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PERSONAJES | 14-04-2016 15:23

Juan Taratuto: “Lo peor del cine es defraudar”

Dirigió a Suar y Bertuccelli en la exitosa “Me casé con un boludo” y explica por qué procura no mostrarse exactamente tal cual es.

Su película superó el millón de espectadores en diez días, pero no pudo contra “Batman vs. Superman”, y Juan Taratuto dice “Obvio, si está buenísima, aunque me desilusionó la Mujer Maravilla, me esperaba una más pechugona”, mientras señala con nostalgia el póster de Linda Carter, en un pasillo de Concreto Films, la productora que capitanea desde un macizo edificio de Palermo Hollywood. Es grandote, con un aire a Mark Ruffalo en vías de convertirse en Hulk, pero apacible y cordial, y no oculta un fetichismo por el entretenimiento a gran escala: junto a premios, afiches y claquetas de sus filmes, en su oficina hay un vaquero Woody, un E.T., un Rocky Balboa de jogging y puños en alto que, contra el consejo de un amigo coleccionista, sacó del blíster original, y un Batimóvil pop y sesentista. Posa con ellos: “Para que mis amigos de la escuela de cine digan que me vendí a la industria”. Gran cerrador de ojos, se ve que el flash y, en general, los flashes de cierta celebridad lo incomodan: “Quiero desmentir lo mío con Vicuña”, bromea, y aunque se la banca estoico, preferiría estar del otro lado de la cámara. Ahí le va mejor: fiel a la exitosa fórmula que en 2008 arrasó la taquilla con “Un novio para mi mujer” (actuaciones de Adrián Suar y Valeria Bertuccelli, guión de Pablo Solarz y dirección de Taratuto), “Me casé con un boludo” se convirtió en el primer tanque del año del cine argentino y va por más.

Noticias: No se lleva bien con la fama.

Juan Taratuto: La parte negativa de la fama, que quieran sacarse fotos con vos, no me pasa. Lo disfruto. Estoy ahí circunstancial y tangencialmente por mi mujer (Cecilia Dopazo, madre sus dos hijos, Santino y Francisco), pero no me interesa estar por estar en los medios, para opinar de política, fútbol, mujeres, ni que hablar de los hijos o de si cambié el auto. Además, no es que rechazo invitaciones para ir al programa de Rial: no las recibo.

Noticias: La película aporta una mirada crítica de las "celebridades".

Taratuto: Sí, pero apuntando a esta cosa de cabotaje que no es otra cosa que gente queriendo tener un trabajo. Nos fascina, a Adrián (Suar) y a mí, ese grotesco del circo mediático. El personaje de Fabián Brando es una mezcla de dos o tres con los que Adrián tiene contacto porque son de la tele, y sirven para construir ese estereotipo que necesita la comedia. En la realidad, son pompas de jabón, desaparecen pasado mañana. El actor que en la tele pide sushi en el camarín, se come un choripán cuando hace cine, ahí no existe un star system que habilite un personaje con semejantes desplantes. En la Argentina hay diez o quince actores que podrían ser así, pero por suerte son gente normal.

Noticias: Hay un eje rector en sus comedias: crisis y catarsis por pequeñas miserias, secretos que, al salir a la luz, descolocan a los personajes.

Taratuto: Las buenas comedias son de personajes más que de trama. Me gusta cuando veo la transformación del personaje, me identifico, me hace reír y me ofrece una mirada novedosa de las relaciones humanas, un cine cuyo mayor exponente es Woody Allen. No podría reproducir la trama de “Manhattan”, pero sí hay algo del humor de ese hombre lamentando la pérdida de una mujer, con lo que irremediablemente me identifico.

Noticias: ¿Discutieron mucho el título? Iba a ser “Infelices”.

Taratuto: Sí, gran discusión. Cuando lo escuché por primera vez me pareció una joya, pero me doy vuelta fácilmente. Adrián estaba convencidísimo. Valeria (Bertuccelli) no quería, me acusaba de panqueque, después lo avaló. Me gusta que esté enunciado en primera persona, lo dice un personaje, plantea un conflicto y marca el género. Había que marcar que no era una segunda parte de “Un novio para mi mujer”. Lo peor del cine es defraudar: si voy a ver “Batman vs. Superman”, quiero ver que se caguen a trompadas. Uno entra con un preconcepto a la sala, aunque sólo sepa el título. “Un novio…” tuvo una repercusión que ameritaba una segunda parte, pero hay que decirle al espectador que es otra cosa con los mismos actores.

Noticias: A modo de moraleja, la película postula que todos somos boludos. ¿Se considera un boludo?

Taratuto: No como ese personaje pero sí en otras cosas. Me pasa cuando leo notas, no puedo creer lo que contesté, o cuando me veo filmado. Evidentemente tengo la autocrítica para considerarme un boludo.

Noticias: Pero hace todo lo posible por ocultarlo.

Taratuto: Es el tema de la película: todos tenemos algo que ocultar, pero los boludos también se enamoran. Uno en las relaciones amorosas cree que el gran valor es la verdad. Con el tiempo descubrí que si uno ama a alguien, es valioso dosificar la información, no porque uno oculte algo, sino para manifestar lo que construye. Obviamente casi nunca lo logro, pero es el camino: mostrar lo mejor y no exactamente como uno es. Si voy a jugar el domingo al fútbol y me agarro a trompadas, procuro que mi mujer no se entere. Hay cosas que no quiero que se vean de mí, mi parte jodida, el otro tiene una idea de eso, pero no cuento lo que dije en terapia.

Noticias: ¿Está todo bien con su esposa?

Taratuto: Ja, sí, está todo bien. Con Cecilia llevamos 18 años juntos. Obviamente con crisis, con todo.

Noticias: Pero es muy consciente de lo que hace o deja de hacer para que lo quieran.

Taratuto: Todo el día. Es un esfuerzo enorme. En el cine necesito que la gente se ría, y me desilusiono si no se ríen cuando pensaba que debían hacerlo, y cuando se ríen se me afloja algo adentro, pero me vuelvo a tensionar hasta la siguiente situación cómica. No es sencillo hacer reír en el cine. De chico me gustaba “Matrimonios y algo más”, pero al quinto sketch ya está. Podés hacer una película con sketches geniales, pero estructuralmente no se mantiene, necesitás que los personajes tengan una transición, un crecimiento emocional, además engañar al espectador para que quiera algo y darle otra cosa. Todos sabemos cómo arranca y cómo termina la comedia romántica. El tema es cómo esos personajes se juntan.

Noticias: ¿Cómo se lleva con lo que pasa después con las películas? La escena “Todos de Sagitario”, de “Un novio para mi mujer”, tiene 1.300.000 vistas en YouTube, casi tantas como espectadores tuvo la película.

Taratuto: Recuerdo cuando leí esa escena por primera vez. Cuando veo que alguien, como con una pinza, secciona y aísla una situación que vivimos todos pero ninguno se anima a reparar, que es, en este caso, cuando uno siente vergüenza de su pareja, hay una genialidad. La vergüenza, dice Solarz, es oro en polvo. Eso, sumado a la actuación de Valeria y la reacción de Adrián, conforma una gran escena de la que me siento responsable en una pequeña parte. Es más, no está bien filmada: tuvimos problemas de locación, con la luz, volvimos al otro día porque Adrián no podía y hay planos en los que Valeria mira a un trípode. Pero es tan convincente la situación que, más allá de la métrica y la forma de decirlo de Valeria, que no es menor: “Gachi, Pachi…”, hay algo en la mirada de ese hombre ante esa mujer sacada que nos produce una vergüenza, un miedo, que nos hace reír. Y lo que pasa con esa escena me encanta. Hay siete mil ejercicios de gente de teatro y en cátedras universitarias haciendo eso, muchísimos videos de Dubsmash. Me da orgullo haber sido parte de películas recordadas. “No sos vos, soy yo” la he visto como título en los diarios. Hay millones de memes de “Me casé con un boludo”. Y para un director hay un valor porque nuestro trabajo es representar situaciones cotidianas, tener la sensibilidad para ponerlas en evidencia.

Noticias: Lo saco del cine para hablar de la grieta. Parece un fenómeno que atañe particularmente a los artistas. ¿Se asomó a mirar, está parado de algún lado?

Taratuto: Me sorprende que se hable de grieta cuando hay gente parada en veredas políticas distintas, ni siquiera opuestas, cuando en este país vivimos un holocausto, con gente secuestrada, asesinada, desaparecida, y gente apoyando al Proceso, eso sí fue una grieta. Ahora tenemos dos miradas sobre las que se subió el potenciómetro hasta niveles ridículos y falsos: no hay aextrema izquierda y extrema derecha porque los argentinos no lo permiten, y si hay una grieta no es tan grande como se ha intentado dibujarla. Además se confundió el concepto de militancia. Militancia no es ir a un acto, sino alfabetizar, ayudar en un comedor popular, en un barrio, el trabajo en las bases. Lo otro es apoyar situaciones, pero opinar no es militar. Me llama la atención cuando la política convoca a personas conocidas para que den testimonio de su apoyo. ¿Qué pasa? ¿Creemos que el público es suficientemente estúpido como para apoyar a alguien porque lo dice el actor que le gusta?

Noticias: ¿Cómo fue tener al Presidente en el estreno?

Taratuto: Fue raro. La mayoría de los presidentes pedían las películas y las veían en Olivos. He ido a algún evento con Cristina, en Casa Rosada, y considero un honor ser invitado a un evento donde haya, sacando a Menem y a De la Rúa, un presidente constitucional. Es un honor, entonces, que un presidente acuda a un estreno. ¿Es amigo de Adrián? ¿Habrá una lectura política? Sí. O en una de esas, después de tres meses, su mujer habrá tenido ganas de salir.

Pablo Taranto

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