“El que mata debe morir”, expresó Susana Giménez en el programa “La ves”, que se emite por TN. La conductora televisiva fue entrevistada por Jonatán Viale dejando importantes textuales sobre la situación socio-política del país y algunas indiscreciones de ciertas personalidades de la farándula.
En el reportaje televisivo, la diva recordó la trágica muerte de su amigo y colaborador conocido como Gustavo Damián. En 2009, el decorador Gustavo Lanzavecchia fue asesinado a puñaladas durante un asalto en una vivienda de la localidad de Lomas del Mirador, partido bonaerense de La Matanza, en un aparente intento de robo.
A partir de ese hecho, la presentadora realizo de manera pública insistentes pedidos de “mano dura” contra la delincuencia y la criminalidad. En el encuentro con el hijo de Mauro Viale, Giménez se sumó al pedido para que haya cárceles como las que instaló el presidente Nayib Bukele en El Salvador. "Algo quiere decir que él haya bajado los homicidios de 2000 a cero”, destacó la actriz del film "La Mary".
Estos señalamientos, por parte de la conductora, omiten un hecho muy cuestionado desde la ética y moral que la misma diva protagonizó en la década menemista. El conocido caso de “los autos truchos”, una maniobra delictiva que fue tapa de Noticias a principios de los 90, se viralizó en las redes sociales.
En 1991, la Justicia descubrió autos de lujo que habían ingresado al país de contrabando. La operación consistía en el pago de una suma de dinero, entre 500 y 1000 dólares, a personas con discapacidad para que se hicieran pasar por los presuntos titulares de los vehículos y aprovechar los beneficios de la ley 19.279, que, en ese momento, permitía el ingreso al país de vehículos de alta gama sin pagar impuestos ni derechos de Aduana.
Entre los involucrados hubo empresarios, pero el foco estuvo en dos figuras del espectáculo: la animadora Susana Giménez y el actor Ricardo Darin. En el caso del protagonista de “Nueve reinas”, fue procesado por comprar una Nissan Pathfinder que había ingresado al país de forma fraudulenta. Sin embargo, unos años después, el artista fue absuelto en el juicio.
El caso de la diva tuvo otros ribetes, ya que su Mercedes Benz 500 SE fue encontrado debajo de una montaña de paja, en un campo cerca de Pilar, que pertenecía Huberto Roviralta, expareja de la conductora. En esos años, el vehículo había ingresado al país a nombre Cayetano Ruggiero, una persona con discapacidad, sin pagar impuestos ni derechos de Aduana. Finalmente, Susana Giménez resultó sobreseída de la causa en 1996 , aunque el controversial automóvil fue a remate dos años después.
En la misma década, Susana, en pareja con Jorge "Corcho" Rodríguez, se asoció con el padre Julio César Grassi en una colecta telefónica destinada a recaudar fondos para la Fundación Felices los Niños. A través de la empresa Hard Communication, se organizó un concurso en el programa de la diva que recaudó más de 18 millones de pesos.
Sin embargo, el padre Grassi denunció que la fundación recibió una suma significativamente menor a la acordada, lo que derivó en una causa judicial por presunta estafa. Los directivos de Hard Communication fueron absueltos, pero el episodio dejó una mancha en la reputación de todos los involucrados.
Su última polémica fue su mudanza a tierras uruguayas, una decisión critica que la celebridad destacó por su descontento con el gobierno Alberto Fernández y la gestión económico-social kirchnerista. Halagando la seguridad jurídica y las ventajas impositivas del país vecino, Susana Gimenez evitó la paga Impuesto al Patrimonio por activos en el exterior y abonando sólo un impuesto a la renta reducida por ganancias generadas por las mismas.
Por el contrario, en el caso de Argentina de ese momento, al haber adoptado el país un sistema de renta mundial y no de renta local, el residente fiscal local paga por ganancias obtenidas tanto en territorio nacional como en el exterior. Misma lógica es aplicada al impuesto sobre los bienes personales. Un panorama que la “Diva de los teléfonos” cuestionó en repetidas ocasiones.
Estos antecedentes han llevado a que, cada vez que Susana Giménez emite opiniones polémicas, resurjan las críticas sobre su doble moral y las contradicciones entre su imagen pública y sus acciones pasadas.
por R.N.
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