La interna opositora se mueve en base a una triple tensión. Un liderazgo nacional que no termina de cerrarse, otro que no logra desplegarse nacionalmente y un partido como el Radical que reclama mayor protagonismo que el que tuvo en la etapa inaugural de Juntos por el Cambio.
Estas tensiones tienen nombre y apellido, se encarnan en: Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Facundo Manes.
Tanto Larreta como Manes buscan construirse “por fuera de la grieta” que caracteriza la política nacional contemporánea desde el conflicto por la resolución 125, en tanto Mauricio Macri supone la confrontación abierta con el modelo de país que representa el Frente de Todos.
Sin embargo, más allá de los intentos de los estrategas y candidatos, la campaña se polarizará y la confrontación abierta signará el comportamiento de las fuerzas mayoritarias en esta campaña electoral que ya se ha iniciado por parte de la oposición de manera violenta: con multiplicidad de fake news, misoginia y propuestas económico sociales antagónicas a las del Frente de Todos.
Más allá de las estrategias de cada candidato entonces, en noviembre confrontarán dos modelos de país antagónicos y esta circunstancia coloca un “techo de cristal” a los comportamientos de los liderazgos “nuevos y viejos” en la interna opositora.
Todos son parte de un proyecto neoliberal conservador que mostró su diseño en los cuatro años que gobernó Mauricio Macri, gobierno en el que todos los candidatos hoy en competencia interna - sean “nuevos o viejos, halcones o palomas”- se involucraron sin disidencia alguna con el modelo neoliberal conservador que presidía Mauricio Macri. Esta circunstancia de haber sido parte, desbarata cualquier estrategia de superar la famosa “grieta” expresada en el antagonismo con el modelo popular democrático que expresa el Frente de Todos.
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