Thursday 19 de September, 2024

ESPACIO NO EDITORIAL | 12-08-2024 07:29

Las Constelaciones Familiares Cuánticas (parte IV)

Hoy hablaremos sobre la 4ta fuerza del amor que es la de “Dar y tomar”.

Un equilibrio entre lo que damos y recibimos nos mantendrá en armonía con todos los demás. En su esencia, esta ley sostiene que para que una relación funcione de manera equilibrada, ambas partes deben participar activamente en un intercambio continuo. Este intercambio no se limita a lo material, sino que también abarca lo emocional, espiritual y energético. Cuando uno da, debe permitir que el otro también dé, creando un ciclo de reciprocidad que fortalece el vínculo.

Algunas de las dinámicas que se observan frecuentemente en las relaciones humanas son: exceso de dar o tomar. Pensemos en alguien que solamente está en una postura de recibir, es una persona que se encuentra en un estado niño, sin tomar responsabilidad y autonomía de su propia vida, buscando en otros el apoyo que necesita, cayendo en el reproche y victimismo cuando no sucede. Quien recibe demasiado sin dar lo necesario, puede sentirse endeudado, culpable o incluso superior, lo que puede llevar a una relación de poder desigual.

La otra postura sería la de solamente querer dar, esta persona se posiciona en un estado padre, es decir, está pendiente de la demanda de los demás e incluso ayuda sin que se lo pidan, ocupando el rol de salvador. Si una persona en una relación da demasiado sin recibir lo suficiente a cambio, puede llegar a sentirse explotada, agotada o resentida o también en una postura de superioridad. El acto de dar debe ser realizado desde la consciencia y el amor, no desde la obligación o la manipulación. Cuando damos con amor y sin esperar nada a cambio, generamos un espacio en el que la otra persona puede devolver el gesto de manera natural y libre. Es importante que el dar no se convierta en un mecanismo de control o en una herramienta para obtener reconocimiento, ya que esto rompe el ciclo natural de reciprocidad.

Aprender a recibir es tan importante como aprender a dar. En muchas culturas, recibir se asocia con debilidad o dependencia, pero en realidad, aceptar lo que los demás nos ofrecen es un acto de humildad y reconocimiento de nuestra interdependencia. Al recibir, permitimos que la otra persona experimente el gozo de dar, y así, alimentamos el ciclo de amor y reciprocidad.

Este principio es vital no solo en las relaciones de pareja, sino también en las relaciones familiares, laborales y de amistad. Quien da o recibe en demasía, pone en riesgo la relación. En la única relación donde no aplica este principio, es entre padres e hijos, ya que los padres dan y los hijos toman, y a su vez éstos le darán a sus propios hijos y a la comunidad, la vida va hacia adelante. Si te interesa, contáctanos.

Carla Villarreal y Nicolás Campilongo

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