El presente laboral de Pablo Giralt es intenso; actualmente forma parte de la Televisión Pública, DIRECTV Sports, TNT Sports y Radio La Red, en sus facetas de periodista deportivo, locutor y conductor. Por si fuera poco, durante estas semanas también está inmerso en el desarrollo de la Copa América y la EuroCopa, en simultáneo. Sin embargo, este santafesino que nació, pasó su infancia y adolescencia en Venado Tuerto, luce infatigable. Cálido, sensible y locuaz, se presta a la charla sin condicionamientos y con total honestidad.
Algunos relatores de fútbol confiesan ser jugadores profesionales frustrados. No es su caso. Desde niño, tuvo definido un objetivo: dedicarse a comunicar sobre fútbol, el deporte que es pasión a nivel mundial. Lo logró, luego de un inusual tesón y una ardua capacitación.
Noticias: ¿Cómo surgió su actual labor profesional?
Pablo Giralt: Fue una cuestión vocacional. Siempre dicen que el periodista deportivo, el relator de fútbol, es como una especie de futbolista frustrado. No es mi caso. Desarrollé desde muy chico, jugando con figuritas y soldaditos, relatar partidos de fútbol. Además, siempre me gustó estar informado. No me encontré de golpe con la profesión. Tuve claro lo que quería hacer, vinculado al deporte y al periodismo. La única preocupación era cómo iba a insertarme. Mis compañeros jugaban al fútbol en el colegio y yo me subía a un árbol para relatar los partidos. Me interesaba también la televisión, la radio, los medios en general y consumía muchísimo eso.
Noticias: ¿Buscó formarse?
Giralt: Sí, creo mucho en la capacitación. Pertenezco a una generación que tuvo la oportunidad de empezar cuando ya había más escuelas de periodismo deportivo. Yo lo hice en DeporTea. A su vez sentí que no era suficiente. Por eso estudié la Licenciatura en Periodismo Deportivo en UCES (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales). Necesitaba algo más para acompañar mi carrera. Pasé por diferentes etapas en Venado Tuerto, mi pueblo natal, hice radio, televisión y medios gráficos. Con apenas 23 o 24 años ya había hecho todo lo se podía ahí.
Noticias: ¿No se instaló en Buenos Aires?
Giralt: Iba y venía. Los fines de semana me volvía y trabajaba allá. En una época residí de nuevo un año en Venado. Fui muy de autogestionarme. Armé mi primera transmisión de radio relatando básquet. Había un equipo, el Olimpia, que salió campeón. Arranqué debajo de un aro, con un grabadorcito que llevaba dentro de la mochila, con un cassette que había que dar vuelta en mitad de la tarea. De esas prácticas solitarias, pasé a armar mi propia transmisión de radio en una FM local. Compré el espacio, pichuleando el precio, armaba la técnica y salía a buscar avisos.
Noticias: Suena como un imperativo personal sin plan B.
Giralt: Exacto. Los domingos me ponía con la radio, la Spica de mi abuelo, tomaba nota, y escuchaba transmisiones. Siempre me gustó esa magia, pero nunca imaginé que era tan sacrificado y difícil. En la vida, que todo es tan corto y efímero, a veces me planteo si valió la pena, y me contesto que sí. Soy un agradecido a Dios por lo que tengo, aunque el camino fue más largo de lo que esperaba.
Noticias: ¿A qué se refiere?
Giralt: Una cosa es cuando te advierten que vas a hacer una carrera, pero vas a perder cumpleaños de tus hijos, comuniones. Mi primer hijo nació un 12 de junio. Yo iba a ir a cubrir una copa de fútbol y por temas empresariales no se pudo. Gracias a Dios me quedé acá porque si hubiera tenido que estar ausente de ese nacimiento hubiera sido uno de los errores más grandes de mi vida. No me lo hubiera perdonado. En ese momento se lanzaba un canal y pensaba: ¿cómo no iba a estar? Se te confunden todas las prioridades, pero pude ordenarme y estar presente. Pero las pérdidas están. Primero, al irme de Venado y dejar atrás a la mayoría de mis amigos. Al llegar a Buenos Aires, tener que armarme de nuevo, viviendo solo. En esa época me la pasaba mirando películas. Me metía en las salas de la calle Lavalle para agotar el tiempo y no pensar que estaba solo en mi casa, encerrado en un departamento.
Noticias: ¿Hubo algún episodio que lo marcó?
Giralt: Cuando era muy chico, mi abuelo materno era la persona más afín a mí. Papá viajaba mucho por laburo y estaba con él todo el tiempo. Cuando tenía 13 años, me inculcaba hablar de fútbol, veíamos partidos y leíamos “El Gráfico”. Un domingo, Día de la Madre, él se descompuso delante mío y le dio un infarto. Eso me marcó. Le tengo terror a las enfermedades, a la muerte, a no saber reaccionar. Soy cauteloso y responsable con todo lo que digo y hago. Ese es el lado positivo que saco de esta historia.
Noticias: ¿Cuál es su presente laboral?
Giralt: El mejor en mi carrera. Trabajo en Torneos (antes Torneos y Competencias), y en Directv Sports donde cubrí mundiales, eventos y Juegos Olímpicos. Hago las transmisiones de fútbol en TNT Sports, que es la señal de deportes de Turner. Desde el año pasado estoy en la TV Pública transmitiendo a la Selección argentina, que era un sueño pendiente. Finalmente me sumé a radio La Red que es la emisora futbolera por excelencia. Nunca tuve padrinos, ni contactos y todo me costó el triple. No me pongo en el lugar de víctima, a lo mejor otros tuvieron más suerte, pero reconstruí mi vida de Venado en Buenos Aires, y en cada etapa invertí un tiempo que no se recupera. ¿Qué más? Tengo 47 años, mi esposa Valeria, mis hijos Lautaro (12) y Facu (5); a mis padres, mis hermanos Jimena, Jorgelina y Santiago, que es director de cine y teatro. Soy cumplidor, responsable, obsesivo con los horarios y no me gusta faltar al trabajo.
Noticias: En las circunstancias que el mundo atraviesa, ¿qué opinión tiene de la realización de la Copa América?
Giralt: Me sorprendió saber que en la región existiera la posibilidad de organizarla. Pensé que tal vez la mejor opción hubiera sido hacerla en Estados Unidos. Este año es una Copa atípica, en la que los controles de prevención parecen estar funcionando. Lo que intentó la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol), es demostrar que se podía concretar a pesar de las dificultades. Tenía dudas sobre que fuera Brasil el país donde se efectuara, pero, pese a los contagios que hubo en diferentes planteles, se está desarrollando bastante bien.
Noticias: ¿No produce una sensación contradictoria que pueda desarrollarse la actividad futbolística cuando otras aún continúan restringidas o canceladas?
Giralt: Tengo muchos amigos que tienen restaurantes y que están luchando. Han pasado momentos durísimos. Otros ni siquiera tuvieron la oportunidad de seguir adelante. Soy amante del teatro, tengo la rutina de ir todos los viernes a ver alguna propuesta porque es mi cable a tierra y extrañé esa costumbre. Lo que puedo decir es que el fútbol de primera división tiene ciertos protocolos que son distintos a otros. Se hace al aire libre, hay testeos, se arman burbujas. Probablemente, si en Europa no hubiera vuelto el fútbol, acá hubiera ocurrido lo mismo. Se buscó replicar la experiencia. A varios les hace ruido, pero también hay mucha gente que rodea al mundo del fútbol, desde utileros, seguridad, hasta medios de comunicación, que sobreviven gracias a esta actividad.
Noticias: ¿Qué piensa ante el espacio que logró la mujer, con toda justicia, en el fútbol?
Giralt: Es el principio del fin de la hipocresía. Nadie tomaba la decisión concreta de profesionalizar al fútbol femenino. Antes estaba la idea, pero nadie la ejecutaba. Valoro eso ante la aparición de mujeres, tanto aquellas que juegan fútbol o son árbitros, como las comentaristas Sofía Martínez y Ángela Lerena. Esto va a crecer aún más y es importante, a pesar de todo el camino que falta recorrer, que las jugadoras puedan cobrar por lo que hacen. Me parece maravillosa esta evolución y creo que es la ruta que hay que seguir.
Noticias: ¿El fútbol también terminará aceptando a todo el universo LGTB+?
Giralt: Como podrás imaginar, soy una persona que avala absolutamente que las personas puedan ser libres. Creo que no hay peor cosa que tener que vivir ocultando algo. Lo viví en carne propia con mi hermano, a quien amo, no solamente por ser mi hermano sino porque admiro su talento. Porque es valiente… (se emociona). Detesto la discriminación sexual y también la xenofobia. Me molesta cuando la gente habla peyorativamente de estos temas. Creo que para terminar de evolucionar hay que quebrar esa barrera. Hay que cortar con los chistes, con ciertos términos despectivos. Siento que estamos por un buen camino. El fútbol es un deporte muy machista pero la sociedad está avanzando y eso provocará que la transformación se dé naturalmente. Valoro a la gente valiente que se atreve a contar su historia para dejar una experiencia.
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