El nombre de Nelson Castro a menudo es asociado a los análisis sobre la coyuntura política. Pero el conductor de TN además es médico neurólogo, y también tuvo su época de periodista deportivo. Esta última vocación la rescata en su flamante libro sobre la vida y muerte de Diego Maradona, “La salud de Diego”, que escribió junto a Pablo Corso y Juan Manuel Lombardero. “Maradona tuvo una personalidad absolutamente autodestructiva”, dice. “Realmente uno ve su trayecto y ve el tema de la autodestrucción permanente. Impresiona la cantidad de patologías que tuvo, que cuando las ponés todas juntas te impactan. Y a eso se sumaba una personalidad muy potente, era un hombre que se creía que estaba por arriba de todo”.
Castro cuenta que a Maradona lo enterraron sin corazón. “Hubo un movimiento de un grupo de barras bravas de Gimnasia y Esgrima de La Plata, que planeó irrumpir en el velatorio y extraer el corazón. No llegó a plasmarse porque obviamente fue un acto de una osadía enorme. Estuvo detectado que esto iba a ocurrir. Entonces se le extrajo su corazón, además para estudiarlo. Porque obviamente el corazón fue muy importante en cuanto a la determinación de la causa del fallecimiento de Maradona”, explica.
Noticias: Usted contó que tenía un tornillo en un tobillo, que lo aquejó toda la vida.
Nelson Castro: Claro, fue una de las operaciones que le hicieron. Y pudo jugar con ese tornillo, que era un calvario. Y él lo hacía de una manera fenomenal. No había dolor que no superara por jugar al fútbol. Cuando tenía el fútbol en su objetivo, era su tabla de salvación.
Noticias: Y tenía una afección llamada “dedos en martillo”.
Castro: Efectivamente, él tenía una deformación que se da en los dedos del pie. Pero la superó muy bien. Así como no tuvo voluntad o determinación para superar las adicciones, tenía una voluntad absoluta para enfrentar cualquier obstáculo en lo deportivo. Es una contradicción interesante. Por eso jugaba estando lesionado y no paraba. Varias veces jugó en condiciones en las cuales ningún otro hubiera jugado. Y por eso, cuando él pierde el ancla del fútbol como elemento ordenador de su vida, esta termina por desbarrancarse. El contrapeso de lo que fueron las adicciones para Maradona fue letal porque lo terminó alejando de lo único que podía ordenar su vida, que era el fútbol.
Noticias: ¿Cómo jugó en ese sentido el momento de la pandemia y el encierro?
Castro: A él lo afectó mucho la reclusión. Eso terminó aislándolo aún más, sumado al mal entorno que tenía. El aislamiento de la pandemia fue un elemento muy deteriorante para Maradona. Él necesitaba ser el centro de todo, rodearse de gente. Tenía una necesidad afectiva muy fuerte que quedó cada vez más insatisfecha y resultó imposible de llenar.
Noticias: Es interesante lo que cuenta sobre su etapa en Cuba. ¿Cómo fue?
Castro: En Cuba tuvo dos etapas. La primera fue un desastre, un desorden absoluto. Todo lo que se está viendo ahora con Mavis Álvarez lo confirma, solo que nosotros en el libro tratamos el tema de la salud. En el libro hay una anécdota: Maradona había tenido una oferta para hacer publicidad para el Viagra. Y cuando él ve la publicidad del Viagra que hace Pelé, dice: “No, yo no voy a estar haciendo publicidad de esto que da idea de que soy impotente”. Pero él recibía gran cantidad de Viagra. Entonces empieza un intercambio con Fidel Castro: Fidel le da habanos y Maradona le da Viagra, que en la isla no había. Eso da idea del desorden. Había una vida desordenada en cuanto a sexo, comidas, adicciones. Esa etapa termina con la ruptura del vínculo con (Guillermo) Coppola. En la segunda etapa en Cuba él ya va con una indicación mucho más precisa, con una intención de encontrar una solución a su obesidad mórbida porque le venían ofertas de trabajo en televisión, etcétera. Pero Cuba fue catastrófica para Maradona porque no le aportó ninguna solución. Y Maradona además se aburría en Cuba: sufría el calor, el lugar en donde estaba y demás. Y entonces hacía cosas increíbles, como pasarse toda una noche jugando al golf, algo absolutamente incompatible con su objetivo de ordenarse. Además no dormía de noche, y eso alteraba absolutamente su rutina.
Noticias: ¿Cómo era la lógica de su vínculo con Coppola?
Castro: “Era una relación de amor, solo que faltó el sexo”. Eso lo dicen los dos, Maradona y Coppola. Coppola era partícipe de todo ese desorden. Forma parte de eso que yo marco que eran los “malos entornos” que manejaba Maradona. Coppola se da cuenta en algún momento de que todo eso es un desastre y que lo iba a afectar a él. Y dice: “yo de acá me voy” y se produce esa ruptura traumática.
Noticias: Algo que se toca mucho es el aspecto sexual de Maradona: enfermedades de transmisión sexual, su rechazo a usar preservativo. Hoy sabemos lo que pasó con Mavis Álvarez, que denuncia un abuso. ¿Qué reflexión le dispara esto?
Castro: El caso de Mavis Álvarez se conoció cuando el libro estaba en la imprenta, pero es una confirmación de lo que nosotros marcamos. Él era adicto al sexo, y al sexo sin cuidados. Por eso el doctor Alfredo Cahe le mandaba a hacer análisis para descartar HIV. Y era un tema sobre el cual discutían, también con Coppola. Coppola le marcaba “mirá, te tenés que cuidar”, y él insistía en que no. Y tenía adicción en cuanto a la frecuencia y en cuanto a practicar el sexo con más de una mujer. Y, coincidencia o no, a partir de que en el libro lo mencionamos han empezado a conocerse casos concretos de su contacto con gran cantidad de mujeres. No quiere decir que todos sean abusos como el de Mavis Álvarez, lo cual lo debe investigar la Justicia. Incluso hay casos de internaciones de él en las que intenta tener relaciones con enfermeras. Era un adicto al sexo absolutamente irrefrenable.
Noticias: Con respecto a sus últimos momentos, ¿a qué conclusiones llega en su investigación?
Castro: Dos datos clave. Primero está la reunión que se hace en la Clínica Olivos en la que desaconsejan el alta de Maradona y piden una internación institucionalizada. Y está el dato de que eso es rechazado por la familia y por el doctor (Leopoldo) Luque. Y después está lo que pasa el día del final, una mala atención médica de un hombre que de haber estado en otro lugar pudo haber tenido otra chance. Hay que tener en cuenta, y esto no se había dicho, que Maradona estuvo en la Clínica de Olivos internado siempre en terapia intensiva. Como tampoco se había dicho con claridad que el doctor Luque no lo operó, lo operaron otros neurocirujanos. Así que esto va a ser tomado en cuenta en la causa judicial.
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