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EN LA MIRA DE NOTICIAS | 21-03-2021 00:12

El Código Macri

Para descifrar el lanzamiento editorial del ex presidente, es interesante leerlo con el libro de Cristina Kirchner al lado. Criptografía del país agrietado.

Hay muchas maneras de leer un libro. Una de ellas, es con otro libro al lado: no necesariamente para compararlos, sino para usar uno como llave para descifrar al otro. Este ejercicio de lectura, entre tantas interpretaciones que surgen esta semana por la presentación del libro de Mauricio Macri, supone contrastar el lanzamiento editorial del ex presidente con el best-seller que marcó el temerario camino de regreso de la ex presidenta Cristina Kirchner al poder: grieta de por medio, “Sinceramente” y “Primer tiempo” dialogan entre sí. Y dicen mucho sobre la Argentina que nos toca vivir.

Casi al principio del libro de Macri aparece una perlita, que tal vez sea una simple travesura del azar, o tal vez no. Justo en las páginas 20 y 21, el expresidente diagnostica psicológicamente a CFK, quien en su propio libro  había dedicado las páginas 20 y 21 para retratar a un Mauricio enajenado. Así contaba Cristina su visión del entonces presidente electo cuando la visitó en Olivos para discutir el traspaso del mando: “lo primero que hizo, antes de verme, fue ir al baño (…) Cuando me dio la mano sentí que estaba muy tenso, duro. Casi no hablaba y me miraba muy fijamente...”.

Como si se tratara de una devolución de gentilezas, Macri publica ahora su versión de lo que sucede en la mente de Cristina: “La ex presidenta no está bien. No sé si alguna vez lo estuvo. Ya durante sus mandatos notaba un padecimiento interno muy grande”, observa Macri, y evoca su propia opción por la terapia psicoanalítica “para alejarme de todo tipo de construcciones artificiales”. No queda claro si el ex presidente cree que el psicoanálisis podría ayudar a la vicepresidenta, o si ya sería demasiado tarde, porque “ella es una persona que hoy es toda una construcción artificial o irreal”, sentencia. En esas páginas, y en otros momentos de ambos libros, ella y él se acusan mutuamente de violentos, paranoicos con la amenaza fantasmal de su contraparte y obsesionados con destruir al otro. Qué país tenebroso sería la Argentina si los dos tuvieran razón.

Opuestos por el vértice, Mauricio retoma la misma preocupación íntima que Cristina detallaba en “Sinceramente”, respecto de la seguridad de sus hijos ante los vaivenes de la Justicia. Como la ex presidenta se quejaba del asedio público contra Máximo y Florencia, el ex presidente deduce que “ella ahora quiere que yo pase por lo mismo, con la diferencia de que mis hijos son absolutamente inocentes de cualquier delito”. Y remata su hipótesis (conspirativa o no, depende de qué libro elija cada argentino) con una simbiosis inquietante, que iguala aquello que el PRO insiste en que no se puede comparar: “No tengo pruebas de esto. Pero, como dice la propia Cristina, tampoco tengo dudas”.

También coinciden en algunos retratos del poder que los rodea y los condiciona. El establishment, que Macri llama “el círculo rojo” para tomar distancia prudencial. Los medios, de los que Cristina se queja con furia mientras Mauricio ensaya cierto desdén decepcionado. El Papa Francisco, con quien ambos tratan de congraciarse por escrito. Los sindicatos, cada cual mostrando su desconfianza, presuntamente basada en sus respectivas ideologías, esquivando cualquier otra discusión de intereses personales. Y Alberto Fernández: Macri lo menciona poco y nada en todo el libro, como si no fuera el verdadero presidente actual de la Argentina; algo parecido al ninguneo de Cristina cuando opina sobre el Gobierno que ella integra y, según parece, maneja cada día más.

Pero todo eso, más las discusiones de temas polémicos y políticas de Estado que se repiten en ambos libros, con argumentos opuestos hasta la incompatibilidad crónica, es letra conocida. Puro relleno, como la información que rellena los textos cifrados para ocultar el verdadero mensaje, mucho más corto y simple, como bien saben los expertos en criptografía. Así como Cristina dejó claro con su libro, aunque sin decirlo explícitamente, que volvería de algún modo al ruedo electoral, Macri deja su puerta bien abierta para hacer lo que mejor le parezca en 2023. En este caso, también sin explicitarlo, pero con un guiño inequívoco en el título de su intento de best-seller: “Primer tiempo”. La metáfora futbolera también recorre el libro como una renovada apuesta a la polarización, al Boca-River de la política, clave del éxito o al menos de la supervivencia: “El fracaso populista generará una valoración aún mayor de nuestras ideas”, se ilusiona Macri, con la misma euforia de Cristina escribiendo sobre el derrumbe de la gestión Cambiemos. No son lo mismo, es cierto. Pero juntos redactaron, a cuatro manos, el manual de la Argentina quebrada.

 

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Silvio Santamarina

Silvio Santamarina

Columnista de Noticias y Radio Perfil.

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