La causa Nisman continúa generando polémicas. NOTICIAS accedió al registro informático del día que se sortearon a los peritos psicólogos para realizarle una “autopsia psicológica” al fallecido fiscal. Al conocerse este registros se pueden advertir una serie de sucesos que vuelven a arrojar sospechas sobre el trámite judicial que investiga la muerte de Nisman.
El primer punto tienen que ver con lo que solicitó la entonces jueza de la causa, Fabiana Palmaghini. La magistrada había solicitado una “junta” para analizar la psiquis fiscal y en el primer sorteo informático se designaron dos peritos: Mariana Bueres y Mariano Marquevich. Pero algo extraño sucedió. Minutos después después de realizarse el sorteo, se decidió volver todo atrás. En el sistema apareció un registro con la siguiente leyenda: “Por orden del decanato se sortearán peritos titulares”. Un cambio llamativo si se tiene en cuenta que la autopsia médica de Nisman la hizo Héctor Di Salvo, que al momento de realizarla no tenía nombramiento efectivo, es decir que tenía un contrato ad hoc. El decano de ese entonces era Roberto Godoy.
Dentro del Cuerpo Médico Forense de la Corte existe una gran población de profesionales ad hoc, por lo que resulta difícil encontrar peritos con nombramiento. Por este tema hay una causa judicial, en la que se determinó que los peritos ad hoc no hacen pericias, sino “informes técnicos”, ¿Esto pone en peligro los fallos de los jueces que han resuelto casos basados en “pericias”? Cualquier abogado, un poco pícaro, podría tomar este argumento a su favor.
En el expediente Nisman, cuando se volvió a hacer el sorteo, se decidió no volver a usar el sistema informático sino que se hizo un “alta manual”. Es decir que se eligieron los peritos “a dedo” para desigar “peritos titulares”. Los elegidos fueron: Adela Orggatti y Mónica Herrán. Esta última fue dada de baja porque cuando la eligieron estaba con “licencia por enfermedad”. Al final quedó Orggatti sola y no se volvió a elegir otro perito para reemplazar a Herrán.
Ya con la pericia psicológica de Nisman finalizada, hubo una serie de salvedades que quedaron registradas. En el punto uno de las conclusiones se afirmó que “no se ha podido cumplimentar con el peritaje de autopsia psicológica, por carecer de los elementos de análisis requeridos para ello”.
Las autopsias psicológicas suelen ser casos poco comunes dentro de la gran cantidad de pericias que se realizan a lo largo del año. La gran mayoría de las pericias psicológicos se hacen analizando a personas vivas: víctimas de violencia, criminales, acusados, etc. Es por esto que para realizar una autopsia psicológica se necesita de una gran cantidad de información relacionada con la víctima, en especial sus últimas comunicaciones: llamadas, mensajes de texto, mails y chats, entre otras cosas. En el caso Nisman, la autopsia psicológica se realizó en agosto del 2016, cuando todavía faltaba información sobre el fallecido fiscal. Un ejemplo son los mensajes de WhatsApp que se recuperaron recién en 2018.
Lea el peritaje psicológico de Nisman:
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por Rodis Recalt
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