Marcelo Tinelli atraviesa un presente inédito para su historia. Se nota que transita un terreno que no termina de reconocer. Sonríe para las cámaras, sostiene el personaje público, pero detrás de esa máscara hay pasos en falso. Su debut en el streaming con “Estamos de paso”, por el canal Carnaval, fue presentado como su renacimiento mediático. Sin embargo, comenzó teñido de sospechas, ya que fue acusado de inflar artificialmente sus cifras de audiencia mediante bots, una práctica que simula espectadores constantes y fidelidad absoluta.
La denuncia de los cibernautas llamó la atención de todos. Es que las métricas indicaban miles de usuarios conectados desde el primer hasta el último minuto, sin pausas ni fugas, como si se tratara de un ritual colectivo perfecto. En tiempos de consumo fragmentado, esa conducta resultó tan improbable como imprudente. Tinelli negó tal acusación, pero su credibilidad choca frente al paradigma del algoritmo.
Intimidad pública. Mientras tanto, su vida personal también parece errática. Hace apenas unas semanas, el propio conductor había confirmado su separación definitiva de Milett Figueroa. Pero las obligaciones comerciales tienen sus tiempos y propias exigencias. Prime Video decidió adelantar el rodaje de la segunda temporada de “Los Tinelli”, la serie que retrata y ficcionaliza la vida del clan familiar, y los guiones estaban sistematizados para que Tinelli y Milett sean los antagonistas de los hijos del conductor, por lo que la separación iba en detrimento de toda una estructura ya montada. Cabe destacar que la serie ya perdió un soldado insustituible como Coti Sorokin, quien se está divorciando en malos términos de Candelaria Tinelli. Entonces, de un día para otro, llegó la reconciliación entre Marcelo y Milett. Él publicó un mensaje romántico en redes: “Te amaré por siempre, mi vida”, y ella respondió con una sobriedad calculada.
Esta maniobra también obligó a replegar otro frente narrativo. Durante semanas, el conductor había coqueteado públicamente con Sabrina Rojas, su compañera en el streaming. Likes sugestivos, comentarios ambiguos y guiños compartidos que multiplicaban la atención en redes y ayudaban a posicionar el programa. Pero con el reality en marcha y la pareja formal reinstalada, esos rumores promocionales quedaron desactivados. Aunque su entorno asegura que su amor es real, los fríos besos entre Marcelo y Milett recuerdan a los de Bolocco y Carlos Menem, en plena campaña presidencial del riojano.














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