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ECONOMíA | 20-02-2020 17:07

Un negocio digital con crecimiento seguro

A contramano de la crisis, las empresas de ciberseguridad elevaron su facturación en dólares en los últimos dos años. Clientes urgidos.

En la Argentina el sector informático es la mosca blanca que no para de crecer a pesar de la recesión. Los números siguen siendo positivos y el mercado de ciberseguridad no es la excepción. Integrado por un mundo de productos y subdivisiones (desde soluciones corporativas, pymes, gobierno y hasta consumidores finales) ,el balance de los principales players entusiasma.

“En 2019 crecimos un 11% en dólares”, confirma Federico Pérez Aquisto, gerente general de la firma eslovaca ESET para Latinoamérica. Para el ejecutivo, operar en toda la región es positivo porque cuando un país sufre una caída en las ventas se puede compensar con las subas en los restantes. Pérez Aquisto calcula que el mercado de seguridad informática en la Argentina alcanza los 53,9 millones de dólares anuales, de los cuales 14,9 millones pertenecen al mercado del antivirus, una cifra baja si se la compara con el volumen total de Latinoamérica, donde llega a los 290 millones.

Gonzalo García, vicepresidente de la empresa norteamericana Fortinet para Sudamérica, también considera que el mercado local atraviesa una etapa saludable. “El momento de ciberseguridad es muy bueno. Es una industria que está creciendo fuertemente y se relaciona con el crecimiento de las transacciones digitales, de la economía digital y la transformación digital, que implica llevar cada vez más procesos de negocios al ámbito de la tecnología. Esta incorporación de tecnología debe hacerse de una forma segura.”

El ejecutivo de Fortinet describe una particularidad del mercado argentino, donde el corto plazo sigue siendo un elemento dominante al momento de tomar decisiones “ mientras en otros países de Latinoamérica como Chile, Ecuador o Colombia a la hora de hacer inversiones se compran a un plazo de tres o cinco años.

En la Argentina se hacen inversiones por un año. Las empresas adquieren la parte inicial y posteriormente van comprando las suscripciones cada 12 meses. Esa es una característica que viene desde hace más de diez años y está en el ADN de cómo se invierte en el país.

Para García, la recesión no ha sido un escollo: “En cantidad de unidades el negocio no se ha frenado.  Obviamente, la devaluación del tipo de cambio ejerce cierta presión en los negocios, si bien quienes invierten en tecnología de seguridad saben que son bienes importados y que están sujetos al tipo de cambio”.  

Pérez Aquisto, de ESET, considera que la clave para atravesar la crisis en el mercado argentino fue la relación con los canales de distribución". "Tener buenos canales de distribución y entender que ambos, la empresa y el canal, tenemos que atravesar las crisis y/o los contextos de alta devaluación del dólar. Al tener un producto importado de Eslovaquia implica un costo en euros y nosotros tenemos que aplicar eso de alguna manera, a la coyuntura local. Entonces, tener una relación de win win con los canales es fundamental y debemos ver la crisis como una oportunidad.”

En la Argentina, el último lustro ha sido negativo para la economía en general. Sin embargo, el ejecutivo de ESET estima: “Desde 2014, más allá de las idas y vueltas, hemos crecido todos los años en facturación en dólares. En 2018 también habíamos crecido en dólares prácticamente un 5%. Es clave la relación con los canales y ver esto como una oportunidad".

Exportar. La crisis no detuvo los proyectos de inversión de ESET, que desembolsó en la Argentina 300.000 dólares en un centro destinado a dar monitoreo y servicios para toda América Latina.Perez Aquisto reconoce que la devaluación golpeó al mercado y lo obliga a los clientes a tomar decisiones “al tener un producto cuyo costo está en euros". "Frente a la devaluación del peso, hay muchos clientes que dicen 'es mejor comprarlo ahora que comprarlo más adelante', porque el costo hoy en pesos es más barato seguramente frente a las devaluaciones que puedan venir.”

No obstante, el ejecutivo describe cómo la coyuntura cambió una parte del negocio. “Desde el año pasado, muchos clientes comenzaron a dilatar las renovaciones, o piden descuentos. Allí es donde la marca y el distribuidor tienen que escuchar al cliente y tratar de entender su situación y llegar a un lugar donde el cliente quede satisfecho.”

Juan Marino, manager regional de ventas de ciberseguridad de la compañía norteamericana Cisco, que amplió su enfoque del negocio IT (tecnologías de la información) hacia la ciberseguridad, aporta su mirada: “La crisis no nos afectó demasiado porque el negocio se balancea: a veces hay más inversión del sector público, a veces hay más del privado. Como la tecnología es un elemento necesario para las empresas, éstas necesitan seguir invirtiendo, modernizándose y expandiéndose, porque, de lo contrario, crisis mediante, se quedan afuera. Nuestros clientes forman una pirámide de grandes empresas, donde las grandes corporaciones, las grandes prestadoras de servicio, las telcos (operadoras de telecomunicaciones), son grandes consumidoras de nuestra tecnología, como infraestructura, conectividad y ciberseguridad, y siguen invirtiendo”. Marino considera que “la crisis afecta, quizás hay cierta incertidumbre hacia adelante de sí va a haber una desaceleración de las compras".

"Por ahora, venimos cumpliendo los objetivos del negocio y seguimos creciendo", aclara el manager de Cisco. "Si bien está clara la crisis económica que hay en nuestro país, en nuestro sector se sigue manteniendo, porque si no invertís en tecnología o tratando de modernizarse para lograr una ventaja competitiva, te quedas afuera.” A la hora de hacer un balance y comparar 2018 con 2019, Marino concluye: “En términos generales venimos bien. Si bien notamos que hubo una desaceleración del mercado, como negocio seguimos creciendo". El ejecutivo considera que para 2020 “las inversiones van a volver a balancearse desde otro sector: el sector público quizás pueda ser una fuente para nosotros para seguir creciendo". Marino también destaca “el buen nivel de profesionales de ciberseguridad” y pone el acento en una característica del mercado local que se repite en el resto de Latinoamérica, donde el recurso humano especializado disponible “no alcanza para cubrir la demanda”. 

por Martín Parrado

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