Wednesday 24 de April, 2024

SOCIEDAD | 02-06-2022 14:14

La emotiva historia de una madre que encontró a los asesinos de su hijo

Graciela Pera era la mamá de Matías Díaz, un joven de 21 años a quien mataron en su trabajo. Como la causa no avanzaba ella investigó y halló a los culpables.

El 19 de marzo de 2004 Matías Sebastían Díaz tenía 21 años. Aquel día Carlos “Chanín” Albermajer y Damián “el Negro” Fernández, entraron a robar al local de computación del cual era encargado y le dispararon, a pesar de que no presentaba ninguna amenaza. Ahí la vida de Graciela Mónica Pera cambió para siempre.  “Matías era una buena persona”, recuerda.

A partir de aquel fatídico día, Pera, que había dedicado su vida a cuidar de sus hijos, Matías y Fernando -que en el 2004 tenía 18 años- se sumió en una depresión. Luego recobró fuerzas y logró llevar a juicio a los asesinos, que fueron condenados a 18 y 17 años de prisión respectivamente.

A la par del fiscal, Diego Onorati, ella decidió investigar: se metió en una villa, rastreó personas, entrevistó a testigos y los visitó decenas de veces hasta convencerlos de ir a la fiscalía a declarar. Anotó palabra a palabra lo que le decían, grabó en secreto a la gente y hasta amenazó a uno de los asesinos.

Con todo lo vivido y el recuerdo de su hijo siempre presente, Pera decidió escribir el libro que le dedica: “Matías, la tenaz y silenciosa lucha de una madre para llegar a la verdad”.

A los 63 años hoy es locutora y estudia Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Cuenta que le encanta viajar pero que con “Matías hubiese sido diferente”. “A veces me obligo a disfrutar porque no sé cuándo va a ser el momento de mi muerte.”, confiesa.

Noticias: ¿Cómo fue ese día?

Graciela Mónica Pera: Fue a las 12:15 horas más o menos. Me avisaron que mi hijo había tenido un accidente. Cuando llegamos al hospital nos dijeron que había fallecido porque le quisieron robar en su lugar de trabajo.

Noticias: ¿Cómo comenzó la investigación?

Pera: Había algunos indicios de que podían ser de Villa Garrote, que queda del otro lado de Tigre. Un testigo declaró que uno tenía un tatuaje y por eso vieron que podía ser Albermajer. Ellos se negaron a declarar y como los indicios no eran muy firmes, los dejaron en libertad.

Noticias: ¿Cuándo y por qué tomó la decisión de investigar por tu cuenta?

Pera: Más o menos a los tres meses. Yo había estado muy deprimida, seis meses en cama, y como veía que la causa no avanzaba, decidí ir a ver al fiscal. Él me dijo que no interviniera, que hiciera mi duelo, pero decidí empezar a buscar gente que vivía en la villa para ver si conseguía algo.

Noticias: ¿Cómo empezó a juntar las pruebas?

Pera: Tenía solo el nombre de pila de una persona que jamás voy a revelar su nombre, o si es hombre o mujer. Esta persona que vivía en la villa y había escuchado en un pasillo, de boca de los asesinos: “ay boludo, se te fue la mano, le cagaste la vida a un pendejo”.

Noticias: ¿Cómo la encontró?

Pera: Un señor que vivía en la villa y daba los planes sociales, me dijo que una persona muy allegada al testigo, tenía un almacén. Me dio su domicilio y al otro día me reuní con esta persona. Me contó todo muy explayado y estuve dos o tres días convenciéndola para que me acompañe a la fiscalía y amplíe la declaración.

Noticias: ¿Cómo recaudó las pruebas?

Pera: Yo escribía todo en un cuaderno grande de alambre, y escribía palabra por palabra todo lo que me decían por si había contradicciones. Llevaba un grabador muy viejito dentro de la cartera. Tenía que apretar las dos teclas juntas sin que la persona se diera cuenta. De ese momento, tengo como veinte cassettes, porque ni siquiera había celular para grabar.

Noticias: ¿Qué avance logró?

Pera: Cuando llevé a esta persona a declarar, el fiscal la entrevistó y de tres renglones que había declarado en marzo, declaró tres carillas en diciembre del 2004.

Noticias: ¿Cómo fue estar cara a cara con uno de los asesinos?

Pera: Pasaron cosas muy locas. A “Chanín” Albermajer lo fui a ver al puesto del mercado donde él decía que trabajaba, como para hacer buena letra –porque era reincidente–, y le dije que él y el “negro” Fernández habían matado a mi hijo. Yo lo estaba grabando, pero él me lo negó. Después me dijo, “yo le tengo miedo a usted”. “¿Y vos por qué me tenés miedo? Le pregunto y me contesta “y porque nunca se sabe cómo puede reaccionar una madre”. Y ahí fue cuando apagué el grabador y lo amenacé. Le mostré el arma que tenía en la cartera.

Noticias: ¿Cómo siguió la investigación?

Pera: Citaron a declarar a toda la familia de Albermajer y nunca pudieron probar nada. Una vez dijeron que ese día, almorzaron todos porque era el cumpleaños de la madre de “Chanín”. Fui al colegio de uno de sus hermanos y averigüé si en la lista él estaba presente y así hice caer la coartada. Una directora de colegio no te puede dar esa información, pero si yo esperaba la orden judicial pasaban 18 años más.

Noticias: Antes de la condena, finalmente se declararon culpables ¿cómo fue ese momento?

Pera: Cuando terminaba el juicio, los dos confesaron, pero solo para ver si tenían una baja en la condena, por una estrategia legal, no por arrepentimiento real.

Noticias: ¿Cómo fueron los años en los que estuvieron presos?

Pera: La etapa de ejecución de pena fue un sufrimiento muy grande para toda la familia porque a cada rato pedían salidas transitorias. Cada vez que ellos pedían algo, yo iba a la fiscalía e insistía hasta que se lo negaran.

Noticias: ¿Ahora están en libertad?

Pena: Uno desde septiembre del año pasado y el otro desde mayo de este año. Por agotamiento de pena.

Noticias: ¿Cómo fue escribir el libro del caso?

Pera: Como al fiscal le llamó la atención todo lo que yo había hecho, me dijo “¿por qué no escribís un libro?”. Empecé a mediados del 2008, cuando terminó el juicio, y al año siguiente, lo terminé. Tardé un año.

Noticias: ¿En qué momento del día recuerda Matías?

Pera: Todo el tiempo, cuando pasan un partido de Boca porque era fanático. Los domingos me pongo muy triste porque es un día más familiar, te reunís, comés un asado. Su cumpleaños, su fallecimiento, el día de la madre, son fechas jodidas. Después hay momentos en que lo recuerdo bien, que me causan gracia, bromas, anécdotas… Lo recuerdo todo el tiempo, pero no lo sueño nunca. Me encantaría soñarlo.

 

*Melisa Ferrante es alumna de la Escuela de Comunicación de Perfil.

por Melisa Ferrante*

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