Tras el temporal de diciembre del 2023, alrededor de 142.000 kilos de restos de árboles y ramas, en 98 camiones, fueron trasladados al Centro de Reciclaje de la Ciudad de Buenos Aires, que desplegó un operativo con más de 2.500 operarios para remover troncos, limpiar y liberar las calles. Y ahora, el gobierno porteño prevé plantar 18.074 nuevos árboles, 15.000 previstos en el plan maestro y 3.074 para paliar el impacto de los árboles tumbados por la tormenta.
La Secretaría de Espacios Públicos y Saneamiento Urbano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció los detalles de su plan de siembra para todo el año 2024, que arrancó en mayo y se extenderá hasta octubre de 2024. “Los árboles en la ciudad son un patrimonio natural y cultural. Para nosotros es una política nacional abordarlo. Sumaremos 18.000 árboles y mejoraremos aún más la cobertura vegetal y la calidad del bosque urbano. Durante los últimos meses, hemos trabajado en planes detallados para restaurar y reemplazar los especímenes, la mayoría de los cuales se perdieron después de la tormenta de diciembre. Y estas plantaciones complementan el trabajo de mantenimiento integral que realizamos de manera diaria y preventiva a todos los ejemplares arbóreos”, afirmó el ministro de Cartera, Ignacio Bystrocchi.
El plan actual supone un incremento de más del 20% respecto a los ejemplares plantados en los últimos años. Y un aumento del 50% en comparación con la siembra de 2023: se añadirán 7.500 nuevas plantas, se examinarán 6.131 plantas vacías y también se incorporarán 4.443 ejemplares al espacio verde.
Las especies de árboles que se utilizarán para reemplazar los ejemplares faltantes de árboles de la calle son las especificadas para cada corredor en el plan maestro actual. Mientras tanto, en el rediseño del espacio verde se utilizarán especies iguales o similares a las anteriores: fresno dorado, arrayán, fotinia, galleta, pata o pezuña de vaca, anacauita, cedro misionero, rapacho rosado, flor de ciruelo, jacarandá, liquidámbar, tulipero y plátano. Especies que tardan entre 15 y 20 años en alcanzar su máximo porte y una presencia significativa en el paisaje urbanom proporcionando los mayores beneficios en 40 a 50 años.
por R.N.
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