Parece que hubiera pasado mucho más tiempo desde que el sistema logístico fue puesto a prueba durante la parálisis pandémica. Camiones y vehículos de reparto eran los que continuaban abasteciendo a la población al a espera de la vacuna salvadora. Lo que fue una caída sin precedentes en la actividad (-9,8% en 2020) se recuperó también sin ambigüedades al año siguiente (+10,5%) pero en el medio las empresas del transporte sufrieron ese vaivén. Hoy se debaten contra viejos conocidos, pero con nuevas características: la inflación. Una costumbre argentina que hoy es el tema principal de preocupación de los operadores del sector en todo el mundo.
Pandemia de precios. La estructura de costos del sector varía según se trate del tramo de media y larga distancia o del abastecimiento urbano. En los primeros, tiene más peso el combustible (generalmente el gasoil) y los neumáticos. En cambio, en los segundos pesa más el factor salarial. Según un informe reciente de la prestigiosa consultora internacional McKinsey, “la tendencia se está derramando sobre todo los rincones de la economía global con efectos dramáticos”.
El sector en Argentina, muy acostumbrado a lidiar con precios cambiantes y con un sindicato con fuerza de negociación (Camioneros) la recuperación postpandemia rompió todas las previsiones. Desde enero pasado, el índice que elabora FADEEAC (Federación. Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas) creció 82,1%, contra un 67% de la inflación minorista. Sin embargo, este promedio muestra comportamientos muy diversos entre los rubros que menos crecieron (peajes, con 29% y el costo financiero, con 253%. Pero los tres más relevantes y que superan por más de 20 puntos al índice FADEEAC son neumáticos (+105%), material rodante (+104%) y seguros (+96%).
Cada uno de ellos tiene una historia particular. En el caso de los neumáticos, el reciente conflicto gremial de larga e intensa duración puso de manifiesto un problema con el que se enfrentaba el transporte desde hace tiempo. “El precio de este insumo viene subiendo por encima de la inflación desde hace cuatro años y últimamente se agravó por el faltante”, apunta Emilio Felcman, director de Estudios Económicos de FADEEAC. La combinación de trabas para importar y el desabastecimiento por la virtual parálisis de las tres plantas productoras empujó todavía más los valores, que según Felcman no siguió un patrón internacional.
En el caso del material rodante, las mismas dificultades que atravesaron los productores locales para “calzar” a sus unidades por la coyuntura se agrega el cepo. Finalmente, los seguros mostraron una brecha que podría ampliarse si se va ratificando una mayor siniestralidad por las mismas dificultades para mantener en forma a los equipos.
El factor combustible, en cambio, no desentonó con el índice general, pero a partir de este mes de octubre el Gobierno autorizó subas mayores en su precio que comenzó con una actualización del impuesto. Todo indica que de ahora en más estará en los rubros que más irán subiendo y representa casi un tercio del total de los costos.
Futuro. Para Pablo Gunning, director ejecutivo de FAETYL Federación Argentina De Entidades De Transporte Y Logística, el sector a lo largo de los dos últimos años está viviendo una “tormenta perfecta”, en el que se combinaron: “la pandemia (hubo que invertir en seguridad y logística), falta de combustibles, la de neumáticos (que lleva un año y medio) y una negociación colectiva en pleno proceso”, subraya.
La paritaria, cerrada hasta septiembre con un 31% semestral (71% anualizado) se incrementaría según las aspiraciones enunciadas por el líder camionero Pablo Moyano en 100% adicional. La suma directa es para la tribuna, lo cierto que, si finalmente cierran en torno al 100% para el año que se inicia en noviembre, estará alineado con lo que las principales consultoras vuelcan en la encuesta del REM que difunde el Banco Central. ¿Podrá trasladarse al precio del servicio ese porcentaje? Gunning aclara que dependerá de la situación de mercado de cada empresa: “el salario no es el único rubro del costo y eso pegará diferente según en qué segmento esté cada cual", explica. Además, a su juicio, para seguir el ritmo de los costos deberían poder actualizarse los precios, pero la economía no presenta una coyuntura favorable como para perder un cliente, con lo que cada vez hay una presión mayor de los costos y menor margen de rentabilidad. Por ejemplo, en el tema neumáticos, la solución no es simple porque el fabricante del camión “obliga a que uses un modelo específico y también impacta en los seguros. Si no se puede cumplir: o se hacen menos viajes u otro tipo de salida operativa e impacta en todo el costo del servicio por mayor incidencia de costos fijos”, detalla. "Todo esto gira en torno a un problema inflacionario y la falta de recursos por adquirir bienes en el exterior. Hemos atravesado crisis incluso durante la pandemia y se dieron problemas más serios luego de la pandemia que en ella”, concluye.
El desafío al que se enfrenta el sector es múltiple. A la ya mencionada presión de los costos y desabastecimiento, se le agrega un cambio sustantivo en la demanda que se va notando como una tendencia irreversible de largo plazo. La explosión del e-commerce desde la pandemia y la adopción de nuevos formatos flexibles en la contratación o lo que es la reconversión de la movilidad, cada vez más valorada por el sistema y los clientes. “Ya tenemos operadores que en la última milla lo hacen con vehículos eléctricos (en distribución de aguas o paquetes, por ejemplo) empujados por el brutal cambio en el perfil del consumidor”, finaliza Gunning. ¿Un nuevo escenario o “presión de la demanda”? La paritaria con los Moyano podría ser un juego al lado de este horizonte atrapante.
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