Argentina fue duramente golpeada por la pandemia que comenzó en 2020. Había, en el Poder Ejecutivo, un gobierno de centro-izquierda y peronista, enfrentado en su interior por una lucha de poder entre la vicepresidenta Cristina Kirchner y el presidente Alberto Fernández.
Al inicio de la irrupción del COVID-19, Alberto Fernández tenía un 70 % de aprobación, pero, luego, esta proporción se invirtió y obtuvo un 70 % de rechazo. Esto representó un aumento de la desaprobación contra el Gobierno que, al momento de las elecciones legislativas de 2021, fue capitalizado por Milei y por la derecha mainstream representada por Juntos por el Cambio. La extrema derecha comenzó a crecer en las manifestaciones públicas y en las redes sociales expresándose contra las restricciones sanitarias.
Algunos influencers de extrema derecha –como “El Presto”, “Álvaro Zicarelli”, “Dannan” y “Tipito Enojado”– comenzaron a hacer videos contra las medidas sanitarias que explotaron en Instagram y YouTube. A partir de esto se constituyeron como grupo bajo el nombre “Ministerio del Odio”, con el objetivo de reclamar “libertad” frente a las restricciones sanitarias. Así, promovían una versión radical, irresponsable e individualista de la libertad enfrentada a la idea de libertad asociada a las nociones de comunidad y solidaridad.
En este contexto, Milei, un economista que comenzó a hacerse conocido en los medios de comunicación, empezó a hablar en contra de lo que él llamaba “la casta” y algunos de sus seguidores llamaron a rechazar las medidas sanitarias de una manera que parecía ser anti-statu quo y a promover una especie de rebelión.
En este aspecto, Milei solía converger con el ala radicalizada del partido PRO. De hecho, Milei y Bullrich se mostraron juntos en una manifestación contra las medidas sanitarias durante la pandemia. Este aspecto muestra cómo, en el análisis de la extrema derecha, es importante considerar las interacciones entre la derecha radical y el mainstream.
Ambos constituyen, entre la cooperación y la competencia, un “ecosistema de derecha” que es importante analizar y comprender. En 2021, las elecciones mostraron un crecimiento de La Libertad Avanza: obtuvo el 17 % de los votos en Buenos Aires. Ésa fue la primera elección y le permitió ingresar a la Cámara de Diputados con su aliada, la derechista, conservadora y afín a los militares Victoria Villarruel.
Otro aspecto a considerar de Milei es el “mesianismo” como percepción narcisista y religiosa de sí mismo como candidato salvador en medio de una profunda crisis. “He sido testigo de tres resurrecciones de tres maneras diferentes”: esto fue lo que le dijo a un amigo. Aparentemente, también, habla con su perro muerto a través de su hermana y asesora política, Karina Milei. Además, ha sido guiado espiritualmente por un rabino de la comunidad judía, Axel Wahnish. En este contexto, han aparecido algunas visiones de él como un ser en conexión con Dios y con aspectos de la religión judía. Se relaciona con la figura de Moisés para hablar de su camino.
En el discurso de Milei, se combinan el faraón, el pueblo judío guiado por Moisés a través del Mar Rojo y la retórica sobre el valor de la libertad. En esta situación, en la que tiene una percepción mesiánica de sí mismo, se habían acercado a él algunas personas vinculadas con grupos religiosos de extrema derecha, como la Fraternidad San Pío X y el Opus Dei. Parece ser el caso de Fernando Romero Moreno, un intelectual tradicionalista “carlista” cercano a Juan José Gómez Centurión del partido NOS, que ha influido en Milei y sostiene que debe existir una alianza entre tradicionalistas conservadores y liberales clásicos. Romero Moreno llama a “trabajar con el horizonte de restaurar el cristianismo”. Pablo Stefanoni afirma que Milei “compra ideas conspirativas en el mercado global de la extrema derecha». Sin embargo, Milei también adopta ideas que están presentes en sectores vinculados con Victoria Villarruel, su candidata a vicepresidenta, que está ligada al partido de derecha conservadora NOS del militar Gómez Centurión. Hay dos intelectuales de extrema derecha que tienen cierta influencia, también, en La Libertad Avanza: Agustín Laje y Nicolás Márquez.
Villarruel ha obtenido el apoyo de sectores del Ejército por sus acciones para visibilizar los crímenes de la guerrilla de izquierda en los años 70. Construyó un centro llamado CELTYV para reclamar por las víctimas de aquellas organizaciones armadas. Ha estado vinculada con el Círculo Militar y es hija de un militar. Solían organizar el “Club de los Viernes”, una mesa de debate coordinada por la simpatizante argentina de VOX Karina Mariani, donde Villarruel expuso junto a Ortega Smith, secretario del partido de la derecha radical española. También, es presidenta del Partido Demócrata de la provincia de Buenos Aires. Guillermo Montenegro, uno de los asesores más importantes de Victoria Villarruel, está con el Opus Dei. Milei y Villarruel estuvieron en Argentina y México con el actor ultracatólico Eduardo Verástegui, articulador de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en la presentación de su película Sonido de libertad.
Aliados con fundaciones conservadoras y escuelas cristianas, Laje y Márquez encontraron lugar para exponer y hacer circular sus ideas. En conexión con Alejandro Chafuen, que pasó de la organización que financia think tanks liberales en América Latina, Atlas, al instituto católico conservador Acton, focalizaron su accionar en una oposición contra lo que denominan como “ideología de género” y se inscribieron en esa reacción global de extrema derecha contra los grupos LGBT. Agustín Laje ha sido acogido por fundaciones conservadoras vinculadas con iglesias evangélicas en sus diferentes participaciones en América Latina y Estados Unidos. Entonces, hay una diferencia entre cómo se presenta este economista neoliberal, Milei, hablando contra la clase política, a la que denomina “casta”, y proponiendo la dolarización y el hecho de que hay un proyecto religioso conservador a su lado.
Utilizan la cobertura del liberalismo para promover un proyecto autoritario aliado con la “extrema derecha internacional” que se había movilizado desde la victoria de Donald Trump en 2016. Un ejemplo de esto es el discurso que Santiago Abascal, de VOX, pronunció en Budapest con Viktor Orbán en el año 2023: “Orbán logró sacar a Hungría del comunismo y llevarla por el camino de la libertad”. Así, utilizan la palabra libertad y su inscripción en la tradición liberal para promover un proyecto autoritario.
En tiempos de crisis, Milei adopta una estrategia populista que divide a la sociedad en dos campos antagónicos. Establece una frontera entre “los argentinos de bien” contra “los ladrones” y “los izquierdistas”. Es la misma estrategia que Bolsonaro utilizó en Brasil, donde opuso “ciudadanos de bien” contra “izquierdistas y comunistas”.
En Argentina, desde 2018, se inició un proceso fusionista de convergencia entre economistas neoliberales mediáticos como Espert y Milei, que pretendían producir una revitalización del liberalismo económico, y Laje, Márquez, Gómez Centurión y Olmedo, que defendían el conservadurismo moral y la reivindicación de un régimen autoritario de derecha.
La pandemia fortaleció este fusionismo contra “el sistema” y el “gobierno del orden mundial”, lo que produjo una convergencia de las tradiciones nacional-reaccionaria y liberal conservadora, históricamente distanciadas.
Asumieron, como dice su publicista, Santiago Oría, que debían estar juntos para tener mejores posibilidades electorales. Personas que tenían un cargo directivo en el CEMA forman parte de los técnicos que Milei convocó para su partido: Carlos Rodríguez, Roque Fernández y Diana Mondino. Rodríguez y Fernández hicieron su doctorado en la Universidad de Chicago; también Mondino tiene estudios de economía en Estados Unidos. Es importante si consideramos que la mayoría de los técnicos economistas que apoyaron regímenes autoritarios y neoliberales, como los de Pinochet y Bolsonaro, vinieron de esa universidad. Como es el caso de Paulo Guedes, ex ministro de Brasil.
Además, algunos de estos técnicos formaron parte de las reformas neoliberales de los 90, durante el gobierno populista neoliberal de Carlos Menem. Milei dice lo siguiente ofreciéndose como un técnico milagroso para poner fin a uno de los principales problemas del país: “Soy el único que sabe cómo parar la inflación y tengo la convicción de hacerlo”. A su vez, publicó un libro titulado El fin de la inflación. En este sentido, es interesante pensar que Bolsonaro se presentó a las elecciones de 2018, en Brasil, como un militar que sabía cómo frenar la inseguridad, un gran problema en ese momento. En el caso de Milei, adopta el mismo “rol de experto en la coyuntura crítica” como economista. Diana Mondino es un “cuadro” fundamental en el equipo de Milei.
Varios colegas la definen como “oportunista”, ya que tiene intereses en los bancos argentinos que podrían beneficiarse de un proceso de dolarización. Ella forma parte del CEMA. Además, su familia es dueña de un banco (ROELA) de la provincia de Córdoba y ha estado en el directorio de Loma Negra, Pampa Energía y otras poderosas corporaciones. Sobre los vínculos con VOX y Bolsonaro, Mondino se refugia en el discurso del economista: «No le he prestado atención a las alianzas internacionales de Milei; anda a preguntarle a él», respondió. Mondino, que conoce a Milei desde el CEMA y ha sido anunciada por el candidato como la próxima ministra de Relaciones Exteriores en caso de un triunfo electoral, tiene una visión muy tecnocrática de la realidad. «Nunca leí a Rothbard; es un utópico», dijo Mondino sobre el autor más importante para Milei.
Al mismo tiempo, sin ninguna explicación detallada, Milei promueve un “mito de la dolarización” con tecnicismos econométricos en la propuesta y utiliza el rumor de una versión simplificada de que el dólar puede convertirse en salario para todos, como en los años del menemismo y como una valorización frente al proceso inflacionario que se produce en Argentina. Sería útil plantear la discusión sobre el apoyo de Emilio Ocampo al proyecto de dolarización. Ocampo es profesor del CEMA, pero no de tiempo completo; es miembro de Libertad y Progreso (fundación que difunde políticas económicas liberales y conservadoras en lo social).
Ocampo forma parte del lobby del sector de bancos nacionales e, incluso, ha tenido negocios con el kirchnerismo. El CEMA y ESEADE son dos instituciones que tienen un papel importante en el surgimiento de este nuevo libertarianismo radical promercado que se expresa en las visiones cercanas a Milei.
Además, Fernando Cerimedo, que colaboró en la organización del asalto a Brasilia, el 8 de enero de 2023, y cuyas cuentas en las redes sociales fueron bloqueadas por el Supremo Tribunal Federal de Brasil por sus denuncias de fraude para justificar lo ocurrido en Brasilia, está, ahora, trabajando en la campaña de Milei.
Esto se enmarca en un contexto en el que grupos de extrema derecha como Revolución Federal y otros vinculados generaron la idea de matar a la vicepresidenta Cristina Kirchner en 2022. Otros grupos más radicalizados y marginales trataron de llevar a la práctica esta idea criminal. Estos grupos de extrema derecha rechazan abiertamente la democracia y pretenden representar la acción terrorista directa y violenta con este lema: “Al kirchnerismo, cárcel o bala”. “Ni un gramo de lástima por estos comunistas”, señaló en ese momento Agustín Romo, jefe de comunicación de La Libertad Avanza, justificando el accionar violento. Se trata de uno de los principales dirigentes del partido; estaba detrás de Milei cuando pronunció su discurso de victoria en las elecciones primarias de 2023.
*Ariel Goldstein es sociólogo y escritor. Autor de "La reconquista autoritaria".
por Ariel Goldstein
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