En los ochenta fue una mannequin de primera línea. Brilló en las pasarelas de alta costura y tuvo una vida fantástica. Cuando cumplió su ciclo se alejó de ese mundo y comenzó a darle forma a lo que sería su nuevo camino. Hoy Nora Portela está dedicada al rescate de personas vulnerables y de animales maltratados y abandonados.
“Soy mandona y de acción. Si veo un animal maltratado me meto dentro de una casa y lo saco”, asegura. Tiene el don de proteger y cuidar. Es una mujer intensa, fuerte, de armas tomar. “Gracias a Dios la vida me hizo así. Siempre les digo a todos: ‘Cuando te caes en un pozo no mires cómo te estás hundiendo, mirá cómo podés salir. Es la mejor manera de salir adelante siempre’”. En su rutina diaria recorre lugares donde el desamparo se hace visible. “Yo veo la realidad, la mayoría de la gente no tiene para comer, pasa abusos, hay maltratos. Esto me hace fuerte y me hace ver la vida de otra manera”, reconoce.
Su lucha es por hacer visibles a los olvidados del sistema. “Yo entrego gran parte de mi vida a esto, lo hago porque lo siento. Me acuesto en paz, flotando. Dar es muy generoso para el alma y para los demás”.
No fuma, no toma alcohol y no come carne. Se gana la vida haciendo trabajos de decoración y no rinde cuentas a nadie. Sus hijas Chloé y Thais —de su matrimonio con Marcelo Bello, del que se separó hace treinta años— viven en Europa.
Noticias: ¿Cómo surgió esta preocupación constante por los animales y las personas?
Nora Portela: Desde que tengo uso de razón rescato animales y ayudo a personas que lo necesitan. En mi casa anterior tenía lagarto, tarántulas, hurones, ardillas, gatos, perros y llegué a rescatar dos ovejas y un puercoespín. Hoy tengo cuarenta perros. Siempre que encuentro un animal hecho pelota lo cuido, le doy amor, a veces, lo doy en adopción y en algunos casos trato de volverlo a su hábitat natural.
Noticias: ¿Cómo es su rutina con tantos animales? Tiene que estar pendiente día y noche.
Portela: Arranco a las seis de la mañana y hasta el mediodía tengo que limpiar todo lo que ensuciaron. La mitad de los perros están sanados y los otros están ciegos, les falta una pata o tienen epilepsia o tienen problemas de corazón y tengo que medicarlos. La medicación es a la una, a las tres y a la cinco de la mañana. Hace dos años duermo en un cuartito al lado de la cocina para estar más cerca de los perros enfermos. Cuando hacés esto con tanta pasión tenés que dejar muchas cosas.
Noticias: ¿Qué deja de lado en su caso?
Portela: Por ejemplo, la libertad de cerrar la casa e irme de viaje. No puedo poner a cualquiera a cuidar tantos animales. Yo soy hiper ordenada y en una mitad de mi casa podés comer en el piso y en la otra mitad están los perros enfermos, al lado de una chimenea para cuando hace frío, bien cuidados. Y afuera, en el jardín, tengo a los perros sanos divididos en grupos de siete. Es mucho tiempo y dedicación.
Noticias: Y tiene una ONG —Aliento de Vida Animal— cuya madrina es Graciela Borges.
Portela: Sí, Graciela siempre me ayudó con mi lucha. Con ella fuimos al Municipio de San Isidro a pedir un lugar para los perros rescatados, para cuidarlos y darlos en adopción. Fui muchos años voluntaria en zoonosis de San Isidro.
Noticias: ¿Qué pasó con su pedido?
Portela: Me dijeron que iban a darme un lugar, me hicieron perder tiempo, me hicieron armar la ONG y nunca me dieron nada. Sí me dan un pequeño subsidio que me alcanza para unas cuatro bolsas de comida por mes. Yo uso una bolsa de 22 kilos por día que me cuesta entre 4 y 7 mil pesos. A eso hay que sumarle el veterinario, los remedios, las cuchas... Imaginate lo que se me va.
Noticias: También recibe donaciones para personas carenciadas.
Portela: Sí, voy a buscar todo con mi auto y lo llevo a mi casa, selecciono las cosas y las reparto en mano a gente que lo necesita. A los chicos de los hospitales les llevo regalitos. Les cambiás el giro del dolor, de la angustia, de la soledad. Siempre estoy pidiendo. Ahora pido una pileta para un chiquito ciego. Yo misma doné mi heladera dos veces y otras cosas de mi casa.
Noticias: Colabora con distintas organizaciones. ¿No?
Portela: Hace rato ayudo en un barrio carenciado de San Isidro. Además, trato de ir todas las semanas al Materno Infantil, a los hospitales a ver si puedo ayudar, visito lugares con chicos con capacidades especiales, abuelos, comedores. Mi idea era llevar a los animales a visitar gente con capacidades especiales. Al final, no pude hacerlo porque me desbordé con tantas cosas. Sólo voy con un perro.
Noticias: ¿Ese perro es Jack, el border collie de Gustavo Cerati?
Portela: Sí, lo tengo de bebé, cuando él se iba de viaje me pedía que se lo cuidara, y finalmente me lo quedé (Su hija Chloé fue la última novia de Cerati). Con Jack hicimos una dupla maravillosa. Visitamos a personas ciegas, a los abuelos que están en el Marín, la alegría que les da es maravillosa. Hay que honrar a los animales, de todos aprendés algo. No entiendo la vida sin animales.
Noticias: ¿Cómo es su vida al margen de todo esto?
Portela: Mi vida es super simple, disfruto estar conmigo en mi casa, tranquila, y voy sola también al cine, a tomar un café. Tengo una vida interior tan rica, aprendí a encontrarme, a respetarme, a saber lo que quiero. He vivido otra vida, si no tenía el último auto, el último reloj, tal cartera, si no estaba en Punta del Este, sentía que no pertenecía. Tuve mucho, pero no existe más esa vida, me desprendí de todo, ya no me interesa. No tengo ambiciones. Hoy elegí una vida maravillosa y quiero disfrutar el día a día. Mi heladera siempre está vacía, pero estoy tan feliz con todo lo que puedo generar. Eso me llena la panza, el alma y todo.
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