Thursday 19 de September, 2024

EMPRESAS Y PROTAGONISTAS | 01-08-2023 07:51

Campaña sin candidato, ¿misión imposible?

Las campañas modernas modificaron la forma de hacer política, proliferando un método que no sólo resulta viable, sino absolutamente necesario.

La campaña sin candidato es un concepto que, en principio, puede sonar como un contrasentido. Resulta extraño imaginar una campaña política donde la figura principal no se apropie de cada segundo de televisión, de cada espacio en los diarios, de cada minuto de radio. Sin embargo, diseñar una herramienta con estos alcances no sólo no es imposible, sino que además es absolutamente necesario. Veamos...

El desgaste al cual se expone un candidato es mayúsculo. Cada acción, cada decisión se centra en él. Desde una sencilla recorrida vecinal, pasando por reuniones extenuantes con posibles aliados, incluyendo raids mediáticos agotadores… todo suele pasar por él. La posibilidad de poder delegar muchas veces se torna complicada y, como corolario, su humor empieza a sufrir un deterioro producto del cansancio y la exposición a medida que nos acercamos al Día D.

Por eso, al iniciar cualquier proyecto de campaña, es clave planificar una correcta distribución de roles que permita consolidar una diversidad de voceros. Resulta absolutamente imprescindible que el candidato no siempre sea el responsable de llevar el mensaje, sino que exista una multiplicidad de agentes para poder hacerlo con acceso a la estrategia de la campaña y a sus lineamientos generales.

Ahora bien, ¿quiénes pueden ser esos agentes? Desde “ciudadanos comunes”, pasando por influencers o activistas digitales, voces autorizadas con peso específico dentro de una comunidad determinada -como deportistas o artistas-, amigos o compañeros de ruta que conocen al candidato desde otro lugar y tienen acceso a su intimidad, la cual debe ser ventilada sólo de acuerdo a los requerimientos estratégicos. Las posibilidades son muchas. Lo fundamental es que todas se ajusten a los requisitos pretendidos.

Las campañas modernas modificaron la forma de hacer política. Muchas acciones se volcaron a las redes sociales y allí comenzó a tornarse necesario constituir equipos entrenados para actuar según un contexto y una coyuntura, que puedan defender y consolidar los ejes de una estrategia sin resbalones ni ocurrencias contraproducentes. Desde ese momento, la campaña sin candidato se transformó en un cúmulo de soluciones.

En primer lugar porque tienden a preservar a la figura central. En segundo término, porque la gran mayoría de los electores se muestran cada vez más apáticos con la política y con quienes la representan. Todo lo que se advierta teñido de la liturgia política clásica es rechazado de antemano. Allí, otra vez, la respuesta es llegar con voceros que no estén asociados a las estructuras tradicionales para consolidar un mensaje creíble, claro, contundente y, sobre todo, beneficioso.

por CEDOC

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