Alberto Fernández y el jefe del bloque de diputados oficialistas, Máximo Kirchner, siguen impulsando el proyecto de ley de Carlos Heller para gravar por única vez a los más ricos para financiar los gastos extra de la pandemia. Es cierto que se demora la presentación de la iniciativa, pero porque están definiéndose los alcances: solo para personas con patrimonios de más de $ 200 millones, no empresas. También se retrasa porque primero debían estrenarse este 13 de mayo las sesiones virtuales del Congreso y ahora tiene que aprobarse el reglamento de funcionamiento remoto de las comisiones, adonde deberá remitirse el proyecto.
El impuesto arrancaría con una alícuota del 2% que iría subiendo en forma gradual hasta 3,5% en los casos de quienes tienen más de $ 3.000 millones. Se aplicaría a los patrimonios al 31 de diciembre pasado. Se estima que lo abonarían 12.000 personas.
En el oficialismo admiten que no lo pagarán aquellos grandes millonarios argentinos que hace tiempo mudaron su residencia fiscal al exterior, como Alejandro Bulgheroni, Hugo Sigman o Elena Bonatti Rocca, prima de Paolo Rocca. En cambio, lo abonarían Gianfranco Macri y Marcos Galperín, que este año se fueron a Uruguay.
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