Continúa el NDA, señal de que hay negociación. NDA es la sigla en inglés de Acuerdo de No Divulgación, que es lo que rige estos días y sin fecha de caducidad el diálogo entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y los acreedores privados. Sin embargo, algo se filtra de esas conversaciones.
El Gobierno, que en un principio ofertaba 32 dólares por cada 100 adeudados, subió primero a 45 y después a 50. Pero los fondos de inversión internacionales que tienen los bonos insisten en 55. Antes pedían entre 75 y 90.
Un grupo de bonistas acercó este lunes una nueva propuesta que consistía en mantener los 55, pero con una estructura distinta del acuerdo. Además del valor de la quita, la discordia también radica en la fecha de inicio de pago de los intereses (si 2021, 2022 o 2023), la capitalización de los intereses durante el periodo de gracia y el endulzante (los bonistas quieren un cupón atado a todas las exportaciones, no solo las agropecuarias, y que el número de exportaciones lo fije un organismo internacional serio, no el Indec), según fuentes vinculadas a la negociación.
Otros informantes precisaron que existe alguna preocupación sobre si se podrá lograr un consenso sobre el canje de los Discounts y Pares, bonos de la reeestructuración de 2005/2010 que exigen mayoría de hasta el 85% para evitar juicios. En cambio, está más cerca el acuerdo por los títulos Globales, emitidos por Mauricio Macri y que por las malas experiencias de la reestructuración griega (2012) incorporaron cláusulas más benéficas para el país y solo requieren un 66% de aprobación.
El canje de deuda tiene nueva fecha de vencimiento este viernes, pero seguro se postergará. Mientras, se percibe una pérdida de interés del mayor fondo de inversión internacional, BlackRock, por la discusión. “No quiere saber más de la Argentina por un tiempo. No les preocupa cerrar un acuerdo por ahora y se mantendrán en el valor de cierre que proponen o muy cerca de eso. Lo de Vicentín fue un golpe para ellos porque invierten en empresas reales, no solo en bonos de los gobienos, y el mensaje de estatización, de superregulaciones, de control del dólar y de los precios y de imposibilidad de repartir dividendos por las inversiones que hacen es demasiado para ellos”, analizan en su entorno.
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