Tras una entrevista agresiva con los trabajadores del Hospital Garrahan, Eduardo Feinmann hizo un mea culpa en vivo en su programa televisivo de A24. El conductor afirmó: “Lo único que tengo para decirles a usted, que es nuestra audiencia de todos los días y a quien agradezco profundamente, es quizás el mal momento que les hice pasar. Pero es con ustedes, no con esta gente que estuvo sentada conmigo, con ustedes”.
“Es más, yo me vi y no me gusté”, reconoció el periodista y cerró: “Se me soltó la cadena. Pido disculpas a usted, a quien me debo yo todos los días. A usted que está del otro lado. Le pido mil disculpas por ese mal momento”. En medio de la autocrítica, Feinmann calificó de “gentuza” a los sindicalistas y delegados, haciendo referencia implícita a la invitada Norma Lezana, que fue entrevistada por el conductor al tratar sobre los ajustes al Hospital Garrahan.
En ese encuentro, la referente del hospital tuvo un áspero cruce con el periodista. "Deberías ir a terapia Feinmann, así vas a ser más feliz”, aconsejó Lezana, secretaria de la Asociación de Trabajadores del Hospital Garrahan. Feinmann acusó a la referente del centro de salud de golpista y le contestó: “Yo estoy superfeliz”, pero la delegada remató: “No se te nota, comunícaselo a tu cara”. Ante semejante respuesta, el conductor asintió: “Bueno, está bien, me domó”. Así finalizó el fallido reportaje que se desarrolló en los estudios de A24 sobre los reclamos de los empleados del Hospital Garrahan.
Trabajadores del Hospital Infantil Dr. Juan P. Garrahan mantienen desde mediados de 2025 una disputa abierta con el Estado nacional que combinó paros, asambleas, ocupaciones y una pulseada pública por salarios y condiciones de trabajo. El epicentro del conflicto fue la ocupación de la Dirección Médica por parte de personal nucleado en gremios y asociaciones profesionales, una medida de presión que se hizo visible el 31 de octubre y que, según los protagonistas, buscó revertir descuentos salariales aplicados tras jornadas de huelga.
El reclamo de los trabajadores tiene varias patas: pedidos por recomposición salarial real, denuncia de pérdida sostenida del poder adquisitivo —especialmente entre residentes y personal técnico—, y rechazo a descuentos y sanciones disciplinarias que las autoridades habrían aplicado tras los paros. Representantes gremiales advirtieron que los descuentos por adhesión a medidas de fuerza llegaron a montos que algunos llegaron a calificar como “excesivos”, en casos que denunciaron superaban los cientos de miles de pesos para equipos completos.
Las organizaciones que condujeron las protestas incluyen a la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) y a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), entre otras agrupaciones internas y de apoyo. Los gremios sostienen que, además del ajuste salarial, hay medidas administrativas y controles, como la implementación de sistemas biométricos de presentismo, que se interpretan como intentos de disciplinamiento del plantel y de “vaciamiento” institucional. Desde la conducción del hospital y el gobierno, en tanto, se responsabilizó a sectores del personal por desorganizar turnos y servicios durante las medidas de fuerza.
En este marco de escalada, el gobierno nacional anunció a comienzos de noviembre un aumento remunerativo para el personal. Se comunicó un incremento de alrededor del 60% en la asignación básica del personal del hospital, una medida que el Ejecutivo presentó como respuesta para “normalizar” la situación y recomponer parte de los haberes. Para los gremios, el anuncio llegó tras meses de lucha y presiones, pero no neutralizó de inmediato todas las demandas. Aún persisten varios reclamos por los descuentos ya practicados, reparaciones por eventuales sanciones y garantías sobre la sostenibilidad del financiamiento del centro de salud.














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