La primera vez que Maxi Palma fue hasta Pinamar a hacer radio fue en 1999, aunque esto es sólo una forma de decir. Aquel año Palma hizo de todo salvo periodismo: en la radio donde consiguió trabajo -y en este caso el verbo no es una forma de decir, porque él mismo llamó y le insistió al dueño de ocasión para que lo contratara- le tocó pintar paredes, mover muebles, imprimir banderas e incluso hacer un viaje de transporte hasta la vecina Madariaga un 31 de diciembre a la hora de los fuegos artificiales. De hecho, en esa temporada inaugural él mismo se pagó el pasaje hasta la ciudad costera aún sin tener todavía ningún contrato. “Toda mi carrera la hice en base al esfuerzo. Todavía me acuerdo de la primera vez que me dijeron del canal que me iban a pasar a buscar en un remis. Yo les dije: ‘Pero si el 152 me deja bárbaro’”.
Es que pasaron cosas desde que aquel pasante de Radio del Plata se subía a los colectivos para ir a las temporadas con nada más que esperanzas en su bolsillo. Ahora Palma es parte estable del paisaje de Pinamar, con su espacio “Marketing registrado” (nombre de su productora) sobre Avenida del Mar, la costanera de esa ciudad. Ahí el periodista, que -después de 17 años en Fox Sports- hoy es una de las caras de ESPN, rehabilitó una esquina abandonada y abrió un lugar que hoy cuenta con una cancha de fútbol playero, una de fútbol tenis y otra de fútbol ping pong, y que durante todo el verano ofrece clases gratis de distintos deportes, para los más chicos y para las familias. Además en ese sitio ocurre otra cosa: el sueño de Palma. “Yo me pagué cinco años el pasaje para venir a hacer radio acá, y siempre mi máxima ilusión fue un día poner una radio en Pinamar”, dice, mientras señala los micrófonos desde dónde sale su frecuencia, la FM 104.7, que también cuenta con un espacio para transmisión de televisión y que en esta temporada es la sede del programa de Youtube que hacen los influencers Nati Jota y Nico Occhiato.
Es que Palma es una rara avis en el gremio periodístico: el hombre abrió su propia productora, desde la cual hace televisión, radio (en FM Milenium), tiene una página web, organiza eventos deportivos y también le hace la comunicación a “El Klub”, la organización de esports de Sergio “Kun” Agüero.
Maxi Palma: Estoy en la misa y en la procesión (risas). No me considero ni de cerca una estrella de los medios, lo mío es todo laburo. El que creció de entrada en una corporación televisiva no va a entender nunca lo que es pagarse la comida, dormir en el lobby del hotel porque no tenés donde parar, o que mientras en una cobertura todos se van a cenar vos te pedís 100 de mortadela y 100 de queso en una fiambrería porque no tenés un peso. Soy un outsider de la tele, entré de grande, a los 30. Agarré el último vagón del último tren y entré. Yo no podía creer que en el canal me pagaran los viáticos, cuando siempre estuve acostumbrado a pagarme yo con la plata que juntaba lo que podía, cubrirlo, y después salirlo a vender. En 1999 tomé ocho mil dólares de deuda para ir a cubrir el mundial de Rugby de Gales. Tenía 23 años y pensaba que ese podía ser el mundial de explosión de Los Pumas, me endeudé para ir a ver dónde lo podía vender. Fue un gran aprendizaje, porque el periodismo es eso, no dejar de aprender nunca.
Noticias: ¿Quién es más fácil de llevar? ¿Una estrella de TV o un jugador de fútbol?
Palma: Es una buena pregunta. Creo que en ambos casos el tema es administrar los egos. Por eso yo me considero un outsider de este mundo: estoy, trabajo acá, estoy feliz de ser parte del medio, pero mis amigos son mis amigos de toda la vida, mis costumbres son las mismas de toda la vida, no las cambié ni pienso hacerlo. Mañana me toca ir a cubrir al peor equipo de fútbol de Argentina o ir a cubrir el mundial de Qatar y voy a ser el mismo, a mí no me cambia. Muchos periodistas, muchos futbolistas, muchos actores, muchos políticos, cuando llegan los marea la fama. Es difícil administrar egos, no es fácil que la gente te pare por la calle, que te pidan fotos, ir a morfar gratis, vestirte gratis, no es fácil. La base para evitar eso es la educación. Yo tuve una familia de clase media laburadora, unos papás que siempre me dieron amor y que me enseñaron que lo más importante es la familia y los amigos. También es verdad que hay un nuevo paradigma en la comunicación y que eso cambió todo. Yo a los 18 quería trabajar en la televisión, hoy los pibes ya no necesitan la televisión, se arman su canal de Youtube y salen. Los medios digitales democratizaron la posibilidad de laburo.
Noticias: ¿Hay una competencia ahí? Me acuerdo del debate de Gustavo López con el streamer Ibai.
Palma: Y sí, obvio. El jugador también es libre de hacer lo que quiere hacer. En el caso de Ibai también tiene suerte de vivir en Barcelona, pegó onda con dos o tres jugadores y los jugadores miran, dicen tal estuvo con Ibai y por eso si me llama yo también voy. Yo en los noventa tenía un programita en una radio de barrio donde pagaba el espacio, y en ese programa sacaba a jugadores de equipos grandes. Hoy es inviable que un jugador de Boca o de algún grande salga en Marketing Registrado Radio Pinamar.
Noticias: Ese cierre del jugador tendrá que ver con algo que a veces se le pide más al periodista deportivo, que es más imparcialidad o ser más duro.
Palma: En general al periodista deportivo le cuesta hacer preguntas muy difíciles. Por otro lado también debo decir que el abroquelamiento del deportista ante la prensa habla de una profesionalización del deporte. Antes ibas a tomar mate a la casa del jugador, concentraba un grande y entrabas al hotel y te cruzabas a todos y arreglabas la nota ahí en el pasillo. Ahora -y pasa en el tejo, en el tenis y en cualquier deporte- son más profesionales, trabajan, entrenan, piensan lo que tienen que hacer en su trabajo, y atender a la prensa es parte de su trabajo, tienen equipos de prensa que le manejan las agendas. Antes estábamos como mal acostumbrados.
Noticias: ¿Pero eso no entrega la idea de la objetividad del periodista?
Palma: Son escuelas distintas. Por ejemplo, yo siempre fui muy crítico del Maradona afuera de la cancha, pero no sé qué me pasaba si me cruzaba a Maradona, me quedaba sin habla.
Noticias: Quizás tiene que ver con que el fútbol, a diferencia de otros campos que sigue el resto del periodismo, se conecta con algo más emocional.
Palma: Sí, pero también se te va pasando, porque estás trabajando. Creo que el desafío del periodista deportivo es sacarse la camiseta. Todos tenemos pasado, todos fuimos a una tribuna, todos alentamos y fuimos hinchas. El gran desafío acá es tratar de ser objetivo.
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