El armado del árbol genealógico forma parte de terapias psicológicas así como de sesiones en decodificación de síntomas biológicos o emocionales; así mismo es requerida para el abordaje de la Decodificación de rostros.
Ya Sigmund Freud se refirió a que los “traumas familiares” podían ser heredados de los antecesores; también Carl Gustav Jung desarrolló el análisis de los diferentes tipos de inconscientes, siendo uno de ellos el inconsciente familiar que depende además del inconsciente colectivo.
Anne Ancelin Schützenberger (Moscú, 29 de marzo de 1919-23 de marzo de 2018) fue una psicóloga, abogada y profesora rusa nacionalizada francesa que dedicó su labor a descubrir la trama familiar como causante de los síntomas de sus integrantes.
Así, cada secreto, cada trauma, muerte dolorosa o prematura, y la vergüenza tras un acto de gravedad en el sistema familiar, es transferido a los descendientes que cargarán con lo no resuelto como si se tratase de un fantasma en forma de pensamiento, emociones o acciones.
Nuestro árbol genealógico es un mapa perfecto de todo cuanto nos sucede, ya que en su análisis hallamos las posibles causas de enfermedades, carencias o repitencias de sus integrantes.
El transgeneracional, lejos de pensar que es un espacio ancestral de desaparecidos, es en verdad un campo de información sutil y poderosa, donde radican de igual modo los dolores o dramas y sus soluciones.
Cada uno de nosotros requiere para nacer la unión de 2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos, 32 choznos, 64 bichoznos, y podemos seguir según generaciones contemos. Cada uno de ellos con sus propias vidas y sentires como decisiones tomadas. Entonces, es lógico pensar que todos ellos nos legan su experiencia de vida con sus memorias completas.
Mediante el análisis de los integrantes del sistema podemos evaluar la memoria que porta un consultante, según sus síntomas sean físicos, psicológicos o emocionales. Cada uno de nosotros recibimos al nacer, de manera inconsciente, un manual de instrucciones de cómo vivir en este sistema familiar, tomando como referencia las vivencias de los antecesores y focalizando las emociones de ambos padres recibidas en el embarazo.
Así obtenemos explicaciones a miedos exagerados y sin sentido, a enfermedades “hereditarias”, a la imposibilidad de tener hijos o lograr la profesión deseada; todas estas situaciones son compensaciones o reparaciones del sistema.
El árbol genealógico es un árbol vivo, en una experiencia continua a través de los integrantes del mismo sistema.
Esta terapia se realiza siempre con un síntoma asociado, donde el consultante expone su dificultad que tiene siempre un inicio y un desarrollo.
El diagrama del árbol se sugiere sea realizado por el consultante, volcando allí datos como nombres completos, fechas con día, mes y año de nacimiento, así como muerte de los integrantes, brindando la mayor cantidad de información sobre ellos. Así se comienza a construir el mapa de información de donde el consultante toma su historia.
Todo guarda una lógica abrumadora cuando se estudia el sistema en comparación con la vida de las personas.
Dos casos ejemplificadores
Rina llega a consulta con problemas en los genitales de su hijo mayor, presentando problemas de erección al tener una reciente novia, que causaron preocupación. El joven tiene 18 años y el médico enunció que no hay nada que justifique esa respuesta biológica.
Abrimos el árbol y ubicamos a todos los integrantes; este adolescente nacido un 24/3 (fecha clave en la historia) es doble de los abuelos maternos (ser doble es compartir un don y un programa limitante), por tanto consulto esta vivencia en relación con el síntoma.
Sin erección no hay oportunidad de generar descendencia así es que, de manera inconsciente, se busca evitar un drama en un embarazo.
La historia estaba en que los abuelos maternos cursan un embarazo durante el proceso militar en Argentina y son demorados en una comisaría, donde producto del susto y angustia, se pierde esta gestación con el dolor que eso significa. Meses después se quedan embarazados de Rina, mi consultante.
Así, para evitar este dolor de muerte, el inconsciente actúa de manera preventiva protegiendo a los protagonistas, para que no atraviesen lo que ya se vivió.
Esta ecuación es la que permanentemente se repite en los sistemas, al igual que en la repetición.
Marta siguió los pasos de su madre y repitió exactamente la edad del casamiento y separación, así como las edades de maternidad e infidelidad; como si de un mapa de vida se tratase, repitió todo con una exactitud asombrosa.
Cada uno de nosotros porta una historia personal que está unida y sujeta a la historia de la memoria familiar que nos condiciona para lograr nuestros deseos y sueños, aunque en otros casos nos habilita a tener logros y éxitos.
Cuando se estudia el rostro se lee y decodifica la vida contemporánea de la persona unida a las memorias de su sistema familiar. Recordemos que en la cara leemos aspectos esenciales de la persona, profesión, vínculos materno y paterno y su herencia, así como relaciones de hermanos y medios hermanos, también situaciones de manejo de dinero o ahorro. Todo está escrito en la cara.
Nuestra genealogía es un espacio único de vivencias, informaciones y resentires. Sanar implica equilibrar una energía que quedó atascada; no se pudo procesar como duelos o separaciones que, a través de un movimiento, como en las constelaciones familiares, se libera dicha energía y todo cambia, se mueve, se modifica.
Cada uno de nosotros debería saber de dónde viene y cuales son las historias que hicieron posible nuestra llegada a la tierra, porque es un hecho que esas historias hoy crean la realidad que transitamos.
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por CEDOC
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