En medio de la ola de calor que atraviesa el país, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, y la ministra de Educación de CABA, Soledad Acuña, se expresaron sobre la posibilidad de suspender las clases frente a la ola de calor. Quirós consideró que no se deberían suspender las clases ya que si las mismas “son de niños de entre 7 y 15 años tienen perfectas condiciones para tolerar el calor”. Sin embargo, destacó la importancia de que los menores estén “a la sombra, en un espacio ventilado, con acceso al líquido y si tienen refrigeración mejor”.
Así mismo, el ministro hizo hincapié en la importancia de la hidratación, sobre todo a “los más pequeños y los que no pueden expresar que tienen sed, los menores de dos años, y las personas de la tercera edad, sobre todo aquellas personas desconectadas de la realidad o que tienen ciertos grados de trastornos mentales”. “Es importante ofrecerles agua permanentemente, porque no tienen la capacidad de solicitarlo, y que se rehidraten. Hay que comer muy liviano, comer muchas verduras y frutas, y tratar de evitar las comidas pesadas y por último estar lo más posible a la sombra”; explicó el funcionario en declaraciones radiales a Delta 90.3.
Por su parte, Soledad Acuña consideró que “hay que tener clases y sostenerlas en las mejores condiciones posibles”. “Tenemos que hacer un esfuerzo. Son unos pocos días, sabemos que sufrimos todo este calor, pero en todas las escuelas estamos tratando de generar las mejores condiciones. Tenemos en las escuelas de gestión estatal dos ventiladores por aula; estamos generando hidratación adicional llevando agua fresca a todas las escuelas, ya enviamos sugerencias a las familias para que los chicos vayan livianos de ropa, estamos regulando las actividades físicas al aire libre. Estamos convencidos que cada día de clases vale, que hace la diferencia, y que es una oportunidad que no podemos perder”, detalló la ministra en diálogo con "El Disparador".
Recientemente, a raíz de la ola de calor, la Asociación Docente de la Ciudad de Buenos Aires (Ademys) acusó a la administración porteña de solo brindar una botella de agua a los alumnos en lugar de acondicionar las aulas. En un comunicado, el sindicato exigió a última hora del domingo que se suspendieran las clases “ante la falta de condiciones y ante el anuncio de temperaturas que rondarán los 40 y 44 grados”, según explicaba el comunicado difundido en redes sociales.
La ola de calor, la novena en lo que va de 2023, impactó en 12 localidades del centro del país entre el 28 y el 7 de marzo, y la zona más afectada fue el norte de la provincia de Buenos Aires que registró entre 8 y 10 grados de temperatura máxima media por encima de lo normal, algo excepcional para el inicio de marzo. Según el El Servicio Meteorológico Nacional, Argentina atraviesa el verano más cálido desde 1961, y el mes pasado fue además el segundo febrero más seco, con 41,9% menos de lluvia que el promedio.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires se mantiene ahora en alerta roja y registró el sábado 11 de marzo 38,6 grados a las 14, lo que se convirtió en la temperatura más alta en 117 años para esta época del año. El calor persistió en la noche del sábado ya que si bien la temperatura bajó a 32 grados a la 22, la sensación térmica era de 35,9 grados.
El SMN indicó además que por primera vez en la historia, la Ciudad superó el umbral de temperatura máxima de ola de calor (32,3 °C) durante 12 días consecutivos, e hizo hincapié en que "es la segunda vez en el mes que (CABA) alcanza el récord absoluto para marzo". Ya el 2 de marzo, la ciudad había alcanzado los 38 grados, superando la marca histórica de 37.9 del 7 de marzo de 1952. En tanto, este domingo la Capital Federal superó los 38 grados de sensación térmica, según informó el SMN en su ranking diario.
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