Liderazgo y resiliencia en la Evaluación Anual - Brand

Decía anteriormente que un líder inspirador es quien ha hecho un camino de autoconocimiento, y cómo hoy lo demuestran estudios internacionales, quien se muestra como es, humano, vulnerable y desde allí gestiona.

En esta época del año, la evaluación anual se presenta como una gran oportunidad en la vida de los equipos y las organizaciones. Los líderes de manera individual, si quieren tomar la oportunidad, tienen frente a así una gran ocasión para trabajar la resiliencia en el equipo. Primero ha de tener momentos consigo mismo para reflexionar sobre su acción en los desafíos del año qué termina: aprendizajes, qué puede mantener como lo hace, qué no puede repetirse, qué puede preveer, qué habilidades o saberes necesita adquirir, en qué necesita ayuda. Mientras va trabajando en su liderazgo podrá encontrar momentos de feedback con algunos miembros de su equipo para que le ayuden a ver su rol desde otro ángulo. Este será un momento de retrospectiva sobre la propia persona y no deslindando responsabilidades en sus colaboradores. Es el momento de contemplarse como protagonista de su rol que le permita capitalizar lo observado, ser resiliente.

Hoy en el ámbito empresarial la resiliencia es una habilidad muy buscada, ya que quien la ha desarrollado puede enfrentar desafíos, sortear obstáculos, capitalizar la experiencia y conducir con acierto.

La evaluación anual consciente con perspectiva resiliente es una apuesta a largo plazo tanto para el líder como para el equipo. Un requisito para el éxito es, comunicar con claridad al equipo la finalidad de la misma, y establecer acuerdos de convivencia en los que se va a desarrollar la misma. Se propondrá: rememorar los desafíos del año que se va, como se superaron, qué se necesita para hacerlo mejor, qué se puede registrar como aprendizaje y/o protocolo; reconocer y celebrar todos los aprendizajes y logros (jamás esta etapa tiene que ser amarga sino esperanzadora). La resiliencia del equipo se basa en el compromiso con el crecimiento y la confianza de que el error es parte de la vida, que podemos aprender y salir fortalecidos. Quizás surja la necesidad de capacitación, mentorías y otros espacios de colaboración que permitan la mejora continua.

En conclusión, la evaluación anual personal como líder y con el equipo son la base para desarrollar resiliencia. Un equipo que escucha de su líder su autoevaluación (no hacer cargo de todo lo malo del equipo sino desde su rol y acción), invita a sus colaboradores a ser también protagonistas de su rol, promoviendo confianza, autenticidad y certeza de recuperación si trabajamos todos juntos.

En un mundo laboral cambiante la flexibilidad que da la resiliencia se convierte en la base del liderazgo y los equipos.

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