Sunday 28 de April, 2024

SOCIEDAD | 02-01-2024 10:31

Invento argentino: Gremio swinger

Es una asociación que nuclea a los que practican el intercambio de parejas. Reglas.

En agosto pasado, la Justicia argentina marcó un antes y un después en el mundo al darle personería jurídica a ASLA, la Asociación Civil Swinger Libre Argentina, la cual vela por los derechos de los amantes del intercambio de parejas, tanto en materia legislativa como contable, civil y/o psicológica.

Consultado por NOTICIAS, Pablo Ferreyra (55), su actual presidente explica el logro: “Nosotros no queremos evangelizar a nadie, solo estamos para acompañar a aquellos que tengan esta inquietud y no tengan un espacio donde desarrollarla. Y ahora, como Asociación Civil que somos, contamos con una herramienta que nos permite generar un montón de leyes a futuro en defensa de nuestros derechos”. Y continúa, “fue un trabajo muy arduo, la IGJ nos exigía un montón de cuestiones burocráticas que gracias a nuestro equipo legal fueron resueltas. Desde los libros que nos costaron 500 mil pesos hasta tener número de CUIT y cuenta en el banco fiscalizada por la AFIP. Nuestra Asociación está integrada por un presidente, una vicepresidente primera y otra segunda, una secretaria, un tesorero y vocales. Todos trabajando ad honorem, solventado por los mismos miembros. Hoy la cuota mensual es de mil pesos y cualquiera puede asociarse, esté en pareja o soltero e indistintamente de su orientación sexual”. Sobre la cuestión de género, resalta: “Tuvimos muchas reuniones con el INADI para asesorarnos bien sobre estas cuestiones de género y diversidad. Nuestro objetivo es reglamentar todo y salir de las sombras, donde mucha gente pacata quiere que estemos. Porque no entienden que somos gente normal que vive su sexualidad de una forma distinta a la conservadora, pero vamos al supermercado, pagamos los impuestos, llevamos a nuestros hijos al colegio y demás”.

Polémica. Uno de los grandes problemas que afronta la comunidad swinger en Argentina es la habilitación de los espacios donde realizan sus encuentros. Un caso reciente fue la clausura del resto-bar “Swap” ubicado en la localidad bonaerense de Ituzaingó, el cual se había convertido en poco tiempo en un referente para las parejas y almas solteras que querían incursionar en tal práctica. En ese momento, Juan Manuel Álvarez Luna, secretario de Gobierno y Seguridad de Ituzaingó afirmó que se clausuró el lugar “debido a las constantes denuncias que recibían por lo que acontecía en el lugar”. En el mega operativo de asalto donde se clausuró definitivamente el espacio, informaron que “las puertas de emergencia estaban cerradas y no había matafuegos”. Con respecto a este vacío legal, Matías Díaz, tesorero de la Asociación comenta: “Necesitamos encontrar una figura legal que nos permita habilitar clubes donde podamos desarrollar nuestro estilo de vida con libertad y sin infligir la ley. Somos gente muy divertida que nos reunimos en fiestas para pasarla bien, conocer gente, hacer amigos, como cualquier persona que va a un boliche, pero nuestros espacios son constantemente inspeccionados, clausurados, acusados de prostitución y otras cuestiones que nada tienen que ver con el ser swinger. Si un club cumple todos los requisitos que el Estado nos exige, debería funcionar sin problemas. Estamos luchando por ello”.

Swingers. Además de manejar las “arcas flacas” (como él mismo reconoce) de la Asociación, Matías (49) está en pareja con Abigail (25) y juntos son la típica pareja swinger. Se conocieron hace 3 años en una fiesta privada y se hicieron inseparables. “Fui por primera vez a los 20 años porque tenía muchas inquietudes más allá del sexo. Y cuando fui me gustó mucho el trato entre las parejas, el respeto, la libertad y me di cuenta que era un camino de ida, que necesitaba eso en mi vida”, explica Abigail. “En él encontré una persona con mucha experiencia, conocimiento y respeto. Hay gente que transita el swinger y no tiene respeto por el otro, pero él me respeta como ningún hombre lo hizo. Eso me enamoró y por eso formalicé con él”. Por su parte, Matías reflexiona: “Al principio se nos hizo difícil porque teníamos nuestras mañas pero empezamos a salir y me gustó mucho su forma de ser a pesar de su juventud. La gran conexión que tuvimos desde que nos conocimos hizo que nos enamoráramos inmediatamente”. Sobre los celos coinciden: “Los celos existen pero es mayor la confianza que nos tenemos. Somos muy sinceros y sabemos separar el sexo del amor”.

Apertura. En los últimos años, diversas prácticas sexuales fueron avaladas por la opinión pública. Y si bien “Doña Rosa”, la emblemática e imaginaria ama de casa de Bernardo Neustadt, se escandalizaría igual, hoy el poliamor y la libertad sexual no están bajo la lupa. Sin embargo la comunidad swinger reconoce que siguen siendo perseguidos y apuntados como "degenerados". Sobre el tema, Ferreyra se defiende: “Somos una comunidad que se la pasó toda la vida sufriendo discriminación por el modo de vivir. Tuvimos un caso grave en Santa Fe, de una familia que tuvo que mudarse a Buenos Aires porque los dejaron sin trabajo y le hacían un vacío en todos los ámbitos sociales y otro en Mar del Plata, donde a una pareja le rompían constantemente los vidrios de su casa para que se vayan del barrio, como si el swinger fuera el anticristo”. Y en cuanto a lo social, concluye: “Ser swinger no es para cualquiera. La bandera de nuestra Asociación es la de ayudar, informar y proteger. Siempre priorizamos el amor y la sinceridad porque entendemos que los vínculos más sinceros se dan dentro del estilo de vida swinger. Otro punto vital es que para ser parte de la Asociación no hay que tener solo buenas intenciones, sino un historial limpio, ya que por estatuto el socio tiene que presentar antecedentes penales libre de toda causa, denuncia, etcétera. Eso por un lado nos tranquiliza y por el otro nos da valentía para exigir cada vez más derechos”.

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Mariano Casas Di Nardo

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