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ECONOMíA | 11-05-2020 16:33

Cómo afecta en la Argentina la suba del dólar en Brasil

La depreciación del socio del Mercosur impacta en la cotización de dólar blue, eleva presiones devaluatoria e inflacionaria y afecta exportaciones.

El dólar sube hoy frente a la moneda de Brasil, principal socio comercial de la Argentina, otro 1,4%, hasta 5,82 reales. En lo que va del año, la divisa norteamericana se elevó 42,5% frente al real y solo 12,4% frente al peso oficial, que es el que rige para las exportaciones e importaciones y que más impacta en la inflación. ¿Cómo impacta esta brecha sobre la economía argentina?

Primero hay que tener en cuenta que en 2018 y 2019 el peso oficial se había devaluado mucho más que el real. El tipo de cambio real (ajustado por inflación) multilateral (en relación con las monedas de los países con los que más comercia la Argentina), que es el indicador clave de la competitividad cambiaria, está en 111,49 puntos (la base es 100 y ocurrió el 17 de diciembre de 2015, cuando Mauricio Macri eliminó el cepo cambiario y el peso se devaluó). En abril de 2018, antes de que comenzaran las siguientes depreciaciones de Macri, el tipo de cambio estaba a 92,21, mucho menos competitivo que ahora. En septiembre pasado llegó a 136,86 y a partir de entonces ha ido bajando.

La Argentina tuvo el nivel actual en enero de 2012, cuando arrancaba el segundo gobierno de Cristina Kirchner con el cepo. A partir de entonces, con una inflación que subía más que el dólar oficial, el tipo de cambio terminó la administración kirchnerista a 75,43, el nivel menos competitivo desde la convertibilidad (2001). O sea, que el peso actual aún es alto, pero por ahora va camino de dejar de serlo.

Marcelo Elizondo, de la consultora DNI, advierte sobre el impacto de la devaluación del real en la comparación de costos entre Brasil y la Argentina: “Como Brasil tiene mucha estabilidad monetaria histórica, puede acompañar la devaluación de los mercados emergentes sin pass through (efecto en la inflación). Acompañar esa devaluación es una decisión deliberada porque el planteo de Paulo Guedes (ministro de Hacienda) es que debe abrir la economía, pero antes debe ajustar el tipo de cambio. Eso lleva a que para nosotros la competitividad sea más complicada porque tenemos el problema del atraso cambiario. El segundo problema es que Brasil es competidor nuestro en soja y autos, sobre todo cuando se negocian tratados con terceros países. Tercero, hay un problema geoestratégico: las políticas económica, comercial, financiera y monetaria son distintas entre la Argentina y Brasil y eso hace más difícil sentarse a negociar estrategias comunes dentro del Mercosur y con terceros. No solo hay una diferencia retórica entre Alberto Fernández y Jair Bolsonaro, sino de fondo”. El sector argentino más perjudicado, según Elizondo, es el automotriz, pero también los del trigo, metalmecánico, químico y plástico, todos exportadores hacia Brasil.

El presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (Fisyp), Julio Gambina, advierte primero que las devaluaciones deben analizarse “en proceso” y no solo observar lo que ocurre en los últimos días. Es decir, hay que tener en cuenta que el peso había sufrido fuertes devaluaciones en 2018 y 2019. No obstante, admite que la depreciación del real “hace ruido en el cotidiano esfuerzo del Banco Central argentino para que no se dispare el dólar oficial ni los alternativos”. De hecho, el blue subió hoy a $ 125. “Te complica lo financiero”, reconoce.

“Brasil tiene cuentas macroeconómicas más estables y la devaluación no impacta en los precios, pero en la Argentina sí, aunque hoy es menor por la recesión”, analiza Gambina. “En la Argentina muchos aumentan por las dudas cuando sube el dólar, aunque no los afecte. Por eso hay un temor de ir tras la devaluación de Brasil. Brasil es importante porque es el principal destino de las exportaciones industriales argentinas y su devaluación agregará dificultades para nuestra recuperación. Lo dramático es la descoordinación macroeconómica dentro del Mercosur. Nuestro país no debería responder devaluando sino con políticas de convergencia y de reorientación productiva”, propone el presidente de la Fisyp.

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Alejandro Rebossio

Alejandro Rebossio

Editor de Economía y columnista económico de Radio Perfil.

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