En estas épocas propensas al olvido y a entronar sólo lo juvenil, conviene recordar que Víctor Laplace es una verdadera personalidad destacada de la cultura argentina. Por eso, resulta difícil sintetizar la aplaudida y galardonada trayectoria de este actor multifacético, que canta, baila muy bien, y transitó todos los géneros.
En teatro, protagonizó grandes títulos como “La vida es sueño”, “La ópera de tres centavos”, o los musicales “Están tocando nuestra canción”, “Yo y mi chica” y “Mi bella dama”. Tiene además una prestigiosa y extensa carrera cinematográfica y televisiva. En la primera de estas disciplinas se lanzó como guionista, director y documentalista, y encabezó verdaderos clásicos nacionales como “Los gauchos judíos”, “Adiós Roberto” o “Flop”. En TV, entre otros recordados ciclos, incursionó en “Alta comedia”, “Situación límite” y hasta se animó a la conducción en “El gran club”.
Situado en su espléndida madurez, la charla con Laplace surge por su apoyo manifiesto a la iniciativa de la asociación civil “Soñadores Unidos”, una organización sin fines de lucro, cuyo objetivo es fortalecer el trabajo social y de asistencia alimentaria que realizan a diario. Apadrinada por el empresario Julio González, esta entidad impulsa la ley “Pancitas Llenas” la cual propone que las empresas que más ganaron en tiempos de pandemia aporten el 0,04% de sus ventas para proveer los recursos necesarios en el abastecimiento de comedores y merenderos comunitarios.
Noticias: ¿Cómo se involucró con esta Asociación y su propuesta de ley?
Víctor Laplace: Empecé a tener registro por mi colega y amigo Antonio Grimau, que me conectó con Julio González. Creo que hacen una tarea muy importante en lo que respecta al presente de la niñez y la adolescencia de nuestro país. Así me interioricé en “Pancitas llenas”, su proyecto de ley que está a la espera de ser tratado en la Cámara de Diputados de la Nación. Pero el hambre no espera y ahí vienen las complicaciones. Se trata de un aporte obligatorio que no dependa de la buena voluntad de empresarios o empresarias a los que les vaya bien en los negocios.
Noticias: Actualmente, sectores empresariales, grandes o chicos, se quejan de que pagan muchos impuestos.
Laplace: Eso es cierto; pero el tema es no mirar para otro lado, ser ambiciosos y querer más cosas. Se trata de poner, cada uno, dentro de lo que pueda, un granito de arena para hacer realidad esto de lo que no se habla tanto: niños y niñas con hambre. Creo que la pandemia lo agudizó y es un sector etario muy golpeado. Entiendo que seis de cada diez niños son pobres. De ahí que el trabajo que se hace a través de miles de merenderos y comedores comandados en su mayoría por mujeres extraordinarias, resulta vital. En ese sentido solicito el tratamiento, cuanto antes, de esta ley. Hay un montón de cosas que hago por la gente que no voy a decir porque no corresponde, pero sí mi total y público respaldo a esta propuesta.
Reconocido militante peronista, el año pasado, Laplace protagonizó y dirigió la micro serie "Perón responde: pasado, presente, futuro", que puede verse a través del link peronresponde.ar y también por YouTube. Una ficción atemporal dentro de la cual ciudadanos comunes, historiadores y funcionarios pudieron hacer una pregunta al ex presidente. El ciclo de veintiún episodios, cuyas duraciones oscilan entre dos y cuatro minutos, abreva en lo que Juan Domingo Perón dijo o escribió en algún momento de su vida; e "intenta recuperar la memoria de lo hecho en términos de proyecto de país”, aclara el intérprete.
No fue la única vez que encarnó al General. En 1996, lo abordó en la película “Eva Perón: la verdadera historia”, junto a Esther Goris como Evita, dirigida por Juan Carlos Desanzo, y escrita por José Pablo Feinmann. Dos años después, en "Borges y Perón" del uruguayo Enrique Estrázulas, con Duilio Marzio como el escritor, en el Teatro Cervantes; y en su film “Puerta de Hierro, el exilio de Perón” de 2012, con Victoria Carreras como Isabel, en lo que fue su quinto largometraje, de los seis que hizo, en tanto director.
Noticias: ¿Qué diría Perón sobre el hambre como un problema argentino, político y social, desde hace décadas?
Laplace: Estoy cansado de ese periodismo más cercano al escepticismo que a otras cosas. Vivimos en un momento de una situación planetaria muy especial, no cabe duda. Ahora, falta unión entre los ciudadanos; algunos habitan el país, sólo eso, y maltratan al planeta. Perón hablaba de la ecología desde los comienzos, por ejemplo; y en el “Perón responde”, que me encantó hacerlo, hay respuestas contundentes. El país está muy dividido y no crecemos; tampoco se discuten ideas y al no hacerlo, lo que sucede es que se va a la televisión para ver quién se muestra más vivaracho que el otro. Con toda la inteligencia que tiene el ser humano, no sabemos transmitirla. Tampoco aparece lo básico que es la igualdad, la fraternidad, la unidad, la solidaridad, el amor. Hay mucha gente que, como decía (Diego) Capusotto, se creen dueños del país que detestan. Inclusive actores que se van afuera, les va bien y desde ahí hablan mal del país que los alimentó, los iluminó y les permitió estar donde están. Eso no me parece una cosa ética ni interesante.
Oriundo de Tandil, hijo de un joyero relojero y una ama de casa, creció entre las sierras; y esa ciudad, a la que siempre vuelve, es su lugar en el mundo. A los 18 años llegó a Buenos Aires para desarrollar su vocación artística. Con la artista plástica Renata Schussheim, fue padre de Damián, su único hijo. Más tarde formaría pareja con Nélida Lobato, quien lo acompañó en la proscripción.
Noticias: Usted se exilió, en 1975, amenazado por la Triple A, justamente para sobrevivir.
Laplace: Y la sobrevivencia no fue buena. Más allá que México y España abrieron sus puertas. Tuve 48 horas para irme, o sea que no tenía mucho tiempo para pensar que podía o debía o quería hacer. La situación del exilio o la del destierro es espantosa, no se la deseo a nadie. Mi sensación es que, como sociedad, aún no aprendimos cómo hacer para entendernos, acercarnos, cuidarnos y querernos. Cierta gente sigue ambicionando cada vez más, y sólo le importa viajar a Europa, por ejemplo. Está bien, yo viajé muchas veces a Europa, afortunadamente, incluso por trabajo; y también a Miami o a New York, donde iba con Nélida y veíamos shows maravillosos. Pero de ahí a que me parezca la panacea, sabiendo que acá se hacen cosas extraordinarias a nivel artístico, hay un enorme trecho.
Actualmente, tras una temporada porteña y marplatense, Laplace está en gira nacional con la obra “Rotos de amor” del difunto actor y dramaturgo santafesino Rafael Bruza, donde comparte cartel con Antonio Grimau, Osvaldo Laport y Roly Serrano. Una comedia sobre el amor y sus desencuentros, narrada de manera tierna e histriónica, a través de las historias de cuatro visitadores médicos.
Noticias: Además que es de Tandil y, desde siempre, por su trabajo, recorre nuestro país, ¿cómo lo ve en este momento?
Laplace: Siempre pienso que hay otra Argentina que no es la que se promociona, porque el porcentaje de personas que aman el país es mayor que el que no lo quiere; la gente se sigue levantando todos los días a laburar. Por eso, la disciplina personal de la meditación y el yoga me hacen estar menos enojado y valorarlo. Cada día trato de honrar la vida, como diría Eladia Blázquez, a veces lo logró y otras no. Igual, intento ayudar al prójimo, y ser un hombre grande, como ya soy, aunque sea un poquito, más sabio.
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