Algo debe haber en la genética de la familia Moroni, porque la Arquitectura es parte de nuestra vida, reconoce el Arq. Fernando Moroni, titular de Estudio Moroni y Asociados. “Desde muy chico me fui empapando de Arquitectura viendo estudiar y trabajar a mi hermano Mario, 12 años mayor que yo y arquitecto también. Así fui conociendo de qué se trataba esta carrera y profesión que más tarde elegiría yo también. Y efectivamente algo debe haber en los genes, porque tengo una hija arquitecta, Angie, que se abrió camino en una rama diferente a la mía y trabaja con mi gran profesor: Gonzalo Suárez Aboy”, dice Fernando, quien comenzó teniendo por primeros comitentes a los padres de sus amigos del colegio y luego, esos mismos amigos al independizarse.
- ¿Cómo comenzó a proyectar haras, que no son proyectos tan usuales?
Un día, ya a punto de recibirme y haciendo una refacción en un departamento, se rompió el ascensor y tuve que bajar por las escaleras. Al hacerlo, me crucé con un señor chileno, Don Joaquín Barros, que estaba tratando de arreglar su timbre. Me ofrecí desinteresadamente a ayudarlo, y -mientras charlábamos- me contó que se estaba volviendo a Chile en esos días, y me preguntó si yo me animaría a hacer unas refacciones mínimas en su departamento, que a su vuelta arreglábamos. Yo, sin dudarlo, acepté.
Los arreglos se hicieron tal como él lo había pedido. Al año siguiente me volvió a llamar, esta vez para contarme que había comprado un campo en San Antonio de Areco. Yo pensé que también me iba a encargar hacerle algunos arreglos menores, o pintura, pero no... Para mi sorpresa, en el campo no había absolutamente nada: ni árboles, ni luz, ni alambrados. Nada. Esta segunda vez me preguntó si me animaba a hacerle un haras. Y nuevamente, sin dudar, le dije que sí. Y así fue como hicimos el Haras Carampangue, que fue mi primera gran obra, y por eso yo siempre digo que todo vuelve. Este señor se convirtió en mi gran amigo, el que me acompañó y depositó en mí su confianza, haciéndome saber que iba por el buen camino.
- ¿Quiénes conforman hoy el estudio?
Al Estudio Moroni lo conformamos los arquitectos Mariana Sporleder, Mora Varela, Guadalupe Colombres, Emilio Dodds y yo. Una linda mezcla de profesionalidad, experiencia y sangre joven, con la cual me siento plenamente respaldado. Ellos son parte de mi familia, al igual que las tres generaciones de contratistas que nos acompañan desde siempre: los Báez, los Figliuolo y los Palermo. Y como también otros arquitectos que ya pasaron por el estudio y con quienes seguimos en contacto cercano, incluso a veces compartiendo algunos proyectos.
Hemos realizado refacciones de casas y departamentos, locales comerciales, casas en quintas y campos, barrios cerrados, varios haras (Carampangue, Santa María de Araras, La Providencia, Los Aguacates, etc.). Y juntos seguimos encarando nuevos proyectos que -a pesar de la pandemia- están arrancando: más refacciones y obras nuevas en Pilar, San Antonio de Areco, Capitán Sarmiento, Entre Ríos, Santa Fe, etc. No tenemos un estilo único, sino que buscamos adaptarnos al deseo de cada comitente y a las características del lugar. Creo que lo importante es no perder nunca esa relación personal con el cliente, ese contacto directo y personalizado que hoy puedo decir con orgullo que es la esencia del Estudio Moroni.
Datos de contacto: IG: @estudiomoroni
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