Nito Mestre arrancó su carrera eyectado del planeta Tierra. Sui Géneris fue una especie de cohete que lo sacó de órbita y lo llevó al universo del éxito pleno. Allí vivió 3 años. Sólo 3 años. Después la dupla que había hecho con su compañero de secundaria Charly García se disolvió. ¿Cuál fue la fórmula para seguir vigente? ¿Qué hizo para saltar su propia valla? ¿Cómo es que sigue de gira por el mundo, cantándoles a quienes lo escuchaban en los 70 y sumando vagones de generaciones?
El 30 y 31 de agosto se presentará en el teatro Ópera, con dos shows diferentes. Porque lo de él es el movimiento y la sorpresa del “a ver qué pasa”. No elige la autopista. Prefiere los terrenos pedregosos y abrirse camino.
Da la sensación de que su vida viene siendo una perfecta continuación de sus inicios: hijo (milagroso) de una mujer que lo tuvo a sus 40, nació enroscado por el cordón umbilical, quedó huérfano a los 11 años cuando su papá sufrió un infarto. Se refugió en la música y junto a Charly armó una banda que resistió a la frustración de que por 3 años les dijeran que no. Estudió 4 años de Medicina (su padre era cirujano) hasta que tuvo la convicción, casi corporal, de que ese mundo no lo identificaba por completo y decidió colgar el estetoscopio para echar raíces en el escenario. A los 19, se fue a vivir solo. A los 44, volvió a nacer, esta vez deshaciendo la atadura del alcohol, y se refundó.
En fin, Nito Mestre es una especie de sobreviviente. Sobreviviente al que no se le adivina costado sufriente, sino una energía alegre, una conexión con lo vital. La garra de su madre (una lituana que llegó al país de adolescente, cargando pérdidas, que cantaba, enviudó muy joven y vivió hasta pasados los 90) y el humor de su padre (médico, violinista) aparecen repetidos en su relato y forjaron su ADN.
Nito Mestre: No hace mucho encontré unos rollos de película que filmaban mis padres y veía que están siempre matándose de risa. Ahí, cuando se encuentran sus miradas, decís estos tipos se amaban y aparte se mataban de risa. Mi vieja era muy pícara y mi viejo, muy jodón. Por ejemplo, íbamos en auto por una ruta y había un camino de asfalto y uno de tierra y él decía: “Nos vamos a meter en el de tierra, a ver qué hay, porque por el asfalto ya sabemos qué pasa”. Y nos metíamos por el de tierra.
Noticias: Hay algo de esto en su conexión con el movimiento y la exploración, ¿no?
Mestre: Sí, y el humor también, lo uso mucho en mis shows y más ahora. Porque cuando me empecé a recuperar del alcoholismo, lo que aprendí es a hablar, a expresarme cada vez más. Porque te das cuenta de que te vas solo de acá y lo que queda es la energía que dejaste, y lo importante es cagarse de risa con los otros. Cuando entré a pedir ayuda con el alcoholismo, pensaba que iba a ser todo dark, todos quejándose, llorando. Bueno, no era así y dije: “Yo voy a hacer esto en serio, pero me voy a cagar de risa”.
Noticias: Esa es una frase que lo describe, en su personalidad pero también en su carrera. Habla de las diferencias con Charly y dice que mientras él quería ser un rockstar, usted quería cantar y divertirse.
Mestre: Claro, yo quería cantar y cuando nos volvimos a encontrar en el 2000 con Charly, le digo “mira que si yo dejo de poder ir al supermercado porque me hago demasiado famoso, a mí no me va”.
Noticias: Cuando arrancó Sui Generis, ¿tenía esa convicción?
Mestre: ¿A qué pibe de 18 o 19 no le gusta ser conocido? Pero ser número uno y tener demasiada exposición es para problemas, y aparte es muy engañoso para tu propio cerebro. A mí me tocó una buena época, no había redes sociales, ni internet. Salías a la calle y te conocían los que iban a los shows. A mí lo que me pasa con la gente es que me saluda como si fuese el primo, no es que me absorben la energía tipo “Quiero un pedazo de Nito”, como le puede pasar a Charly.
Noticias: ¿Por qué las canciones de siempre siguen teniendo éxito y vigencia?
Mestre: Hay algo que nos marca en un momento en la vida que es la adolescencia, te marca los amores, las desdichas, etcétera, etcétera, y de alguna manera todas esas canciones marcan esa época y quedaron fijadas y lo compruebo. Lo vi cuando fuimos al colegio Dámaso Centeno en abril (colegio en el que estudió, donde inauguraron un mural de Sui Géneris) Me emocionó ver a uno de los pibes que encima que cantaba súper bien (Rasguña las piedras), ¡tenía una actitud! Yo dije: “Es tu turno pibe, yo acá te hago los coros”. Me encantó y más en el colegio donde (con Charly García) nos habían echado. Y todo cambió, el director me decía que era fan, nos hicieron un mural. Eso te enseña que el mundo no es estático, la gente cambia.
Noticias: Otra vez aparece el movimiento.
Mestre: La posibilidad de cambiar. Dejar el alcohol fue la mayor revolución que hice, si no podés cambiar algo tan drástico que tenés adentro tuyo, no podés hablar de hacer la revolución. Después de eso, dije: “Si puedo hacer esto, puedo empezar a viajar a otros lugares donde nunca fui”, y todavía sigo yendo a tocar a lugares que nunca fui, es ir a ver qué pasa, me encanta meterme en todos los lugares y eso es el camino de tierra de mi papá. Me divierte porque la vida se trata de eso, de no meterse en el lugar seguro, por supuesto que tampoco soy un chiflado.
Noticias: ¿Le da impotencia ver a gente a la que quiere que no ha podido pedir ayuda ni salir de sus propios demonios?
Mestre: Sí, lo que trato de hacer es hablar de lo que me pasó a mí. Es como tirar el anzuelo, yo tiro el anzuelo, si del otro lado lo van a agarrar o no, no lo sé. He perdido amigos por el alcohol, colegas muy conocidos y divinos, a los cuales traté por todos los medios de decirles y no pudieron. Y con la ida de algunos de ellos, aprendí que a veces te vas a encontrar una pared. Con Charly, hemos tenido conversaciones a patadas, lo he acompañado todo lo que se puede acompañar a alguien, pero cada uno tiene que hacer su parte.
Noticias: ¿Qué representa para usted subirse a un escenario?
Mestre: Me divierte. Me divierte tocar con mis músicos y con quienes no conozco, la sorpresa de cómo va a sonar. Ensayar y después salir a divertirnos. No importa equivocarse, lo importante es saber cómo salir de la equivocación. Eso lo vas aprendiendo con el tiempo. Y lo que me gusta es ir cambiando. Por ejemplo, ahora vamos a tocar con cuarteto cuerdas un día y con sección de vientos, al otro, es la primera vez que lo hacemos.
Noticias: ¿Tiene ritos en el show?
Mestre: Yo voy con tiempo a todos lados, me gusta estar ensayado, instalarme en el camarín, elegir la ropa, probar sonido, la voz, me siento como en casa. Cuando todavía está el telón cerrado y escuchas el murmullo de la gente, sabés si el público va a estar receptivo, callado, eufórico, cariñoso. Y después trato de generar una dinámica, donde pasamos de algo tranquilito a algo más fuerte, vamos a cantar todos juntos porque esto es una fiesta que la tenemos que vivir juntos. No canto para el ego, no es “Ay, qué bien que cantó Nito”, eso es lo que tengo que hacer.
Noticias: No canta para el ego, ¿para qué canta?
Mestre: Canto para que todos pasemos una linda noche, que digan “fui feliz dos horas, de esto no me olvido más, qué linda energía”. Tenemos que tocar bien, es obvio, para eso ensayamos, somos profesionales. Pero, de nuevo, hay que hacerlo en serio, divirtiéndose.
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