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SOCIEDAD | 07-06-2022 14:30

El primer arquitecto de la Villa 31 presentó su libro: “La 31, una historia de resistencia”

César Sanabria fue cartonero, cuida coches, trabajó como albañil y, a pesar de la adversidad, se recibió de arquitecto. “Cuando salía a buscar trabajo tenía que esconder mi dirección”, revela.

César Sanabria fue cartonero, cuida coches, trabajó como albañil y, contra muchos pronósticos cargados de prejuicios, se recibió de arquitecto, convirtiéndose en el primer egresado de la Villa 31 en esa carrera. Y, como si eso fuera poco, en la última Feria del Libro presentó “La 31, una historia de resistencia”, libro en el que cuenta sobre sus orígenes, su crianza en el lugar en el que todavía vive y la cultura del trabajo dentro de un contexto complejo.

Noticias: ¿De qué trata su libro?

Sanabria: Trata de la historia del barrio, de la génesis, de cómo nació. Ya no es más Villa 31 porque se sancionó una ley de urbanización en la Legislatura porteña en el año 2018. Ahora se llama “Padre Carlos Mújica” por el cura. El libro se divide en capítulos temporales, segmentos temporales. El barrio nace en 1932, cuando hubo una gran crisis mundial en 1929 y se cayó la bolsa en Nueva York, y luego la Primera Guerra Mundial. Todo eso hizo que haya un gran flujo de inmigrantes europeos hacia Sudamérica, flujo migratorio que la Argentina capitalizó con políticas de recepción para italianos, polacos, españoles. Trabajaban en la zona del puerto y a esa gente se les dio unas casillas muy precarias para vivir.

Noticias: ¿Desde cuándo vive en la 31?

Sanabria: Desde que tenía dos años. Trabajé cuidando coches, juntando latitas, fui cartonero, pero siempre con esta lógica de la cultura del trabajo que mis padres me enseñaron. Mi mamá tiene 63 años y hasta el día de hoy sigue trabajando como empleada doméstica, y mi papá me enseñó un poquito el oficio de la albañilería, por eso que decidí estudiar arquitectura. Hoy en día soy arquitecto, docente en la Universidad de Buenos Aires, una de las mejores universidades del mundo.

Noticias: ¿Por qué es una historia de resistencia?

Sanabria: Porque siempre fue un barrio que resistió los embates políticos de querer erradicarla. Muchas veces los diferentes gobiernos, tanto de facto como democráticos, quisieron erradicarla. En la década del ’70, los militares, con la excusa del Mundial, hicieron una gran erradicación de las villas de la ciudad porque no resultaba bonito que los extranjeros llegaran y vieran esas casitas humildes, esas chozas precarias. En nuestro barrio quedaron cuarenta y ocho familias que se presentaron a la Justicia y con un amparo judicial lograron quedarse, sino hubiéramos tenido que irnos todos. Ellos pasaron a llamarse la “Comisión de Demandantes” porque junto con la 31 se unieron a otros barrios. Pasó el tiempo y el barrio se fue repoblando. En el ’83 hubo un nuevo oleaje de pobladores, gente del interior del país y de países limítrofes que venían en busca de una oportunidad laboral.

Noticias: ¿Qué sentía cuando era niño y vivía en un barrio como ése, de “población vulnerable”?

Sanabria: Cuando era niño no tenía dimensión, pero cuando vas creciendo vas tomando conciencia de donde uno vive. Es como una mezcla de sentimientos, algunos que tienen que ver con el rechazo, otros con el miedo, resignación, una mezcla de todo. Pero yo soy del barrio y planto mi bandera: me enorgullece decir que soy del barrio, digan lo que digan. Vengo de una familia trabajadora, humilde y eso es lo que me tiene que dar orgullo porque en el barrio existen muchísimos trabajadores. Cuando salíamos a buscar trabajo teníamos que negar nuestra dirección, porque te condenaba a que el empleador no te diera la posibilidad de conseguir ese empleo. Son esos miedos de que piensen mal o que te discriminen.

Noticias: ¿Cuál sería la problemática que quisiera erradicar de tu barrio?

Sanabria: El tema del consumo de estupefacientes. Ése es un problema que todavía no se pudo solucionar. El Estado tiene que presionar fuerte para solucionar ese tema que es muchas veces un tema tabú. Muchos jóvenes consumen el residuo de la cocaína que se llama pasta base. Eso los arruina, los hace ser jóvenes sin rumbo, personas que parecen zombis. Es muy lamentable ver gente que tiene toda la vida por delante y, a veces por un problema familiar o de contexto, eligen este tipo de droga que además los lleva a otro tipo de situaciones como el robo, la delincuencia en general.

Noticias: Si tuviera que destacar una virtud de la gente de su barrio, ¿cuál sería?

Sanabria: La solidaridad. Te nombro un claro ejemplo de solidaridad que pasó en varias oportunidades. Los servicios en el barrio no se pagan, la luz no se paga, tenemos gas en garrafa, el agua tampoco se paga, recién ahora nos estamos adecuando y vamos a tener derechos y obligaciones. Esto hace que frecuentemente, en épocas invernales o de mucho calor, haya incendios en las casas. Ahí es donde se ve la solidaridad, cuando una casa se quema en tres minutos, no es exagerado, en tres minutos hay trescientas personas colaborando con baldes, agua, arriesgando su vida tratando de apagar el incendio. Cuando fue la pandemia, los vecinos cocinábamos para darle de comer a las familias que no tenían recursos. Ésa es la mayor fortaleza de los barrios, y nombro a todos los barrios populares que son cuatro mil cuatrocientos en la Argentina. La solidaridad es la fortaleza. También cuando teníamos que ir a cortar calles para reclamar por servicios, por la ley de urbanización, por la ley de tierras, en esas ocasiones también nos hemos hermanado.

Noticias: ¿Cómo se vive hoy en su barrio?

Sanabria: La gente de los barrios populares siempre la pasa mal porque los precios suben con la inflación y los sectores populares son los que sufren más. En la pandemia la pasamos muy mal, porque el Barrio 31 fue uno de los primeros barrios donde el coronavirus estalló. El hacinamiento, el contexto de construcciones tan pegadas unas a las otras hacía que el contagio fuera más frecuente. Lamentablemente perdimos a muchos vecinos históricos para nuestra lucha, lo cuento en el libro. Hay un capítulo referido a la pandemia y les hago un homenaje a esos vecinos que lamentablemente fallecieron por el virus: Ramona Medina, una referente de la Garganta Poderosa, ella estuvo reclamando por el corte de agua en plena pandemia, Gladys Argañarás que es una referente de un comedor que también falleció, el comedor que iba cuando era chico, Pablo Alemán otro referente que falleció, él trabajaba desinfectando las calles, cariñosamente le decíamos “el busca”.

 

*Gabriela Fernández Rosman es una alumna de la Escuela de Comunicación de Perfil.

 

 

 

 

 

 

 

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por Gabriela Fernández Rosman

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