“La empresa la inició mi padre, el ingeniero Carlos Eduardo Mazzeo, cuando yo me recibí de arquitecto en el año 2002. Él se venía desempeñando en forma independiente, realizando obras de instalaciones eléctricas, desde inicios de la década del 80”, recuerda el Arq. Fernando Gabriel Mazzeo, Director de Obras y Socio de Mazzeo e Hijos SRL que desarrolla proyectos propios desde 2015 y que, además, realiza obras civiles completas para terceros.
- ¿Qué es lo que más lo motiva de su profesión?
Es una muy buena pregunta, ya que como amantes de lo que hacemos, tenemos varias motivaciones. La principal, es realizar obras perdurables en el tiempo que se distingan por la calidad, tanto proyectual y de diseño, como constructiva. Luego, también ver que nuestras obras sean espacios bien habitables, vivibles, funcionales, cómodos, alegres y luminosos. Por ejemplo, cada vez que vamos al edificio de Basualdo donde hay familias viviendo, es una satisfacción ver cómo lo viven y disfrutan de los balcones aterrazados, las parrillas, las cocinas, etc.
Por último, diría que otra motivación -y meta- es tratar de lograr una identidad propia, que cualquier persona pueda identificar nuestras obras, que se sepa que fueron diseñadas y construidas por nosotros. Recién estamos arrancando, llevamos construidos solamente tres edificios, donde en el primero no pudimos diseñar mucho porque accedimos al terreno por canje donde la dueña ya tenía un anteproyecto; pero luego en Basualdo 1277 y Cucha Cucha 2539 por suerte pudimos desarrollar todas nuestras ideas, dentro de la gran limitante que es obviamente diseñar entre medianeras y con las normas del código de la Ciudad.
- ¿Cómo ve la Arquitectura argentina y su desarrollo?
Uno ve una obra de Clorindo Testa y sabe que la realizó él. Puede o no gustarte, pero tiene una identidad propia, lo mismo que obras de Le Corbusier, Mies o Wright. Como arquitecto, creo que hubo un vacío proyectual en nuestra profesión por varios años, ¡diría décadas! Salvo las construcciones afrancesadas de inmigrantes de Av. de Mayo, y demás zonas aledañas, luego se construyó nuestra Ciudad de Buenos Aires de forma muy ecléctica con la excepción de las obras de Clorindo Testa o César Pelli en Puerto Madero.
Cuando uno viaja al exterior, y habla con extranjeros, uno se da cabal cuenta que, arquitectónicamente, somos reconocidos por las obras afrancesadas que construyeron los inmigrantes hace más de un siglo, que le dieron una identidad europea a gran parte de nuestro centro, pero luego, en la periferia, no hubo estudios de arquitectura ni desarrolladores que aportaran grandes edificios a la ciudad, como tampoco hubo incentivo de los distintos gobiernos del Estado Nacional. ç
O sea, no tenemos una arquitectura vernácula propia, como sí la hubo, por ejemplo, en Brasilia donde, prácticamente, toda la ciudad la diseñó Oscar Niemeyer o en México Luis Barragán, primero, y Ricardo Legorreta, después; ni hablar de estilos y construcciones de países del primer mundo, que nosotros por una cuestión de inversiones difícilmente podamos tener, como el High - Tech con el arquitecto británico Sir Norman Foster o la arquitectura de lujo de Zaha Hadid. Creemos que no hay una arquitectura vernácula “argenta” todavía, aunque por suerte estamos observando que en los últimos años hay cada vez más pequeños desarrolladores, estudios y arquitectos que privilegian el diseño, la habitabilidad de los espacios, la imagen de la fachada -que es lo que termina de darle en conjunto con otros edificios, identidad a la manzana y luego a la ciudad-, por encima de sacar el máximo rédito en rendimientos de metros cuadrados.
Por ejemplo, Luciano Kruk es un arquitecto que logró tener una identidad propia. Uno mira una casa diseñada por él, y la reconoce, cómo trabaja el hormigón visto, el brutalismo que logra en sus obras, es admirable, lo mismo que el arquitecto Darío Jaraj, quien fue mi primer maestro, y a quien admiro. Él logró en sus casas también darle una impronta propia con sus juegos de techos inclinados y en punta apuntando al cielo. Nosotros, como dije al principio, humildemente recién estamos comenzando y nos motiva eso, que por ejemplo mi hija, se dé cuenta sola que tanto la casa de Costa del Este como los edificios de Basualdo y Cucha Cucha tienen un sello propio, y lo estamos logrando sin repetirnos, cosa que es lo más difícil de lograr.
- ¿Cuáles son los proyectos a futuro como desarrolladores?
Acabamos de comprar un terreno en Agronomía, en Av. Beiró y Gutenberg, donde esperamos poder seguir desarrollando nuestras ideas, o sea, construir un edificio de calidad que, a su vez, aporte su granito de arena en diseño para la ciudad y tenga nuestras principales características: calidad constructiva -carpinterías de aluminio con vidrios DVH, griferías con cierre cerámico, pisos de porcelanatos de primera símil madera, muebles de cocina y baños diseñados a medida totalmente equipados, al igual que placares completos, pintura satinada, etc.- , nuestra línea de diseño Neoplástica en fachadas, ambientes amplios y luminosos, balcones aterrazados, entre otros muchos detalles.
Datos de contacto: Labarden 4011, Caseros, Prov. de Buenos Aires - Cel. (11) 2262 0865 - Mail: [email protected] / [email protected] / [email protected] - www.mazzeoehijos.com - IG: @arq.mazzeoehijos
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