la idea del animalito simpático es bastante antigua) y el diseño, atractivo como corresponde. Y la protagonista conmueve: es la magia de la animación que un trazo (de lápiz, de pincel, de píxeles) se nos aparezca como una emoción real. Y aquí funciona.
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